En el Tribunal de Familia de la ciudad existían denuncias de violencia familiar entre la víctima y la mujer que se encuentra detenida. Investigan si la reacción de Marina Isabel Grimaldi fue provocada por maltratos reiterados.
“Una relación violenta“. Así definen allegados de Facundo Olivera Fernández y Marina Isabel Grimaldi a la pareja del barrio El Martillo que el martes a la noche terminó con el hombre -oficial de policía- baleado por la mujer. La continúa internado en el Hospital Interzonal de Agudos, mientras que la mujer está detenida y fue citada para declarar en Tribunales este miércoles ante el fiscal Leandro Arévalo.
Fuentes judiciales consultadas por LA CAPITAL confirmaron que el Tribunal de Familia manejaba denuncias de violencia familiar entre Facundo Olivera Fernández y Marina Isabel Grimaldi, que iban desde “discusiones reiteradas con un fuerte contenido de violencia verbal” hasta agresiones físicas leves.
A pesar de estos antecedentes violento, no existen registros de denuncias penales por violencia familiar contra el oficial Olivera Fernández o la detenida Grimaldi.
Por otra parte, el cuerpo médico policial confirmó que Marina Isabel Grimaldi presentaba una herida en el rostro que pudo haber sido producido por un golpe de puño, lo que coincide con los antecedentes de violencia en la pareja corroborados por el Tribunal de Familia.
Allegados a la pareja aseguran que eran “habitual” escuchar “fuertes discusiones” entre Fernández y Grimaldi. Incluso, dicen, que hubo “claros indicios” de violencia entre ambos. Al parecer, estas constantes peleas generaron que la pareja se separara en reiteradas ocasiones.
Una de las hipótesis de los investigadores es que la reacción de Grimaldi, de sacarle el arma reglamentaria a su pareja y dispararle, pudo haber sido provocada por los maltratos reiterados que sufría por parte de Fernández.
El fiscal Leandro Arévalo espera poder tomarle declaración este miércoles a Grimaldi para que su testimonio pueda aclarar el contexto y las circunstancias del violento episodio, que terminó con Fernández hospitalizado por recibir un disparo de su propia arma reglamentaria.