Por Eva Aguilera
(una voz)
hay algo que necesita la piedad del vidrio
un estatismo esmerilado de foto muy antigua
como unos ojos niebla
o siempre ver tiniebla
pero no los espejos
sino en el borde angosto en la ventana
una mujer detrás de un tul blanco ceniza
sin pestañear
ante el asfalto inmóvil
(otra voz)
que aprendió que el amor era olvidarse
dejar pasar el río
esa costumbre
el agua de los días
la humedad de los tiempos
en unos labios secos
de bocas mal cerradas
y aprendía
que no era ciertamente
algo mejor que pisar sombras:
llevaba un peso piedra entre los dedos
iba lento apoyándose
la mujer tras el tul blanco ceniza
(la otra voz)
que sabe la verdad
la desenvuelve
una capa tras otra
papel de seda o molde
con un crujir de pan
tensión de cuerda
o ese hilo tenaz que llaman vida
(última voz)
que se escurre y no es agua
(la densidad se escurre)
y va siendo lo mismo
un telar va siendo el calendario
tejido con la seda
esos hilos de araña