Por Pablo Garcilazo
¡Ey chango este es más seguidor que perro de sulki!
Y más bravo que ají del monte…
Cosecha zapallos todos los días, pa dulce, pal puchero de cada día…
¡Víctor Nicolás Corbalán, Didi, Sol Naciente, de Mar del Plata a Santiago del Estero!
¡Macanudo dijo el mudo y hablo como pudo! ¡Ayayayayay!
Víctor Corbalán es de esas personas que parecen haber llegado del fondo de las tradiciones santiagueñas para colocarse la guitarra en la rodilla, afinar las cuerdas, mirar al sol y empezar a narrar y cantar con simpleza y sencillez que tenemos que despertar la magia de la creatividad, los sueños y la esperanza de una vida mejor.
Nació en Departamento Pellegrini en Santiago del Estero, de familia de músicos y define claramente su música como música de variedades. Sabe a sus más de seis décadas en la tierra que es el idioma universal: tango, vals, chacarera, tropical, chamamé, folklore, zamba, recitado, escondido pueden nacer de su gran sentimiento por la cultura popular.
Por los trabajadores del puerto, los albañiles, los soldados de Malvinas, los no más colchones cuando hay inundaciones sino barrios con desagües…
Víctor es su propio productor musical. Sigue haciendo su lugar y aprendiendo de los demás: “Muchas veces esos que te dicen que saben, son los que en realidad no saben por dónde empezar. Como dice el dicho, en la cancha se ven los pingos, y en la música como la vida y la naturaleza hay que abrirse a lo inesperado, a lo imposible”.
Entre su variada producción musical están los discos: “Argentina, las mujeres que me hacen soñar”, “Expresión de Amor”, “Mi nuevo Santiago”, “Del patio de mi casa a Santiago”, “El poeta del valle y la luna” y el último, “Desde las playas marplatenses a Latinoamérica”.
Víctor camina por las calles del oeste marplatense con cuaderno bajo el brazo con su próxima canción, su próxima melodía, su próxima mirada a la naturaleza, a los que menos tienen, a los trabajadores que luchan el día a día y como le gusta decir a él “son las y los que ponen a Mar del Plata de pies”.
Su recorrida que arrancó en Santiago, Salta, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, un día la trajo hasta aquí hasta estas tierras más frescas que lo acobijaron en peñas, festivales, Centros de Jubilados, Teatros, La Casa del Folklore, “Fogoneando” en la televisión.
Y en esa recorrida un día nos encontramos.
Encontrarse así es un rayo de sol con gran energía
Para que el granito de la vida sea un instante maravilloso
Víctor me dijo: ¡Eh! (con alegría) ¡Cómo anda! Sabe que, todo esto que esta acá, estos olores, estos vientos, estas plantas, este cielo. Nosotros dos acá. Mucha gente no sabe que estamos y todo eso existe, pero también sí. Lo mucho, está en lo poco.