En una semana se sabrá si Elio Cajal es el temible narcotrafícante de la periferia marplatense o si una vez más saldrá de los tribunales sin una condena.
Los defensores de los tres hombres que son juzgados en el Tribunal Oral Federal por narcoviolencia en la periferia de Mar del Plata pidieron que se declare nulo el expediente y que todos sean absueltos.
Los jueces Roberto Falcone, Martín Poderti y Roberto Minguillón escucharon este miércoles las razones y argumentos de los abogados de Elio Cajal, Carlos Ambrosio y Carlos Camarzana, acusados todos de ser parte de una organización criminal dedicada a vender estupefacientes en el barrio La Herradura, actividad para la cual empleaban violencia extrema.
La semana pasada el fiscal general ante la Cámara, Juan Manuel Pettigiani, había pedido 8 años de prisión para Cajal, 6 para Ambrosio y 6 y 6 meses para Camarzana, por lo que ahora deberá esperarse hasta el miércoles siguiente para conocer el veredicto, indicaron fuentes judiciales a LA CAPITAL.
En primer término, alegaron los defensores públicos Lisandro Álvarez y Natalia Castro en representación de Camarzana, quienes pidieron que se declare la nulidad de los procedimientos tanto en el domicilio de su defendido como de Ambrosio. Brindaron razones de contradicción en los testigos de procedimiento y de vulneración de la cadena de custodia. Vale recordar que el 12 de febrero de 2021 se secuestraran más de 600 gramos de cocaína (equivalente a 8.323 dosis para la venta) y 815 gramos de marihuana (12.735 dosis) en las casas de ambos imputados. Ese día los allanamientos se realizaron por una causa de amenazas interpuesta por el expolicía Juan Muro.
En base a ese operativo y al resultado del mismo se formó una causa por comercialización de estupefacientes que incluyó a Cajal porque las averiguaciones establecieron en grado de presunción que la droga que tenían Ambrosio y Camarzana le pertenecía.
Esos procedimientos fueron los cuestionados por la defensa de Camarzana. También indicaron, como planteo subsidiario, que su defendido tendría en el peor de los casos una participación secundaria, es decir que era solo un empleado de Cajal, un “mulo, un che pibe”. Porque, según surgía de la grabación de audio que se reprodujo en el juicio, era Cajal el que compraba la droga, la producía, la estiraba y la repartía.
Por todo eso pidieron la nulidad para que se declare la invalidez de todo acto posterior a los allanamientos y en caso de ser considerado participe secundario de esa organización criminal se le aplique una pena de 3 años y 10 meses de prisión.
Por su parte, Lucas Tornini, defensor de Cajal y Ambrosio, adhirió a Álvarez y Castro, pero le agregó la invalidez de la grabación del audio, ya que esa prueba se obtuvo en otra causa, en la que se investigaba a su hermano por el asesinato de Nicolas Vieytes. Hernán Cajal fue condenado a 22 años por ese crimen.
El audio en cuestión estaba en el teléfono de Elio Cajal cuando la policía lo secuestró mientras buscaba a su hermano. En ese archivo de 1 hora y 17 minutos el mismo Cajal da detalles de cómo se corta la droga, el precio que tiene, que la cocaína era traída de Bolivia, que había distintas calidades, entre otros detalles.
Para Tornini no puede usarse ese audio para incriminar a Cajal, como tampoco el testimonio de Muro (y su hermano) por ser mendaz. Pidió la absolución de Cajal y Ambrosio, aunque por este último dijo que debería responder por la tenencia de drogas.
Días atrás el fiscal Pettigiani dio detalles de lo que considera el “Método Cajal de Narcotráfico”. Una silla eléctrica para torturar a desleales, simulacros de fusilamientos, secuestros y agresiones, asesinatos, amenazas a testigos y desafíos a jueces figuran en el catálogo de comportamientos atribuidos a Cajal y su gente. Sobre el Método Cajal, el fiscal Pettigiani y el auxiliar fiscal Carlos Fioritti indicaron que consiste “en amenazar a cuanta persona se ponga delante de los intereses de la organización que integra”.
El miércoles próximo se le dará la posibilidad de la última palabra a los tres imputados antes de conocerse el veredicto.