En "Fuga de invierno", la escritora busca "visibilizar a seres marginales condenados a no ser nadie".
En “Fuga de invierno” la escritora argentina Perla Suez aborda la historia de un hombre que, buscando huir de un pasado que le provoca dolor, se adentra en un mundo sórdido de corrupción y muerte que lo hará regresar desolado al punto de partida.
La novela tiene como protagonista a Luque, un joven que se va de Buenos Aires a Ciudad del Este, en Paraguay, donde se dedica a pasar mercadería en la frontera y se conecta con una banda de delincuentes de la que no se podrá desvincular.
Autora de “Humo rojo” y “El país del diablo”, Suez buscó con esta novela, editada por Edhasa, “visibilizar a seres marginales condenados a no ser nadie”, dijo la autora en una entrevista con Télam.
– ¿Qué hecho dio origen a esta novela?
– Surgió por una obsesión que tengo sobre un mundo y una sociedad que trata cada vez más de invisibilizar a las personas que a lo mejor tenían una posibilidad de ser alguien en la vida, que tenían una proyección en su trabajo y están condenados desde el vamos a no ser nadie. Aunque escapen de su pasado están condicionados, al igual que las mujeres que caen en la trata.
– Esta temática es una constante en su narrativa.
– Los seres marginales siempre me preocupan. “En el país del diablo” Lum lucha por la invisibilidad del pueblo mapuche y así vemos cómo la invisibilidad viene de hace mucho tiempo, pero nunca como ahora veo de manera escalofriante la impotencia de la gente que queda al costado del camino, por la falta trabajo y por la violencia. Este mundo no da para contar un mundo feliz.
– Luque no puede escapar de su pasado doloroso y pese a que se va, no puede salir del mundo marginal y fronterizo.
– Se mete cada vez más en el barro. Ser un pasero es quedar reducido a una hormiga, como esa imagen kafkiana de reducirlo a la nada y es lo que hace el consumismo salvaje, que lleva a que la mayoría de los seres estén invisibilizados y tengan que vivir en lugares fronterizos. Creo que la literatura como postura no es ajena a una disputa política, la lengua es un terreno de disputa y cuando uno escribe entra a jugar eso, ninguna elección es ingenua.
– ¿Por qué incluyó un acápite extraído de “Las fieras”, de Roberto Arlt?
– Roberto Arlt se atrevió a contar sobre personajes marginales y desde esa época en adelante marcó un punto fundamental de nuestra literatura. Necesitaba de alguna manera hacer un homenaje a esos personajes que son descartables.
– ¿Por qué eligió el Paraguay como país de huida del personaje?
– Me crié en Entre Ríos, donde mi padre era médico del ferrocarril y atendía mucha gente que iba a Asunción en tren, y a mí me encantaba ir a la estación y ver todo ese movimiento de gente que viajaba porque Asunción era lejísimos, como ir a China. Por otra parte, esa tierra roja que cuando llueve se pega en los parabrisas y pareciera que cae sangre me atrajo para esta historia.
– ¿Piensa que la literatura tiene la finalidad de denuncia?
– Mi obsesión es visibilizar a personas como Luque y que la gente tome conciencia: la ficción no va a cambiar el mundo, pero al menos busco que ayude a tomar conciencia sobre mucha gente que tiene estos problemas. No obstante, no soy apocalíptica y pienso que la historia siempre se ha movido, y que este momento tendrá que pasar.