Además detalló que durante su visita, junto a la delegación argentina de la Comisión Provincial por la Memoria, a las Islas Malvinas pudo ver la vandalización del cementerio Darwin y la rotura de la imagen de la Virgen de Luján emplazada allí.
El premio Nobel de la Paz y titular del Servicio de Paz y Justicia, Adolfo Pérez Esquivel, sostuvo hoy que el trato de los habitantes de las Malvinas fue “distante y hostil” con la delegación de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que visitó las islas en disputa del Atlántico sur.
A minutos de tomar el vuelo de regreso hacia el continente, Pérez Esquivel calificó la experiencia como “muy intensa”, reconoció haber sufrido “agresiones verbales” por parte de los isleños y haber visto letreros que afirmaban que “no eran bienvenidos” en el lugar.
Según relató a Radio Rivadavia, el contingente de argentinos también sufrió una denuncia por parte de una residente chilena, que los acusó por el supuesto despliegue de una bandera argentina.
Además se constató la vandalización de las instalaciones del cementerio argentino de Darwin y la rotura de la imagen de la Virgen de Luján allí emplazada.
“No nos dejaron colocar el pañuelo de las Madres, no somos bienvenidos aquí”, explicó el referente de los derechos humanos, y afirmó que será “un trabajo a realizar descomprimir esta tensión”.
Por otra parte, mostró su preocupación por la presencia de la base militar de Mount Pleasant y el anuncio de su refuerzo por parte de las autoridades británicas.
Finalmente, Pérez Esquivel dijo que los isleños no quieren “dialogar hasta que los argentinos renuncien a sus reclamos de soberanía” y que el objetivo de la militarización del Atlántico Sur tiene como objetivo el dominio de la Antártida.