Arte y Espectáculos

Pepe Cibrián Campoy: “Yo soy un luchador”

Con "¡Habla marica!" estará este viernes 18 y sábado 19 en el Teatro Municipal Colón. El realizador aseguró que es una de las últimas veces que se subirá al escenario "por ahora", aunque continuará con su labor creativa. Sobre el unipersonal que hará en el Colón, dijo: "No habla de la sexualidad de Lorca, ni de la de nadie. Habla de todo aquel que por pensar distinto ha sido sacrificado de la historia".

Sus anécdotas abarcan una enorme gama de temas y personalidades. Desde Susana Giménez y Norma Aleandro, pasando por sus abuelos españoles y su relación con Federico García Lorca, hasta la vez que su histórico vestuarista falleció antes de la reposición de “El jorobado de París” y la ingeniosa manera en la que pudo resolver la vestimenta de la obra o su debut profesional en Mar del Plata.

Pepe Cibrián Campoy es un creador que mamó el arte desde la cuna, a pesar de que sus padres no lo dejaban estar mucho entre bambalinas. Se ha destacado tanto por sus enormes producciones con 50 personas en escena y gran despliegue técnico como por puestas minimalistas, en las que lo que se destaca es la historia. Una de estas obras que son pura historia es la que lo trae nuevamente a Mar del Plata. Con “¡Habla marica!” estará hoy y mañana, a las 20.30, en el Teatro Municipal Colón.

“Yo soy un luchador. Me he roto el alma para generar arte, para generar muchas cosas, para defender lo mío ante el pueblo”, se definió el artista en una charla con LA CAPITAL, en la que reconoció que le gustaría instalarse a vivir en Mar del Plata “porque tengo una historia tan fuerte. Siento que mis fantasmas me acompañarían”.

Esa historia fuerte tiene que ver con su debut profesional. “Estrené mi primer espectáculo, a los 19 años, aquí en Mar del Plata, en un sótano sin terminar de construir. Mi padre, me armó un tablado y me puso luces, sillas. Y no fue nadie, me acuerdo. Fue un día Irma Roy y Nora Cárpena”, compartió.

Pero en este caso, disfruta de una semana en la ciudad con esta obra que escribió a partir de su conocimiento sobre el gran Federico García Lorca, sus lecturas y también de las historias que le contaban sus abuelos.

“Lorca fue muy amigo de mis abuelos paternos, que eran grandes actores. Obviamente, yo no lo conocí, pero sí conocí en mi casa, siendo muy chiquito, a Rafael Alberti, Alejandro Casona, al escenógrafo de Federico. Todos ellos, como mis abuelos y mis padres refugiados, eran republicanos. Entonces, yo toda esa tensa gramática, toda esa vivencia española, la llevo muy metida. Por eso decidí hacer esta versión, que cuenta el día anterior y la noche que lo van a matar. Y es Federico y su relación con su asesino. No es un texto de Federico, pero sí es él. ¿Y viste la palabra marica? La escuchaba de mis abuelos. Tremenda, ofensiva, pero la uso porque la obra no habla de la sexualidad de Federico ni de nadie, habla de todo aquel que por pensar distinto, y lo hemos vivido en carne propia, ha sido sacrificado en la historia”, definió.

Y continuó: “No lo matan por homosexual, lo matan por su pensamiento”. Y fue más allá: “La sensación mía es como de suicidio, porque él estaba en Buenos Aires y le decían ‘no vuelvas’, España está muy peligrosa y él vuelve, vuelve a su Granada, como para cumplir un destino”.

Además de los reconocimientos que ha tenido con esta pieza, Pepe Cibrián Campoy valoró que el texto le dio letra para “hablar, en el Senado de nuestra nación, a favor de la Ley de Matrimonio Igualitario, por muchos motivos, pero no solo porque dos personas del mismo género se puedan casar, sino por los derechos de los chicos de la calle. Yo vengo de una familia de mamá y papá, buenos, pero hay un montón de chicos de la calle que no vienen de papá y mamá buenos. Estoy de acuerdo en que no estén de acuerdo, pero pienso que el amor que le pueda dar la buena gente va más allá de su sexualidad. No creo que tener mamá y mamá o papá y papá corrompa. La sociedad corrompe”.

Un creador

De enormes producciones a obras con solo una silla, un libreto y un par de lentes como todo objeto, Pepe Cibrián es un creador integral. Desde ideas propias como “Aquí no podemos hacerlo” y “De aquí no me voy”, entre tantas otras, pasando por grandes personajes de la historia o grandes historias de novelas, las concepciones de las puestas son integrales.

“¿Pedante? No, yo dirijo, escribo, actúo. Obviamente, estoy al tanto de la escenografía, de los vestuarios. Me encanta poner luces, es como pintar cuadros. Cuando escribo me imagino todo, hasta los vestuarios y los personajes. Todo está en mi cabeza”, aseguró en la charla.

Sin embargo, aclaró: “Lo más importante es la obra, es la historia, que te conmueva, más allá de toda parafernalia. Lo importante de la torta es el bizcochuelo. Le puedo poner crema, frutillas, pero si el bizcocho está mal, no sirve para nada”.

“¿Pedante? No, yo dirijo, escribo, actúo. Obviamente, estoy al tanto de la escenografía, de los vestuarios. Me encanta poner luces, es como pintar cuadros. Cuando escribo me imagino todo, hasta los vestuarios y los personajes”.

“Por eso me gusta cada vez más tranquilito”, compartió, aunque adelantó que está trabajando en “algo grande, que tiene que ver con la continuación de ‘Drácula’ y va a ser todo tecnológico. Lleva meses de armar eso. Me gusta eso, ese desafío”, adelantó.

Entre las grandes producciones y el minimalismo, ¿hay una atención a la coyuntura, a la situación económico-social? “Siento que estamos en una situación horrible donde la gente no puede ir al teatro, no puede ir a nada, pero hay un núcleo de gente que puede ir al teatro. Con que vayan, tenés el éxito asegurado. Cuando en Buenos Aires frívolamente dicen ‘está todo lleno’, no está lleno, son esos 60.000 que te llenan 20.000 restaurantes. Pero eso no es lo que pasa. Es una excepción de gente. Y si no vendo, bueno, saco funciones a beneficio, multiplico la prensa, pongo el alma, voy, vengo, porque lo que importa es llenar el teatro”.

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