Gimnasia se impuso 79-61 sin angustias ni riesgos. Sólo tuvo oposición durante los ratos de inspiración de Tony Mitchell. El equipo marplatense vuelve a jugar mañana a las 19 ante San Lorenzo.
Peñarol no pudo escaparle a la lógica de su campaña. La de ganarle a esos equipos con los que comparte penurias y caer en toda la línea con los más poderosos. Gimnasia de Comodoro Rivadavia, integrante de este último grupo, no se apiadó de sus limitaciones y lo venció 79-61 por una nueva fecha de la Liga Nacional de Básquetbol. El elenco “milrayitas” hoy a las 18 enfrentará en la cancha de Ferro a otro rival para sufrir: San Lorenzo.
Gimnasia dominó prácticamente a voluntad al equipo marplatense en el primer tiempo. Fueron veinte minutos de pelea desigual, casi de punta a punta. Con el venezolano Ruiz como rueda de auxilio para salir al perímetro a doblar sobre los exteriores, la defensa de los patagónicos impuso todas las condiciones; ninguna la de Peñarol.
Mientras que para los dirigidos por el “Negro” Romano fue un martirio ir hacia adelante (11 pérdidas en los primeros veinte minutos), el elenco de Villagrán atacó a placer con su picante perímetro. Promediando el cuarto inicial, Gimnasia comenzó a despegar con toda lógica. Es que Peñarol atacaba, perdía la pelota y se “comía” un gol fácil o un tiro de tres puntos. La entrada de la rotación buscó soluciones defensivas, pero empeoró aún más la generación de juego. El equipo chubutense, en consecuencia, cerró 23-10 el cuarto inicial.
Los “milrayitas” esbozaron una reacción en la primera parte del segundo parcial con unos minutos excelsos del ingresado Tony Mitchell. Ocho puntos consecutivos, tiros de tres puntos exitosos, buenos pases, una tapa…Una exhibición de calidad muy por encima a la de la media de sus compañeros que permitió reducir la brecha a diez puntos.
Pero duró un suspiro ese show. El estadounidense, tan irascible como buen jugador, sufrió un golpe en un tobillo, salió de la cancha pateando una silla y se ganó una técnica. Y Gimnasia, liberado del problema, retomó el control absoluto y se llevó un 43-24.
Peñarol produjo lo mejor con su defensa en el tercer cuarto y Crawford, típico jugador “rachero”, volvió mejor con el aro y la ofensiva se vio transitoriamente enriquecida. Mitchell, superada la rabieta del primer tiempo, regresó un ratito con otra ráfaga de calidad y la diferencia se redujo una vez más al orden de los diez puntos en los minutos finales de ese parcial.
En ese punto Gimnasia volvió a ponerse duro atrás y frenó la embestida. Logró controlar a la dupla foránea y así solucionó todo el problema. Y luego se dedicó a aumentar diferencias, sin el brillo del arranque del partido, pero de manera incesante ante un rival sin respuestas ofensivas. Así arribó a una victoria sin riesgos.
Síntesis
Gimnasia (79): S. Orresta 7, J. M. Rivero 13, S. Vega 16, F. Giorgetti 10 y M. Ruiz 5 (FI); J. Mensia 7, J. Treise 7, D. Romero 10, B. Barrera 2 y F. Ferraria 2. DT: Martín Villagrán.
Peñarol (61): D. Gerbaudo 6, M. Crawford 7, T. Monacchi 7, R. Acuña 5 y F. Pennacchiotti 10 (FI); T. Mitchell 15, S. Vaulet 0, J. Valinotti 2, L. Gorosterrazu 0, G. Mariani 0, F. Dose 4 y N. Franco 5. DT: Carlos Romano.
Estadio: “Héctor Etchart” de Ferro.
Árbitro: Fernando Sampietro-Pedro Hoyo-Alberto Ponzo.
Parciales: 23-10, 42-24 y 59-47.