El club marplatense cortó al perimetral estadounidense por bajos rendimientos. El jugador hizo un duro descargo en sus redes sociales apuntando al entrenador Hernán Laginestra.
Peñarol decidió prescindir de los servicios del perimetral estadounidense Devante Wallace, cuyo rendimiento estuvo lejos de conformar en las primeras fechas.
Más allá de algunas ráfagas felices, desde antes del comienzo del torneo se percibió que el jugador no gozaba de una buena consideración del entrenador Hernán Laginestra, quien por ejemplo no lo utilizó en todo el segundo tiempo del clásico amistoso ante Quilmes.
Ante Oberá TC, por caso, único partido por los puntos jugado por Peñarol en Mar del Plata, los pocos presentes en la cancha se sorprendieron al ver los ampulosos ademanes de Wallace (por la espalda) hacia el entrenador cuando transcurrían los minutos del segundo tiempo y no lo mandaba a la cancha.
Consumada la decisión técnica de despedirlo al regreso de la última gira, el estadounidense “ventiló” su mala relación con Laginestra con una serie posteos en la red social Instagram. El último de ellos dice: “Ese síndrome de Napoleón es real. Nunca entendí por qué siempre son los entrenadores que nunca jugaron básquetbol en ningún nivel los que intentan faltarle el respeto y tratan a los jugadores como robots… No es mi culpa que no hayas sido lo suficientemente bueno para jugar básquetbol”.
Y uno anterior es más explícito todavía. “No me importa quien seas. Tengo 32 años, llevo diez jugando profesionalmente. Me niego a permitir que otro hombre adulto me falte el respeto a cualquier nivel. Al diablo con el dinero. Mis valores y principios y la forma en la que me criaron no están alineados con permitir que se me trate como si fuera un niño”.
Peñarol recién vuelve a jugar por los puntos, a puertas cerradas, el próximo 11 de noviembre ante Obras Sanitarias en el Polideportivo. Para entonces tal vez pueda contar con el pivote Kelby Kramer, quien aún no pudo debutar por una lesión.