A poca distancia de la pista de atletismo del Parque Municipal de los Deportes una alcantarilla se erige, en realidad, como una trampa peligrosa.
Diseñada inicialmente para escurrir el agua de la calle interna del predio, la boca de tormenta no es más que una gran fosa por la que cae todo tipo de objetos y basura.
El riesgo de un accidente es elevado, tal como menciona un lector por medio de la línea de Whatsapp de LA CAPITAL.