por Lorenzo Castro
MIAMI, Estados Unidos.- El argentino Patricio Pron ofrece en su más reciente novela, “Mañana tendremos otros nombres” (2019), un “updated” a la situación de las relaciones amorosas en tiempos de Tinder y de perfiles virtuales que se “derrumban” ante el inevitable encuentro real.
En entrevista con Efe en Miami, donde presentó en la 36° Feria del Libro de esta ciudad su última ficción, que le valió el Premio Alfaguara de Novela 2019, el argentino contó que sentó a escribir con la idea de actualizar la experiencia amorosa que el lector encuentra en las letras en español.
En la narrativa hispanoamericana, “hasta hace muy poco se venía a ratificar roles de género mas o menos tradicionales”, no obstante los jóvenes de hoy en día “experimentan relaciones que no se adecúan a lo que nos decía que eran”, explicó Pron (Rosario, Argentina, 1975).
Ambientada en el Madrid de la actualidad y con una pareja protagonista, identificada solo como Ella y El, que se separa tras cuatro años de convivencia, la ficción explora la manera en que influyen las herramientas digitales en el orbe de los sentimientos.
Suscita de paso una reflexión sobre la identidad vinculada a un nombre en tiempos de seudónimos y “nicknames” en el entorno virtual.
“Me interesaba la identidad asociada a un nombre no como un punto de partida, sino como un punto hipotético de llegada”, dijo Pron, para quien hoy por hoy “los nombres se han devaluado”.
“Tenemos uno por cada red social o plataforma que usamos”, recalcó.
Y aunque, como se desprende de la novela, la experiencia amorosa se ve afectada por acontecimientos sociales como la “precariedad económica y política”, que lleva a muchas parejas a la separación por cuestiones laborales, sin duda pone el acento en cómo las nuevas herramientas de internet se abren espacio en el mundo de las relaciones sentimentales, para bien o para mal.
“Hay una frustración inevitable e inherente a la idea de que puedes construir una personalidad exitosa y funcional en las redes sociales que generarán frustración en la otra persona cuando se produzca el encuentro real”, señaló el autor.
Los vínculos amorosos bajo las leyes de la oferta y demanda, las personas, dice el autor, en la actualidad “ven más obligadas a optimizar su presencia digital, su perfil en una aplicación de la misma forma que lo hace cuando elabora un currículum, con la misma suma de medias verdades”.
“No constituye una solución a mediano plazo ante la gran pregunta de cómo crear mejores relaciones sentimentales”, valoró sobre las aplicaciones de citas.
Para la elaboración de esta novela se abocó a un extenso trabajo de documentación y de campo, que implicó crearse un perfil en Tinder que de poco le valió para obtener material.
Tras un “match” y la apertura de una ventana para contactar a la chica, pasaba a explicarle que estaba casado y que en realidad buscaba información de cara a una futura novela. La mayoritaria respuesta era, reveló, un bloqueo y en alguna ocasión hasta una denuncia a los creadores de la aplicación de citas.
“Lo que demuestra que de las muchas parafilias que promueve Tinder la de conversar no está entre las más populares”, manifestó.
Su octava novela comienza con El arrancando páginas de libros de su ya expareja, un reflejo palpable de lo que está siendo un doloroso proceso de separación, y aunque el autor de “El comienzo de la primavera” (2008), ganadora del Premio Jaén de Novela, también ha tenido sus propios duelos la novela no es autobiográfica.
“Todos hemos tenidos separaciones mas o menos dolorosas y las mías lo fueron siempre, de hecho la ultima lo fue en grado sumo”, pero “Mañana tendremos otros nombres” es en general, explica, sobre “cómo es que estamos amando y siendo amados en este momento, lo cual equivale también a decir cómo nos estamos separando”.
Autor de cinco libros de relatos, entre los que se encuentran “El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan” (2010), Pron ha escrito también las novelas “El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia” (2011), “Nosotros caminamos en sueños” (2014) o “No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles” (2016), entre otras.
Doctor en Filología Románica por la Universidad Georg-August de G”ttingen (Alemania), reside en España desde hace diez años.
EFE