La noticia del año para el básquetbol marplatense.
por Marcelo Solari
Publicado el 30/07/2016
Histórico. Para todo el básquetbol argentino pero especialmente para esta ciudad. Una noticia emocionante por donde se la mire. El alero Patricio “Pato” Garino, de 1,98 metros y 23 años, será el primer marplatense nativo que jugará en la NBA.
Ayer, junto a su representante Carlos Prunes, el jugador formado en el Club Atlético Unión estampó la rúbrica que lo vincula a San Antonio Spurs.
Los términos del acuerdo, debido a una política del equipo texano, no fueron aún revelados, aunque se descuenta que el propio Garino lo hará hoy, en Córdoba, a su regreso de Estados Unidos para reintegrarse al seleccionado argentino que juega el Torneo Súper 4 en el tramo final de su preparación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Los antecedentes más cercanos entre Mar del Plata y la NBA pasaban por Rubén Wolkowyski, chaqueño pero radicado aquí, y por la reciente contratación de Nicolás Brussino (santafesino pero jugador de Peñarol).
Garino llega a la máxima competencia del básquetbol mundial, un sueño que atesoró desde pequeño -y por el que trabajó a destajo-, justo a las filas de -probablemente- la franquicia más querida por los hinchas argentinos. Por razones sentimentales, que van desde la omnipresencia de Manu Ginóbili y la estadía de Fabricio Oberto, hasta deportivas, ya que el estilo de juego impulsado por Gregg Popovich es muy del gusto FIBA y además ha marcado un nuevo rumbo en un básquet acostumbrado a otra cosa.
De acuerdo al San Antonio Express News, los Spurs “tomaron un tiro de larga distancia para contratar al no drafteado Patricio Garino, en un acuerdo parcialmente garantizado”.
Esto significa que tendrá un porcentaje del salario de novato asegurado y participará en la pretemporada, aunque no significa que integrará el roster (plantel) definitivo para la temporada, aunque sí podría hacerlo si su rendimiento convence al cuerpo técnico (…)
En el caso de no quedar en el plantel definitivo, Garino jugaría en Austin Spurs, el equipo de la franquicia que compite en la D-League (Liga de Desarrollo de la NBA).
Si se concreta su desembarco en el primer equipo, Garino compartiría equipo con Emanuel Ginóbili -una gloria de los Spurs y quien seguramente también influyó en la decisión de la franquicia de animarse a sumarlo a sus filas- tal como lo hace actualmente en el seleccionado argentino.
Un perfil a la medida de los Spurs
El frío marplatense, como es norma en esta época del año, se hacía sentir en aquel mes de agosto de 2010. Faltaban apenas un par de semanas para el debut del seleccionado argentino en el Mundial de Turquía. Y para ese entonces, a los 17 años, Patricio Garino ya había compartido, junto a Pablo Espinoza, parte de la preparación del equipo dirigido por Sergio Hernández. En realidad, había sido invitado como “sparring”, pero el mismo alero formado en Unión había reconocido que estrellas del calibre de Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Pablo Prigioni, Fabricio Oberto, Carlos Delfino y compañía lo habían hecho sentir muy cómodo y parte del grupo. ¿Premonitorio tal vez? Lejos de pensar en ese Mundial, la menta de Garino estaba en otra cosa. En esa fecha rumbo a Orlando, para terminar la escuela secundaria en Montverde Academy.
Seis años después, a días de iniciarse los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Garino ya forma parte del elenco estable del seleccionado argentino. Ahora como verdadero compañero de unos cuantos “monstruos” de aquella experiencia de 2010.
Con una graduación universitaria sobre sus espaldas, un camino deportivo que siempre fue a más pero que no se salteó ninguna etapa (aunque para algunos haya elegido el camino más largo) y con una evolución increíble en su juego.
En su exitoso derrotero en los Colonials de la GWU, en ese semillero que es la NCAA, Garino supo jugar en casi todos los puestos. Lo hizo de “2” y de “3”, los más naturales, pero también de “1” y de “4”. Esa capacidad de adaptación no sólo hizo que se posaran en él los ojos de Hernández o Julio Lamas para sumarlo al universo de “seleccionables”, sino que despertó el interés de varios equipos de la NBA.
No pudo ser a fines de junio, en el tradicional draft. Pero, parece una constante en su carrera deportiva y en su vida, otra vez por el camino más largo -y por qué no, tal vez el más seguro- volvió a construir sus oportunidades. Entrenó con Charlotte Hornets, Memphis Grizzlies, Sacramento Kings y Orlando Magic, equipo para el que jugó la Summer League (Liga de Verano), donde jugó en muy buen nivel. Su destino -casi como una película- parecía emparentado con la tierra de Disney, donde había comenzado su aventura estadounidense en 2010. Pero la rapidez de reflejos de Gregg Popovich y San Antonio Spurs les ganaron a todos. Su perfil de jugador parece hecho a la medida de la estirpe de la franquicia texana. Y sí. Era cuestión de tiempo, nada más. “Pato” ya forma parte del exclusivo Planeta NBA.