Trasladar a un cementerio los restos de un ser querido contiene un costo extra al del velatorio. Los valores para el “eterno descanso” varían de acuerdo al destino del cuerpo: el entierro, el guardado en un nicho o su cremación.
Las tensiones políticas que llevan a que en agosto el Concejo Deliberante no haya aprobado aún las ordenanzas fiscal e impositiva, juegan a favor de la familia de quienes fallecen, ya que las tasas en los cementerios públicos de la Loma y Parque aún se calculan a valores del año pasado, pero aumentarán cuando haya consenso para aprobar dichas ordenanzas y suban las tasas municipales.
El servicio de las casas velatorias termina en la puerta del cementerio. El ingreso y los “movimientos internos” tienen un costo extra. Si el cuerpo es enterrado, la familia deberá pagar 990 pesos anuales por una parcela en el cementerio Parque, cuya validez expira a los 10 años.
Si el destino directo es la cremación, el proceso es más caro pero a futuro no incluye gastos de mantenimiento. Por cremar un cuerpo se cobra hoy $2.900 y se abona directamente en el cementerio Parque, el único público con crematorio. Las urnas para conservar las cenizas cuestan entre 1.000 y 14.000 pesos, dependiendo del material.
En cuanto a los nichos, el valor cambia según la ubicación. Mientras que en los cementerios privados se cobra entre 2.500 y 4.500 pesos por año, en los municipales un nicho cuesta entre 1.200 y 1.800 pesos por año. Los nichos pueden conservar los restos por 20 años.
Sumado a esto, cualquier movimiento interno del ataúd tiene un costo aparte. Para ataúdes grandes, el valor de cada movimiento es de 280 pesos, mientras que por el movimiento interno de una urna se cobra 190 pesos y 1.500 pesos si se requiere el cambio de metálica o arreglos varios.
Los movimientos internos incluyen por ejemplo el retiro de un cuerpo para llevarlo al crematorio. Pero además de esa tasa, como los cementerios públicos no cuentan con unidades de traslado, la familia debe pagar un servicio privado: las casas velatorias lo ofrecen por casi 8.000 pesos, aunque existen opciones más económicas, pero sin las mismas garantías, por entre 1.500 y 2.000 pesos.
El Estado solo absorbe los gastos de traslado de un nicho al crematorio cuando cumplido el tiempo, ningún familiar aparece para hacerse cargo.
Por otro lado, dentro del cementerio de la Loma existen varias bóvedas familiares y seis panteones. Algunas bóvedas carecen del mantenimiento adecuado y en varios casos conservan los restos de más de diez personas. Actualmente se paga una tasa de casi 2.000 pesos por año por una bóveda, dependiendo de la cantidad de metros cuadrados que ocupe
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