Cultura

Para matar la poesía: La ciudad de las palomas

Por Federico Bagnato

www.paramatarlapoesia.com

Quiero uno con plumas blanquitas en la cara, así como pecas. Uno gordito eh. Bueno, re-lle-ni-to. Dale, dale que tengo que hacer eso que… ¡Estamos en época de señoritas! Y vos cállate, no te hagas la pelotuda. Este es mi palomo. Es mío ¡Mi palomo! Vos buscate el tuyo o comé arroz, no me importa. Igual te pido que me ayudes, ¿dale? En serio, para mí nadie lo hace mejor que vos. Yo soy muy novata todavía. Pero quiero ese de allá, ¿ves? Ese… Me voy a acercar ahí donde comen con la vieja del banco y el nene ese y me va a mirar, ya vas a ver. Además mirá cómo me puse. No, nadie se resistiría. El resto solo van a comer y picotearse entre sí. Parecen salvajes desesperadas. Y él también es un desesperado, y tiene tanta hambre que no se va a fijar en nadie más. Entonces me voy a acercar, pero no tanto, porque es capaz de enojarse si le disputo la comida ¡y mirá si me tira un picotazo! ¡Te imaginás, qué papelón! Yo que me pinté la aureola de los ojos y alisé las alas para él. Todos dejarían de comer solo para reírse de mí. No puedo permitirlo. Por eso vos me tenés que ayudar. Entonces vas, distraés a la vieja y al nene. Pero les llamás la atención eh, te les subís encima o algo. Ellos te van a dar comida para que salgas de encima y todos se van a ir de cabeza con vos. Y ahí entro yo y me le cruzo a él y listo. Amor eterno para toda la vida. ¡Ay, qué romántico! Sí, eso quiero. Algo más que un ocasional encuentro de plaza sin que a nadie le importe. No quiero que se queden todos mirando y diciendo “mirá, esas palomas están re calientes”. Estoy harta de eso. Quiero que también digan “mirá que lindos que son”. Y yo se lo voy a proponer. ¿Qué se piensan, que somos animales? Ellos son los animales. Peor, son mascotas. Mirá cómo están todos vestiditos y caminando y haciendo cosas de acá para allá. ¿Te preguntaste por qué? Ja. Ni ellos saben por qué hacen todo lo que hacen. En cambio nosotras… nosotras sí que no nos quedamos con nada en la garganta. Tenemos una misión y hacemos lo que nos da la gana. Y no me digas que es la naturaleza ni que ocho cuartos. Porque no voy a discutir con alguien que nos menosprecia. ¿Qué es esa idiotez de “más tonto que las palomas”? ¡Ayyyy… Me dan una bronca! Shhtt, ahí está. Pero andá vos, me dio vergüenza… Quizá tengan razón. La verdad es que soy una tonta.

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