Interés general

“Para el Estado, la temática de la violencia de género es una consigna, no una cuestión de inseguridad”  

Darío Witt, presidente de ‘Casa María Pueblo', habla con LA CAPITAL de la vivienda construida y equipada especialmente por la ONG para recibir a mujeres maltratadas y sus hijos e hijas.

LA PLATA (Corresponsal)- Mujeres golpeadas, que llegan con sus hijos escapando de sus ex parejas, amenazadas de muerte… Esas son las personas que recibe a diario ‘Casa Abierta María Pueblo’ en La Plata, el refugio para víctimas de violencia de género que fue calificado como “modelo” por la ONU y que hoy afronta problemas económicos por la indiferencia de los gobiernos provincial y municipal.
“La provincia de Buenos Aires no pone un peso, tiene frenado un convenio que estaba para la firma en diciembre de 2015”, cuenta Darío Witt, fundador y presidente de ‘María Pueblo’.
Entrevistado por LA CAPITAL, Witt –también abogado, músico y cantante- explica además que desde la Municipalidad de La Plata les ofrecieron sólo un 4% de aumento anual –unos 5 mil pesos- a un contrato que tenían firmado desde la gestión anterior. “En el marco de la problemática que tenemos hoy, es una vergüenza inaceptable”, considera.
Para solventar los primeros gastos del año, la ONG puso en venta un auto y una camioneta.
“Para el Estado, la temática de la violencia de género es una consigna, no una cuestión de inseguridad”, dice Witt, militante desde hace 20 años y embajador de Amnistía Internacional.
“Hoy es políticamente correcto crear lugares para dar información, pero dentro del Estado hay 15 organismos distintos que se ocupan de lo mismo y cuando aparece una mujer con 5 pibes –que además tiene que aparecer en horario de atención al público- no tienen cómo atenderla”, asegura.
 
¿Con qué herramientas cuenta hoy el Estado?
 
Lo que existe hoy es la línea 144 y de ahí te mandan a la Comisaría de la Mujer a hacer la denuncia. El Estado no tiene respuestas integrales. Si se convoca desde lugares masivos a hacer la denuncia, hay que saber que se va a generar una reacción, un potencial peligro.
 
¿A qué te referís específicamente?
 
Está lo que nosotros llamamos el ‘estado pre-femicida’: hemos comprobado que los femicidios se suelen producir entre los primeros 60 a 180 días después del corte del vínculo violento. Generalmente ahí los hombres que tienen posturas machistas más rígidas o vienen de familias que han resuelto problemas de manera violenta suelen entrar en lo que denominamos “depresión represiva”, un estado depresivo en el cual se le caen todas sus estructuras machistas y, por determinado tiempo, sienten que pierde todo sentido su vida, la de su mujer, la de sus hijos y otros familiares. Esos momentos son los más peligrosos porque, si los encuentran, los pueden llegar a matar. Esto se minimiza desde el Estado y se convoca a hacer denuncias de manera masiva sin tener respuestas y dispositivos que acompañen. Hay que saber que cuando se le notifica al hombre de una denuncia en su contra puede llegar a ocurrir este tipo de situación. Para eso hay que tener refugios que interactúen con la Justicia y tiene que haber detenciones preventivas; además creemos que la violación de la restricción perimetral –el delito de desobediencia- con respecto a violencia de género no tendría que ser excarcelable. Hay que tener, si es necesario, un tratamiento psico-compulsivo para el agresor.
 
Además los agresores cuentan con herramientas legales para volver a acercarse a la víctima, ¿no es así?
 
Sí, la Ley 24.270 de impedimento de contacto es a la que recurren todos los golpeadores para poder encontrar a la mujer que se fue y está en un refugio con la excusa de ver a los hijos. Hace 15 años la Justicia filtró el domicilio de ‘Casa María Pueblo’ porque una defensora se conmovió porque el hombre lloraba; el hombre encontró a la mujer, le pegó un tiro y después se suicidó. Luego de eso, en 2002 la Procuración General dictó una resolución por la cual todos los organismos de la Procuración y las fuerzas de seguridad tienen que respetar el secreto de todos los refugios de la provincia de Buenos Aires.
 
Por otro lado está el machismo de todos los organismos estatales…
 
Hoy las Comisarías de la Mujer son un lugar de castigo dentro de las fuerzas de seguridad: que te asignen como policía a una Comisaría de la Mujer no significa un crecimiento profesional porque eso está desacreditado dentro de las mismas fuerzas. A una Comisaría de la Mujer vas porque tuviste problemas en otra comisaría o porque fuiste acosada laboralmente y no quisiste acceder al pedido de tu jefe. La Justicia es otro de los organismos más machistas que hay: en las propias fiscalías de violencia de género nos comentan que nadie les da bolilla a los informes que piden. Es más, en los edificios las fiscalías de violencia de género están en el fondo, para llegar hay que pegar una vuelta, otra, ir al subsuelo…
 
En general la temática de la violencia de género está encabezada por mujeres, vos sos uno de los pocos hombres que levantan la bandera…
 
Parece que la violencia de género se hubiera transformado en una problemática “de mujeres”. Yo hace 20 años que participo de esta temática y cuando comencé no le interesaba a nadie, por lo tanto no le interesaba a nadie que hubiera un varón. Pero hoy hay muchos sectores a los que les molesta que en ‘Casa María Pueblo’ participen varones. Nosotros creemos que es estratégica la participación de los varones en esta problemática que tiene que ver con lo cultural.
 
¿Un hombre maltratador puede cambiar?
 
Por supuesto que sí y, cuanto más joven sea, más oportunidades de cambiar va a tener. La inmensa mayoría de los golpeadores son hombres, pero eso no es algo biológico e inmutable, es algo que ha sido construido culturalmente, ha sido aprendido, y lo que es aprendido bien puede ser desaprendido.
  

Refugio Casa María Pueblo.

Casi 30 mil personas asistidas
Si bien siempre contó con lugares en los que alojar a las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas, se trataba de casas alquiladas.
Pero desde el 26 de septiembre de 2016 ‘Casa María Pueblo’ tiene un refugio modelo, pensado y construido con materiales específicos para abordar la temática.
La casa de 1.100 metros edificados está ubicada en un predio de 50 por 120 metros donado por el Arzobispado de La Plata. Por razones de seguridad la dirección es secreta, pero se sabe que la casa tiene capacidad para alojar a 70 personas y cuenta con salón-comedor, cocina, habitaciones con baño privado, salón de relax y masajes, guardería, consultorios psicológicos y jurídicos, talleres de trabajo y canchas de fútbol y básquet.
Los recursos para la construcción llegaron desde el Ministerio de Desarrollo Social que conducía Alicia Kirchner, del Ministerio de Infraestructura de la Provincia –a cargo en ese momento de Alejandro Arlía-, de distintas firmas comerciales y organizaciones internacionales.
“Una vez que Macri ganó el ballotage, la empresa privada que estaba trabajando levantó todo y se fue; nos estafó. Ahí nos dieron una mano bárbara Evert Van Tooren -actual administrador general de Instituto de la Vivienda de la Provincia- y su equipo para poder terminar la obra”, cuenta Darío Witt, y agrega que “también tengo que decir que cuando asumió el nuevo gobierno había una partida importante de dinero para equipamiento que estaba frenada y que fue destrabada por Mario Quintana”, actual vicejefe de Gabinete de Mauricio Macri. 
En 20 años de vida, la ONG lleva asistidas a cerca de 30 mil personas.

Sala de juegos.

 
El “mejor refugio de Latinoamérica” para la ONU
 
LA PLATA (C) – En noviembre pasado vino a conocer el refugio Dubravka Simonovic, “Relatora Especial de Violencia Contra las Mujeres, sus Causas y Consecuencias” del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La especialista de la ONU calificó al refugio como al “mejor de Latinoamérica”.
 
Línea gratuita: 0800 333 2121.

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