Lo dijo el secretario general del SUPA, Carlos Mezzamico. Los trabajadores de la estiba cortaron el acceso a las terminales 2 y 3. Sucede luego de los dos casos positivos de coronavirus detectados ayer.
El secretario general del gremio de los estibadores (SUPA), Carlos Mezzamico, transmitió este miércoles el “miedo” que sienten los trabajadores del sector después de que se confirmaran dos casos positivos de coronavirus y advirtió: “Nos están mandando al matadero”.
Los estibadores protestaron con un corte en los accesos de las terminales 2 y 3. “La situación está mal porque acá se arrancó con un protocolo y se empezó a dejar de cumplir. La gente tiene miedo, es lógico. El trabajo de la estiba no se puede cambiar. Si nos basamos en lo que hay que hacer en esta pandemia, es imposible trabajar en el puerto. Acá no hay un metro de distancia entre los trabajadores. Estamos trabajando uno al lado del otro, no hay otra manera de hacerlo”, alertó.
“Tenemos el problema de que los armadores y los empresarios apuran a las empresas de servicios para cargar los barcos. Arrancamos con dos barcos por día y ahora estamos en cinco”, agregó antes de participar de una reunión entre los gremios y autoridades portuarias y municipales en la sede del Simape.
Mezzamico admitió que los casos positivos detectados ayer en los barcos Scirocco y Atlantic Surf III recrudece la sensación de temor: “Todos tenemos miedo”. Enseguida apuntó: “Yo quisiera que vengan las autoridades a ver cómo estamos trabajando y se van a dar cuenta que nos están mandando al matadero. No es que esto es un paro, un antojo. Hay una realidad. Si queremos aplicar lo que hay que aplicar para combatir este virus, arriba de los barcos y en las descargas es imposible”.
Mezzamico remarcó que los gremios habían acordado un protocolo con las autoridades y los empresarios, pero “se dejó de cumplir”.
Además, indicó que si a los marineros se les realiza un hisopado, “a la estiba también se le va a tener que hacer”, porque el sector trabaja en la carga y descarga de los barcos.
“No nos negamos a trabajar. No estamos violando el decreto presidencial. La gente lo que quiere es estar segura. Porque viene acá y después tiene que ir a la casa, con la familia. Tenemos que resguardar todo eso”, añadió Mezzamico.
“La gente le puso el pecho a las balas, pero hasta acá. Se siente desprotegida. Siente que los funcionarios que tienen que hacer cumplir las cosas no están a la altura de las circunstancias”, agregó indignado.