“Algunas están muy complicadas”, advirtieron desde el Centro de Industriales Panaderos y no descartaron cierre de locales. Por la devaluación subió el precio de la harina y se trasladó a los mostradores. El consumo en el sector está en caída desde hace tres años.
Las panaderías de Mar del Plata presentan un panorama “cada vez más complicado” en función de los tres años consecutivos que llevan con un consumo en baja, fuertes incrementos en los servicios de luz, gas y agua, y recientemente, el incremento del precio de la harina producto de la devaluación, que llevó a que en los mostradores de la ciudad, el kilo de pan ya se esté vendiendo a 100 pesos.
El impacto de la disparada del dólar golpeó a las panaderías y los precios se incrementaron. Días atrás el Centro de Industriales Panaderos de Mar del Plata dispuso una lista con “precios orientativos” que ya se aplican y llevó a que, a raíz del aumento de los costos de elaboración, el kilo de mignon, flautitas y milonguitas esté entre $90 y $100, el de panes saborizados a $130, el de pan de salvado y blanco sin sal a $120, las pre-pizzas a $75 cada una y pan pebete, panchos y hamburguesas a $160 la docena.
El aumento también alcanzó a las facturas, masitas finas y tortas. Según los valores difundidos, la docena de facturas surtidas roza los $200, las de hojaldre $220 y las especiales de manteca $240. En tanto, las masas finas y secas treparon a los $650 y las tortas decoradas a $660.
En diálogo con LA CAPITAL, el presidente del Centro de Industriales Panaderos de la ciudad, Carlos Monzón, explicó: “El dólar quedó ahora medianamente controlado y eso tranquiliza al mercado de cereales. Así, la harina la tenemos estabilizada entre los 1150 a los 1250 pesos, pero antes de la devaluación la estábamos pagando de 850 a 900 pesos”.
Si bien el Gobierno nacional había anunciado la quita del IVA a los principales alimentos, entre los cuales está el pan, los panaderos siguen pagándolo, dependiendo la categoría: “Los responsables inscriptos y con controlador fiscal lo que hacen es tomar como crédito fiscal el 10,5% de IVA del pan que vende a mostrador. Mientras que los que no son responsables inscriptos, como siempre, entregan la factura correspondiente como monotributista. Pero el IVA en la bolsa de harina se sigue pagando”, explicó Monzón.
El aumento de la harina, sin embargo, no pudo canalizarse “del todo” para no castigar el bolsillo de la gente. Y en simultáneo, las panaderías enfrentan dos gruesos incrementos: el de los servicios y también el de los alquileres.
Mientras el consumo en el sector acumula tres años en baja, los servicios se incrementaron casi un 100% solo durante el último año.
“Están muy complicadas en este momento unas cinco panaderías con el tema de los servicios. Están llegando boletas de gas de 60.000, 70.000 u 80.000 pesos. Se hace muy difícil mantener abierto el negocio. Y entre lo que es la suba de la harina, más los servicios, que se están tornando impagables, hay varias panaderías en situaciones comprometidas”, indicó Monzón y no descartó la posibilidad de que continúen cerrando locales del rubro.
En números concretos, una panadería recibía en 2018 una boleta de gas en promedio de 30.000 pesos. Hoy, el monto a pagar ronda los 60.000 pesos. “Y desde que las boletas vienen mensuales y ya no más bimestrales, no alcanzás a pagar una boleta que ya te está llegando la otra. No llegás a recuperarte”, agregó.
Asimismo, las panaderías pagan en promedio 40.000 pesos de luz y alrededor de 10.000 de agua.
Y en cuanto a los alquileres, las panaderías pagan hoy entre 60.000 y 90.000 pesos por mes en la ciudad. “Los propietarios vienen aplicando indexaciones pero después se agarran la cabeza cuando la panadería cierra, porque llega un punto en el que no se puede más y no queda otra que cerrar”, completó Monzón.
Consumo: “La gente lleva lo que puede, a veces del día anterior”
El consumo en las panaderías acumula tres años de caída consecutiva y desde que los precios aumentaron producto de la corrida del dólar, volvió a resentirse.
“En 2017 el consumo bajó, en 2018 bajó y este año no es la excepción. Nosotros trabajamos con el público que es asalariado y ese público no ha recibido ningún tipo de aumento frente a esta devaluación de casi el 30%”, indicó al respecto el titular del Centro de Industriales Panaderos, Carlos Monzón.
Mientras que muchas personas redujeron la cantidad de productos que llevan de la panadería, una gran parte sostiene el monto de la compra: el que llevaba 30 pesos de pan, sigue comprando lo mismo, aunque la cantidad es menor. “La gente lleva el billete que ya tiene dispuesto para llevar eso. Y el pan es algo que está todos los días y que está barato en relación a otros productos”, agregó Monzón.
Lo que se advierte en la mayoría de las panaderías es que “la gente lleva lo que puede”, que ya “no va todos los días” sino día por medio y a que “muchos llevan lo del día anterior”.
“Antes la gente iba todos los días a la panadería. Hoy viene día por medio. Un jubilado, que cobra muy poco, o quien mantiene a una familia, con todo lo que han subido los servicios y los alimentos, tiene una situación muy delicada y no puede”, comentó.
Finalmente, el referente de la industria panadería, sostuvo: “No veo una preocupación de las autoridades que hoy nos están gobernando en lo que es la necesidad de la gente. No veo medidas, en este país agrícola donde se siembran 20 millones de toneladas de trigo, que aseguren el mercado interno. Y las consecuencias están a la vista”.