El País

Palotinos, en busca de la justicia y la beatificación

Hace 40 años cinco integrantes de la comunidad católica aparecieron asesinados en la parroquia de San Patricio. Los autores del crimen nunca fueron encontrados.

por Aldana Vales

BUENOS AIRES.- “Murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes”. La sentencia quedó escrita en la alfombra de una iglesia de Buenos Aires, junto a los cuerpos de cinco palotinos asesinados durante la dictadura.

Este mes, a 40 años de esa masacre, la comunidad religiosa volvió a reclamar justicia para las víctimas.

En un hecho inédito en casi 40 años, a comienzos de este mes la comunidad palotina en Argentina organizó una misa presidida por el cardenal primado del país y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, a la que también concurrieron varios obispos.

La congregación también organizó un “camino del martirio”, una caminata espiritual en el norte de la ciudad de Buenos Aires.

Todo con un objetivo: “buscar la verdad y la justicia frente a lo sucedido” en la llamada Masacre de San Patricio, a la que consideran “el mayor atentado” contra la Iglesia católica en Argentina.

Hace 40 años, tres sacerdotes y dos seminaristas fueron hallados muertos en la parroquia de San Patricio, en el barrio porteño de Belgrano, en la mañana del 4 de julio 1976 por el organista de la iglesia.

Los habían acribillado y habían dejado sus cuerpos alineados en el suelo del primer piso. Sobre uno de ellos habían dejado un cuadro de Mafalda, ese en el que la pequeña criatura de Quino señala el bastón de un policía mientras explica: “Este es el palito de abollar ideologías”.

Los autores del crimen de los palotinos nunca fueron encontrados. Por eso, la congregación ahora ha optado por presentarse como querellante en la causa que intenta identificar quiénes cometieron los asesinatos.

La investigación no es fácil y las pruebas escasean. Incluso las bolsas que contenían las balas recuperadas de los cuerpos desaparecieron, contó a la agencia EFE Francisco Chirichella, vicepostulador de la causa para lograr que el Vaticano beatifique a las cinco víctimas.

Solo una bala quedó en la iglesia y fue utilizada para las pericias de balística, en las que se pudo determinar que era un proyectil utilizado por las fuerzas de seguridad.

“Lo que no pudo establecerse fue si bala pertenecía a las que utilizaba la Armada”, explicó Chirichella.

Los únicos indicios, que parten del testimonio de sobrevivientes del terrorismo de Estado, apuntan precisamente a un grupo de tareas que pertenecía a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención durante la última dictadura en Argentina (1976-1983).

En ese sentido, Chirichella señaló que “es conocido que todos los hechos en los que se persiguió, se hizo desaparecer y se mató a personas religiosas de la Iglesia católica en el tiempo de la dictadura” estuvieron bajo la órbita de la Armada, porque “ni el Ejército ni la Fuerza Aérea quisieron intervenir”.

Las pistas más recientes mencionan también a dos personas, que se presentaron en Roma, en un año que aún no pudo ser determinado, para pedir que la Iglesia no los excomulgara “por el hecho de sangre ocurrido en San Patricio”.

En base a esa pista, el juez federal Sergio Torres, a cargo de la causa de los palotinos, pidió un oficio a Roma para que desde allí “envíen toda la documentación inherente al caso”.

Los palotinos también buscan que las cinco víctimas sean reconocidas como mártires asesinados, tal como sostiene una causa abierta en 2005 por el papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires.

La congregación pidió ahora al cardenal Poli que haga una consulta a los obispos argentinos, necesaria para declarar el martirio de los palotinos.

Si el martirio es demostrado, en el Vaticano se podría luego recorrer el camino hacia la beatificación.

“Creemos que llegó el momento de que el cardenal pida autorización a Roma. Seguramente hará esta consulta, pero ya tuvo un adelanto con lo que pasó el 4 de julio”, dijo el vicepostulador de la causa.

La postura de la Iglesia, considera la comunidad, pudo verse en la cantidad de obispos que adhirieron a la misa y, en especial, al mensaje enviado por Francisco.

“Claramente hay un apoyo que viene desde abajo, que viene desde los pares y que viene desde arriba”, aseguró Chirichella.

Para él, “sería muy bueno que la Iglesia los declare mártires”, porque considera que “estos hombres tienen un mensaje muy lindo para darle al hombre de hoy”.

“Se puede vivir el evangelio, se puede defender la justicia, se puede defender la verdad en comunidad”, lo sintetizó.

EFE.

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