El Gobierno exige mantener una distancia interpersonal de 1,5 metros, incluso cuando se estén comprando alimentos o haciendo otras tareas fuera de casa.
LA HAYA, Holanda.- El Gobierno holandés cedió finalmente a las presiones sociales este domingo y ordenó el cierre a partir del lunes de todos los centros educativos, guarderías, gimnasios, restaurantes y centros de ocio en todo el país durante tres semanas, para contener los contagios de coronavirus.
En rueda de prensa, el ministro holandés de Atención Sanitaria, Bruno Bruins, aseguró que Países Bajos con 1.135 casos de coronavirus puede aún “manejar muy bien la situación” y subrayó que “se requiere mucha colaboración entre hospitales, regiones y en todo el país” para “garantizar que podamos seguir brindando atención a todos”.
Las escuelas de Educación Primaria y Secundaria permanecerán cerradas hasta el 6 de abril, aunque se hace una excepción para los hijos de profesionales considerados vitales para luchar contra la propagación del virus, como el personal de cuidado de mayores, médicos, enfermeros, periodistas y agentes de Policía, entre otros.
El personal educativo que trabaje en el cuidado infantil y que no esté contagiado puede ir a trabajar durante las próximas tres semanas “para apoyar a los hijos de padres que trabajen en profesiones vitales, pero también para supervisar la educación de los niños que se tendrán que quedar en casa”, añadió el ministro de Educación Primaria y Secundaria, Arie Slob.
Asimismo, el Gobierno exige mantener una distancia interpersonal de 1,5 metros, incluso cuando se estén comprando alimentos o haciendo otras tareas fuera de casa, y todos los restaurantes y bares deberán cerrar sus puertas de inmediato, al igual que clubes deportivos, gimnasios, saunas, prostíbulos y coffeshops.
Ya el pasado jueves, el Gobierno aconsejó a los ciudadanos quedarse en casa y solo salir para lo imprescindible, pero no se hizo mucho caso a sus recomendaciones -ahora obligaciones- y, como pudo corroborar EFE, las calles y tiendas han estado este fin de semana abarrotadas de gente, y los restaurantes y terrazas llenas de clientes.
El primer ministro, Mark Rutte, se negaba al cierre de escuelas, pero tras reunirse este domingo con representantes de escuelas, Ministerio de Educación y Sanidad, el Instituto de Salud Pública (RIVM), médicos, la oposición y otros especialistas, entendió que, aunque los niños y jóvenes no sufran fuertes consecuencias del coronavirus, sí pueden transmitirlo.
EFE.