El creador de efectos visuales del musical "Wicked" está en Mar del Plata. Este viernes dará una clase magistral y el sábado recibirá un Astor a la Trayectoria.
Nacido y criado en Once, Pablo Helman es el argentino más nominado a los Premios Oscar. Las candidaturas fueron por su trabajo al frente de los efectos visuales de las películas “El irlandés”, de Martín Scorsese, “La guerra de los mundos”, de Steven Spielberg, y “Star Wars: episodio 2”, de George Lucas.
“Siempre el cine argentino ha sido importante”
Además, es el responsable de un gran de equipo de artistas que trabajó en los efectos visuales de “Wicked”, el musical dirigido por Jon M. Chu, con las actuaciones de Cynthia Erivo, Ariana Grande y Jonathan Bailey y que se encuentra en los cines comerciales de Argentina.
Helman está en Mar del Plata, es uno de los invitados del Festival Internacional de Cine y recibirá este sábado un Premio Astor a la Trayectoria.
A las 18 de este viernes dará una clase magistral en el Teatro Colón, en la que hablará de todos sus trabajos en los estudios Industrial Light and Magic, dedicado a realizar efectos para las principales producciones norteamericanas. Y ayer acompañó una proyección especial de “Wicked” en el Auditorium.
Considerada una precuela del Mago de Oz, “Wicked” tiene una segunda parte que ya se filmó y en la que también Helman colaboró en la realización de esos momentos fantásticos. “Es raro un musical, no solo por la música sino también por los bailarines y la coreografía. Los efectos fueron muy difíciles: el movimiento de la cámara también fue difícil porque está negociando entre medio de todos los bailarines”, contó sobre la experiencia adquirida en Londres, donde se filmó “Wickerd”, su primer musical.
El café le permitió mantenerse despierto durante las largas jornadas de los 155 días de rodaje. Empezaba a las 4,30 de la madrugada y seguía durante otras quince horas. Pese al esfuerzo, destacó el trabajo creativo: “Fue una cosa muy linda, porque el director John Chu es una persona muy colaborativa, logramos una comunidad de trabajo”.
Ahora sigue elaborando los efectos de la segunda parte, que se conocerá el año que viene. “Las dos películas las filmamos en continuidad, puede ser que volvamos a Londres, pero empezamos ya a trabajar. Y si sabes un poquito del musical, de los libros de Gregory Maguire (autor de Wicked: Memorias de una Bruja Mala) la segunda es una película muchísimo más oscura. Es una película en la que todo el mundo se la pasa mintiendo”, adelantó.
-¿Esa oscuridad le permitió trabajar con efectos diferentes?
-Sí, se presta a la música. Son efectos más macabros digamos, pero también tiene mucho humor. Serán efectos más intensos.
-Varias veces contó que empezó en el mundo de los efectos visuales de casualidad, ¿cómo fue, se puede ingresar en ese mundo de casualidad?
-Pienso que sí, que se puede. Cuando yo empecé a trabajar, hace mucho tiempo, se hablaba de los efectos especiales. Los efectos especiales son los que se hacen durante la filmación y los efectos visuales se hacen durante la posproducción. Las cosas han cambiado muchísimo. Cuando digo que lo hice por casualidad es que yo quería escribir música para películas, no necesariamente hacer efectos visuales. Empecé a escribir música para la televisión en Los Ángeles. En el 80 y pico las cosas estaban cambiando hacia la parte digital, siempre me encantó la computación, había estado en la Universidad de Los Ángeles cuatro años donde hice un Másters en Tecnología.
Se combinaron las cosas. Pienso que siempre me encantó ser creativo. Y hay un montón de relaciones entre la música y el cine.
-¿De qué manera lo ayudó la música al momento de diseñar los efectos?
-La música tiene color, tiene textura, tiene ritmo, tiene esa cosa contar una historia, un principio, un medio y un final. Es completamente narrativa, así que nada más me pasé a la parte de efectos visuales y ya te digo por casualidad.
-¿Qué rol tienen los efectos, acompañan la historia, crean un clima, depende de cada producción?
-Hay diferentes tipos de efectos visuales, en los últimos 15 o 20 años estoy trabajando en los efectos invisibles. Son los que no capta el espectador.
-¿Qué significa en lo personal que el Festival de Mar del Plata lo reconozca?
-Fue una sorpresa grande. Por supuesto el Festival de Mar del Plata es conocido internacionalmente, así que en un sentido personal es una satisfacción muy grande.
-¿Sigue al cine argentino que llega a Estados Unidos?
-Ví “Argentina 1985” y “Relatos salvajes”. Siempre el cine argentino ha sido importante.
-¿Algún director argentino le pidió colaboración desde la parte de los efectos?
-Me han pedido colaboración, pero no puedo hablar.