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Otra vez robaron en el predio de San Lorenzo

Las pérdidas se calculan en más de cien mil pesos. "Estamos pensando en dar un paso al costado. Los clubes que tenemos predios más allá de Juan B. Justo estamos muy desprotegidos", dijo el presidente Rubén Penna.

Como si los clubes sufrieran poco con el cierre de sus sedes sociales y la paralización de todas las actividades, un azote histórico los sigue castigando: el de las depredaciones en sus campos deportivos.

El último miércoles por la noche, una vez más, le tocó sufrirlo a San Lorenzo. Desconocidos irrumpieron en el predio deportivo ubicado a pocos metros del kilómetro 2,5 de la Ruta 88 y se llevaron toda la grifería que pudieron de los vestuarios.

“Nos robaron los cuatro vestuarios. Se llevaron cañerías, llaves, todo el bronce, hicieron un desastre. La policía sabe quiénes son y no hace nada. Son siempre los mismos. Ya fuimos varias veces y lo único que recibimos son excusas. Lamentablemente nos están ganando la batalla. Así no podemos seguir”, le comentó a este medio el presidente Rubén Penna.

El histórico directivo no sólo cuestionó el rol de la policía. También reflexionó sobre la falta de controles municipales. “Veo muchas camionetas municipales nuevas dando vueltas por el centro. Me pregunto por qué no patrullan un poco más por la periferia, ¿es partido de General Pueyrredón, no? Peleamos por sacar de la calle entre cuatrocientos y quinientos chicos y brindarles algo para que jueguen. Pero nos tienen que ayudar”, afirmó Penna.

“El otro día nos dieron un subsidio de cuarenta mil pesos y ahora nos robaron más alrededor de cien mil, sin contar los destrozos. Estamos cansados, pensando en dar un paso al costado. Los clubes que tenemos predios deportivos más allá de la avenida Juan B. Justo estamos muy desprotegidos”, finalizó el presidente, sin consuelo.

Un problema de vieja data

Las depredaciones en los campos deportivos ubicados en los barrios periféricos de Mar del Plata constituyen un problema de vieja data. No sólo San Lorenzo, la gran mayoría de los clubes sufrieron robos más o menos importantes en los últimos años. Y la posibilidad de defenderse de ellos es prácticamente nula.

Todos cuentan con un casero para atender los campos deportivos. Pero ellos no puede cumplir funciones de policía. “Obviamente que no andan patrullando el predio con un fusil al hombro como en una película de vaqueros. Los caseros no están armados y las recomendaciones que les damos todos los clubes es que cuando perciben movimientos raros se encierren en sus casas y llamen al 911. Un tiroteo supone problemas mucho más graves”, le aseguraron a LA CAPITAL desde varias instituciones.

También en el último mes y medio el Club Atlético San Isidro sufrió un par de robos en su predio deportivo, ubicado contiguo a una conocida fábrica textil, no muy lejos de la villa de San Lorenzo. Primero fue la bomba de agua (un elemento preferido por los ladrones) y luego puertas y marcos.

El miedo es tal que varios clubes ubicados en la misma zona optaron por desmontar sus utilerías en estos tiempos de completa inactividad. “Tener pelotas o ropa deportiva es un riesgo grande. Nos cuestan mucho dinero y preferimos resguardarlas en alguna casa. Ya sufrimos demasiado durante esta pandemia como para también perder lo poco que tenemos”, confiaron referentes de Boca y Atlético Mar del Plata, otros dos clubes con sus campos deportivos ubicados en la misma zona.

Ayudas insuficientes

“No alcanzan, pero los recibimos agradecidos”, dijo Rubén Penna sobre los subsidios. Las pérdidas de los clubes en tiempos de pandemia son grandes y las ayudas no mueven la aguja.

Un conocido directivo de la Liga Marplatense reflexionó sobre los subsidios entregados durante la última semana y la posibilidad de abrir las oficinas administrativas de los clubes para cobrar las cuotas sociales. “Está todo muy bien, pero con el último subsidio no pagamos ni un sueldo. ¿Te imaginás como puede estar un club como Kimberley que tiene 28 empleados en blanco?”, se preguntó.

“Por otro lado, en relación a lo de las oficinas, ¿qué cuotas vamos a cobrar? En estos tiempos no paga casi nadie. Preferimos hacer la cobranza nosostros por las casas y tener cerrado para no pagar más luz”, comentó con acidez.

Así están los clubes de fútbol en Mar del Plata. Paralizados, cerrados, jaqueados por los ladrones y con ganas de tirar la toalla. Peor, imposible.

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