Las obras, resultado de un trabajo de investigación de cuatro años de Laura Galeotti, forman parte del museo de La Plata hasta fines de este mes.
“Todo lo que fui, soy y seré está en esa sala”, asegura Laura Galeotti sobre la muestra “Orgánica, la esencia de las cosas” que, durante agosto, se expone en el Museo Municipal de Arte de La Plata (Mumart).
Lo que se muestra en dicho espacio es el resultado del trabajo de investigación que la artista de la cerámica ha llevado adelante durante los últimos cuatro años.
Galeotti, nacida en Buenos Aires, desde adolescente se instaló en Mar del Plata donde inició estudios en la Escuela de Cerámica “Rogelio Yrurtia”, como ceramista y actualmente como profesora. También desarrolla tareas de docencia en instituciones provinciales, municipales y en espacios privados, en el área de moldería, lenguaje visual, cerámica, escultura, proyecto y diseño cerámico.
En 2003, Galeotti comienza a dar talleres artísticos en el Museo Casa Bruzzone en Mar del Plata y es allí donde focaliza su investigación en el campo de las pastas cerámicas, arcillas locales, construcción de hornos e investigación y diagnóstico de materiales, aportando una mirada diferente a los talleres y a su obra artística.
En 2015 fue ganadora de una Beca de Investigación Grupal del Fondo Nacional de las Artes por su proyecto de estudio sobre las culturas originarias precolombinas y, en especial, acerca de su cosmovisión técnica y simbólica.
En 2017 abrió su propio taller en Mar del Plata e inició su trabajo de investigación artística dentro del Grapa, una clínica de debate para repensar la propia obra desde la contemporaneidad, el modelo actual, los referentes y las influencias, creada y coordinada por Josefina Fossatti y Claudio Roveda.
En agosto de 2019 viajó a Castilblanco de los Arroyos, España, para realizar su capacitación en técnicas cerámicas y realizó una residencia artística en Airgentum Hoja de Ruta. Además, expuso como cierre de su trabajo de investigación y obra en la ciudad de Sevilla.
En el 2020 fue ganadora de la beca para Formación de Artistas en Glamart/Art Agency. Su obra ha sido expuesta en centros culturales como el Museo Perlotti (CABA), el Centro Cultural de la Embajada de Japón (CABA) o la Sala Jorge Luis Borges de la Embajada de Argentina en Berlín.
La muestra del museo de La Plata fue curada por Gabriel Manzo, quien destacó que la artista “atesora como quien no desea que el tiempo se vaya y, a su vez, concientiza su pérdida. Sabe que evolucionar implica dejar atrás; pero es responsable de lo sucedido y lo rescata con sabiduría, procesando sus hallazgos para, así, eternizar el recuerdo, eternizar el sentido que esto dice de aquello y de aquello que lo ocasionó”.
También apuntó que Galeotti “ralentiza su marcha y se permite explorar el rastro y, como los pájaros de Gretel, sobrevuela la tierra; resignifica lo que la naturaleza ha dejado a la vista y su sensibilidad le permite rescatar”.
“Propone llegar a las profundidades de la conciencia y de la memoria, al origen del latido de las cosas. Así, el recuerdo se vuelve nutriente y es sustancia del presente”, manifestó.
Por otro lado, destacó que Galeotti “conoce el acto de parir y sabe de esta dualidad y está al tanto de la belleza del padecer; porque el fuego convierte lo hallado en cenizas y a la tierra en joyas. Entrar en los mundos de la artista es obligarnos a contemplar nuestros propios andares, obligarnos a valorar el instante inmediato que hemos perdido”.
“Conoce la técnica exacta para construir intimidad y expandirse hacia mundos lejanos. Somete a esos objetos a múltiples inmersiones en sus alquimias logrando imprimir en ellos una intensión de eternidad. Sus sutiles objetos, que caben en la palma de la mano, nos llevan al universo; no son grandilocuentes y, sin embargo, nos impulsan a un inmenso imaginario”, describió.
“El arte no es necesariamente saber, pero sí sabiduría. La artista domina las maniobras del oficio del barro con maestría. Indaga, investiga, crea libre de prejuicios y doctrinas, buscando su verdad, sorprendida incluso por sus propios hallazgos, después de tantísimas pruebas. Porque el arte cuando es verdad no se busca, se va encontrando”, concluyó el curador.