En sólo 10 días se produjeron dos asaltos violentos a residentes de la zona y una casa fue desvalijada en ausencia de sus propietarios. Además, hubo un cuarto caso en el que los propios habitantes de la misma cuadra pusieron en fuga a dos delincuentes a los tiros. También hubo hechos en Playa Serena.
En el grupo de Whatsapp, los vecinos del barrio Antártida Argentina están atentos. Sobre todo de noche. En cualquier momento, de buenas a primeras, pueden recibir malas noticias. La preocupación por la serie de robos que se inició el 31 de diciembre, con intrusos en el camping del Sindicato del Hielo, se ha vuelto crónica.
Sin embargo, en los últimos diez días la intranquilidad aumentó con tres hechos delictivos consumados y uno en el que los propios habitantes de la zona pusieron en fuga a los ladrones a los tiros.
El primer asalto, según los datos que recabó LA CAPITAL, ocurrió el 26 de enero en una vivienda de una pareja de jubilados ubicada en calle 499, a dos cuadras de la avenida Centeno, que desemboca en el viejo Camino a Miramar. Esa zona del Partido de General Pueyrredon está poblada de quintas. Hay quienes viven en el lugar, pero también los que usan sus propiedades como casas de fin de semana o veraneo.
En este caso, el matrimonio de ancianos reside allí y al momento del hecho se encontraba con su hija. Sorpresivamente, delincuentes irrumpieron encapuchados en la vivienda y después de mantener reducidas a las víctimas, huyeron con su camioneta marca Renault Oroch y otras pertenencias de valor. Horas después, el vehículo apareció abandonado y sin ruedas cerca del barrio Parque Palermo.
Posteriormente, se registró otro violento asalto en la misma cuadra. Más precisamente, fue en la vivienda de un jardinero que el miércoles 31 de enero, alrededor de las 22, fue a abrirle la puerta a un colaborador que tiene en su trabajo y que, algunas noches, se queda a dormir allí para arrancar temprano su labor al otro día.
“¿Qué te hiciste en el pelo?”, atinó a decirle el morador, en alusión a su nuevo corte. Pero sin más, ambos fueron atacados por ladrones armados que aparecieron de sorpresa. A golpes, los obligaron a introducirse en el inmueble y entonces los ataron con distintas prendas como un buzo y una remera.
Conforme contarían luego las víctimas, uno de los intrusos se quedó vigilándolos y el otro comenzó a revolver el mobiliario en busca de dinero. “¡Dame los dólares, dale! ¿A qué te dedicás vos? ¿Cómo tenés esa camioneta y esta casa? Dale, danos la guita, no te hagas el gil”, le gritaba al hombre, que aclararía, encima no es propietario de esa vivienda.
El rodado al que se refería el ladrón era un un furgón marca Iveco con un tractor dentro. Ambos vehículos eran utilizados por los damnificados para efectuar sus trabajos como parqueros.
Eran, porque los asaltantes tomaron equipos de audio, electrodomésticos de otro tipo, herramientas y escaparon a bordo del camión. Las víctimas quedaron atadas y encerradas en un baño hasta que lograron liberarse y salieron a la calle a gritar por ayuda.
Fue un hecho que debe haberse extendido por casi dos horas. Otros vecinos, al escuchar el pedido de auxilio, salieron a la calle y socorrieron a los hombres.
Era casi medianoche cuando arribó el personal policial del Destacamento Acantilados, dependiente de la comisaría decimotercera -una de las que más territorio abarca en su jurisdicción y menos recursos posee debido al antes escaso poblamiento de la zona-, que comenzó a levantar pruebas en el lugar y tomar declaraciones.
Más tarde, el vehículo de la víctima -que en su interior llevaba el tractor- apareció quemada en la misma zona que habían abandonado la Oroch días antes: Parque Palermo.
“Nos están matando”
Ninguno de los damnificados quiso revelar su identidad, pero al ser entrevistados por este medio contaron que viven aterrados desde hace algunas semanas.
“Nos están matando”, dijo uno, víctima de otro episodio, el viernes 2 de febrero. Su casa, sólo utilizada para recreación y en la que no reside nadie, había sido blanco de la delincuencia.
La propiedad está ubicada en la misma calle 499 donde se produjo el caso anterior y en la que, años atrás, una familia fue violentamente asaltada. En esta oportunidad, el dueño recibió el llamado de la empresa que le presta el servicio de alarmas y un operador le explicó que, pasadas las 11, se había cortado la luz en la quinta. Sospechó de inmediato y fue hasta allí.
Al llegar, encontró la puerta de un galpón forzada y un candado roto. Lo supo: le habían desvalijado el inmueble.
De acuerdo a la versión del hombre, “no quedo nada, hasta los cubiertos se llevaron”. “Se llevaron un tractor para cortar el césped, un grupo electrógeno nuevo y una motoguadaña, que entre todos deben tener un valor de 5 o 6 mil dólares”, señaló la víctima.Y agregó: “Después rompieron una puerta blindada, la reventaron, y se robaron todo de la casa, electrodomésticos de todo tipo, almohadas, etcétera… Nos salvamos porque no estábamos”.
Por último, expresó que el grupo electrógeno robado apareció este martes a la venta por Mercado Libre y, según le dijeron potenciales compradores a los que consultó, había sido vendido en 500 mil pesos. El vendedor, también supo por terceros, vive en la zona de… Parque Palermo.
Otros hechos y estado de alerta
Desde 2015, el fiscal que investiga robos violentos en casas es Mariano Moyano. Fuentes extraoficiales manifestaron que en los últimos días recayeron en su oficina dos denuncias por asaltos en viviendas de Playa Serena, a 300 metros de distancia entre sí.
En ambos, como ocurrió en el barrio Antártida Argentina, los delincuentes huyeron con varios electrodomésticos en automóviles de las víctimas, que luego descartaron en la jurisdicción de la comisaría quinta, que incluye Parque Palermo.
La situación llegó al límite con el cuarto caso este lunes 5 de febrero a la noche, cuando los propios vecinos se comunicaron por el grupo de Whatsapp mientras observaban la presencia de dos sospechosos en la cuadra, a bordo de una motocicleta. De inmediato, varios de ellos que poseen armas con permiso legal salieron de sus casas y comenzaron a disparar, lo que puso en fuga a los presuntos ladrones.
Los reiterados casos llamaron la atención de la Secretaría de Seguridad del municipio, a cargo de Rodrigo Goncalvez, quien en las últimas horas se comunicó a través de los miembros de su área con algunos de los habitantes el mencionado sector sur de la ciudad. Lo hizo, además, la comisaria Ángeles Rey, a cargo de la seccional decimotercera, pero todavía no hay signos de que vayan a existir cambios positivos.
“No hay policías. Hasta que no refuercen el Destacamento Acantilados y le den más recursos esto va a pasar cada vez más”, concluyó uno de los hombres en diálogo con este medio.
Mientras tanto, todos viven en alerta, aterrados por la seguidilla de robos que sufrieron en el último y breve período de tiempo.