Conocé sus síntomas y formas de abordarlo.
Por Analía Tarasiewicz
Provenimos de una cultura arraigada en el sacrificio, la reconstrucción de ciudades y economías devastadas, de la que emergieron organizaciones que impulsaron líderes con conductas empresariales excesivamente productivas, jornadas laborales hiper extendidas y la priorización del tener antes que el ser.
Lamentablemente, esta mezcla tóxica entre el capitalismo y el extremo sacrificio (aun con 4 generaciones actualmente trabajando al unísono) ha dado lugar a una cultura que reduce la identidad humana a un constante y perpetuo esfuerzo laboral.
Lo que aún no entienden las organizaciones es que si siguen con este modelo “exprimidor” sin poner el verdadero foco en el bienestar y la salud psico-emocional de los y las trabajadores perderán aún más talento, productividad y sus negocios serán menos rentables. Mientras que todos/as trabajan a desgano, enferman o terminan renunciando.
Este modelo impulsa a las personas a hacer un esfuerzo incesante, que nunca parece suficiente, y las conduce a estados que van desde una sensación inicial de descontento o desmotivación hasta alcanzar niveles críticos de estrés, depresión, crisis de angustia y ansiedad.
Una nueva patología
Aquellas personas que tengan la autoestima más debilitada; que hayan sido criadas por familias hiper exigentes y trasladen esa situación al mundo laboral o que tengan rasgos de personalidad obsesivas son más propensos a desarrollar una patología conocida como sisifemia, caracterizada por una hiperexigencia, agotamiento y obsesión abrumadora por la productividad laboral donde la persona siente que nunca se alcanza la perfección.
Esta nueva patología fue Identificada por José Manuel Vicente, director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) en 2022. Su nombre nace de tomar el mito de Sísifo, personaje que desafió a los dioses y como castigo tuvo la tarea de cargar una roca hasta lo más alto de una montaña, desde donde la roca cae. Una y otra vez Sísifo debe regresar a la parte baja de la montaña para volver a cargar la roca hasta lo más alto, y así por toda la eternidad.
La sisifemia afecta a todo tipo de trabajadores y en todos los cargos, pero se ve de forma más pronunciada en Profesionales de la Salud; Abogados y Profesionales Legales; Empresarios y Emprendedores, especialistas de las áreas Tecnología e Informática o Finanzas y Banca.
Diagnóstico y tratamiento
Como la sisifemia puede confundirse con el burnout (desgaste laboral)o el workaholismo (adicción laboral) o el TOC (trastorno obsesivo compulsivo), su diagnóstico no es tarea fácil.
Las personas con centralidad en el trabajo suelen proyectar allí temas personales, convirtiéndolo en el escenario perfecto para re editar lo no resuelto aún como estructuras familiares exigentes o narcisistas, tipo de crianza, violencia, vínculos con el liderazgo, traumas, entre otros. Somos personas, trabajadoras, lideres, padres, parejas; somos mente, cuerpo y espíritu, somos emociones, y también cuerpos energéticos con una historia y relacionamiento con el mundo particular. Por eso el tratamiento de la sisifemia y otros trastornos del ámbito laboral deben contar con una visión holística y especializada.
El tratamiento de este trastorno puede ser complejo pero posible, puede incluir desde psicoterapias combinadas con técnicas de relajación, homeopatía, cambios en la alimentación, actividad física, como así también apoyarse en la medicina tradicional a través de estudios complementarios y en casos más complejos con psiquiatría.
La clave es contar con un buen profesional de la salud que pueda acompañar en el proceso del manejo de las emociones para que la persona pueda establecer los límites adecuados para lograr un equilibrio de la vida laboral y personal.
(*): Licenciada en Psicología (M.N. 57898). CEO, Psicóloga & Coach Laboral, Creadora del Método Tarasiewicz en Trabaja Mejor