La Escuela de Espectadores es gratuita. Forma a los asistentes en conceptos vinculados al teatro. Y se reúne cada quince días. Desde que se instaló en Mar del Plata, se convirtió en "la escuela del país que tiene la matrícula más numerosa". Se activa este sábado en el Auditorium.
Desde hace nueve años, la Escuela de Espectadores de Mar del Plata crece en número de participantes. En la tarde de este sábado, desde las 17, volverá a activarse en la sala Gregorio Nachman del Auditorium, en lo que supone una nueva temporada.
La novedad es que, a excepción de la que funciona en Buenos Aires, “es la escuela del país que tiene la matrícula más numerosa”, comentó Pablo Mascareño, periodista, crítico teatral y titular del grupo local. Lo dice en base a las estimaciones de Jorge Dubatti, el especialista en teatro que inventó el concepto de Escuela de Espectadores y que fundó sedes en todo el mundo.
“Es la mejor escuela, porque no tomamos asistencia ni tomamos exámenes”, contó Mascareño. La única tarea de los alumnos es asistir al teatro. Y en las clases, que se realizan cada quince días, son usuales las charlas con los y las teatristas de Mar del Plata y con grupos que llegan desde Buenos Aires u otras partes del país y que, tras las funciones, realizan los desmontajes junto a los alumnos.
Cada desmontaje supone una rica experiencia para hacedores, espectadores y espectadoras.
También se abordan conceptos vinculados al teatro: los fenómenos de liminalidad y trasteatralidad, tanto en experiencias nacionales como internacionales. Y se abordan ideas teóricas de mismo Dubatti y de teóricos como Ariane Mnouchkine, Mauricio Kartún, Ricardo Bartís, Anne Ubersfeld y de otros pensadores.
Consultado sobre las causas del éxito de esta original escuela, que es gratuita y cuyos asistentes no necesitan tener conocimientos previos, Mascareño entendió que “llegó para cubrir una necesidad que tiene que ver con este diálogo de teatristas y de espectadores”.
Además, también responde a la necesidad de muchos espectadores de recibir formación específica para transformarse en receptores activos de las manifestaciones artísticas. “Siempre les digo a los alumnos que a la escuela de espectadores no se recurre para recibirse de crítico de teatro, sino para tener las herramientas que posibiliten ser espectadores con espíritu crítico, que es bien diferente”.
Además, ese número de participantes con ganas de saber más sobre el teatro coincidió con “un crecimiento cuantitativo y cualitativo del teatro marplatense”, observó el crítico.
“Ha sido muy notorio, el teatro marplatense tiene una larga y rica historia, pero en esta última década debemos decir que hubo una renovación, una modificación en los conceptos, una manera de abordar el teatro, noto más riesgo, más riesgo en los teatristas que cuando comenzamos hace nueve años. La escuela coincidió con esta modificación del campo teatral: se van abriendo más espacios cada año, hay más teatristas, más grupos, gente joven y ese fenómeno está acompañado por los espectadores”, agregó.