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No le sobra nada, no se rinde nunca

por Vito Amalfitano

En el último suspiro la mueca amarga trastocó en grito contenido y sonrisa. Nahuel Yeri apareció para dejar otra vez a Aldosivi en la cima de la B Nacional de fútbol, cualquiera sean los resultados de hoy. Para volver a depender de sí mismo.

El transcurrir del partido y de buena parte del campeonato dejaron traslucir que ese a veces es el mayor problema de Aldosivi: depender de sí mismo. Cada vez que le tocó ejercer el protagonismo para marcar diferencias le costó demasiado. O bien por desequilibrio en los partidos en los que propuso el ida y vuelta, o bien por falta de argumentos cuando “se equilibró” un poco más y padeció la falta de generación de juego.

La realidad indica que la semana pasada, en Jujuy, cuando no tenía la obligación del protagonismo, le fue mejor que ahora en el Minella. Perdía de local ante el limitado Los Andes hasta más allá de los 49 del segundo tiempo.

Pero Yeri pudo haber elevado a Aldosivi hacia la gloria. En las próximas dos semanas se sabrá si esa entrada de Yeri fue o no el gol del campeonato.

Le preguntaron a Gustavo Alvarez en la conferencia de prensa por la ausencia de Arnaldo González en la formación inicial. Contestó lacónicamente que fue una decisión “técnica”, sin argumentar. Pero tras cartón reconoció que en el primer tiempo “faltó abastecer a los dos delanteros centro”. Justamente había sacado al futbolista más indicado del plantel para generar ese abastecimiento.

También resolvió arrancar con una “línea de tres” en el fondo. En el cambio por la entrada de “Pitu” quedó evidenciado que en realidad había empezado con “línea de cinco”. Porque entró un volante ofensivo por un defensor, González por Iñiguez, y el equipo quedó con cuatro en el fondo. Un dispositivo inicial tan innecesario como confuso, que efectivamente afectó la generación de juego.

Pero no compensó en orden. Tanto que en la jugada del gol de Los Andes, aun con dos “carrileros” en el equipo, tuvo que salir bien afuera a cerrar Somoza, quien salió mal por el costado, en un exceso de confianza, que después derivó en el avance de Los Andes, el tiro desde afuera y el rebote que concedió Moyano.

Y “Pitu” en el segundo tiempo dio la pelota redonda, al compañero, empujó con centros bien ejecutados, y hasta apareció colaborando en un retroceso que evitó una acción de gol de Los Andes.

Nunca le sobrará nada a este Aldosivi desde el juego. Eso ya es irremediable. Lo que se pide, ya a esta altura, es que no haya errores no forzados. Y mucho menos que uno de ellos sea resignar a uno de los que puede otorgar al menos alguna pequeña dósis de ese juego escaso.

Nunca tampoco habrá que dar por vencido a este Aldosivi. Y, con lo que tiene, está más cerca del sueño de volver.

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