por Gabriela Renault
El miedo genera una baja en el sistema inmunitario, empuja a tomar malas decisiones, no deja pensar y por sobre todo genera mucho estrés negativo.
Desde ya que para nada estamos diciendo que estar atentos, que ser prudentes, que cuidarse, no sea parte del éxito de toda batalla.
Por ende, de lo que estamos hablando que hay un fino hilo entre el miedo y la prudencia.
El evento que estamos viviendo a nivel global, la pandemia del coronavirus, es disruptivo, no es más importante que otras pandemias que hoy nos acosan, la guerra, el hambre, el cáncer, la violencia, pero si es cierto que es del orden de lo desconocido, de lo nuevo.
Lo cierto que nos encuentra a todos en forma alerta, es de lo que hablamos el 90% del día, por no decir todo el día, lo real es que es mucha información las que nos invade, también es una pandemia en la era del conocimiento, y todo se propaga y viraliza, lo bueno y lo malo.
Lo disruptivo, nos convoca a todos, quizás sea una gran oportunidad que tenga la humanidad, seguro habrá un antes y un después, en todas las instituciones, es notorio que, si miráramos la tierra, la contaminación haya descendido, en función de bajar ciertos consumos, quizás las aulas se reinventen, quizás hoy poner en agenda a los adultos mayores venga para quedarse, replegarse en la interioridad de cada uno, es también una posibilidad de gran cambio.
Por ello, debemos bajar los niveles de estrés, bajar el miedo y pasarlo a cuidado, es la oportunidad de no escuchar todo sino la fuente de información más responsable, es traducir yo me salvo, a debemos salvarnos todos, es escuchar antes de hablar, es pensar antes de opinar, es preguntarnos qué puedo hoy hacer yo para colaborar con lo que está pasando, es poder confiar y apoyar las medidas que se están tomando, y escuchar lo que se está pidiendo.
Seguro todos estamos preocupados, pero la palabra es tenemos que estar ocupados. Tenemos que estar menos estresados, así nuestro sistema inmune no se ve vulnerabilizado, tenemos que saber que pensar en forma positiva, suma más que si se piensa en negativo, que todo va a suceder, en la medida que estemos mejor preparados y para que lo que tenga que suceder sea con el menor daño.
Lo importante es tener solidaridad, quizás no valorábamos el beso que nos dábamos con los amigos, el abrazo en un encuentro, y ahora, estamos aprendiendo a estar juntos de otra manera, surgen creatividades de saludos, surgen miradas, del evento diferente, surge la importancia de la escucha , la necesidad de estar cerca de todos los que están asustados, en eso casos quizás nuestro pensamiento sea, que me gustaría que me den, abrazos, escuchar, diálogos, compañía; bueno hagámoslo proyecto, de escuchas, de dar confianza, de cuidados, de saludo siempre , de retomar el dialogo, que venga para quedarse, de estar atentos al que más necesita, de seguir de cerca al que menos puede o está en población de riesgo.
Sumemos en vez de restar, vamos a salir, ya hay indicios, de salida, no son pensamientos mágicos, sino que deben ser de productividad y de innovación, pero sobre todo es una gran oportunidad para dar y que nos sorprendan las vueltas de dar tanto.
(*): Decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía, Universidad del Salvador.