Editaron un libro que recopila y analiza todas las películas que se filmaron en Mar del Plata. La investigación lleva a los autores, Miguel Monforte y Julio Nevelef, a decir que esta es "la ciudad más filmada del interior, con más de 270 películas".
“Mar del Plata es cine. De los pioneros a 2024” es el libro de Miguel Monforte y Julio Neveleff que completa una edición anterior, “Mar del Plata, 100 años de Cine. 1908-2008”. Sobre la base de lo investigado hace unos años, estos dos especialistas en cine se tomaron el trabajo agregar más material y corregir lo que ya estaba editado.
La ampliación del espectro obedeció a un dato: “La revolución digital cambió los paradigmas de producción, distribución y acceso a las producciones audiovisuales, por lo tanto la actividad local se diversificó y se reprodujo como nunca antes había sucedido”, dijo Monforte a LA CAPITAL.
El nuevo libro se presentará este domingo a las 14 en el Espacio Incaa ubicado en Chauvín (San Luis 2849), dentro de las actividades especiales del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Más que un catálogo, el libro busca “analizar de modo ameno las películas hechas en distintos períodos en nuestra ciudad”, dijo Monforte, quien es realizador de cine y docente. Y ambos indicaron que la investigación no dejó dudas: Mar del Plata es “la ciudad más filmada del interior, con más de 270 películas” realizadas por directores foráneos y locales, según Neveleff.
Para Monforte, los filmes encontrados son testimonios de cada una de las épocas en que fueron realizados. “Considero que el cine, desde su mismo nacimiento, cuenta la historia de un lugar, de un país, del mundo, aún cuando no tenga esa finalidad explícita. En el caso de Mar del Plata, al ser una ciudad tan retratada audiovisualmente, ese acervo se convierte en documento invalorable”, observó.
-¿Qué datos encontraron y resultaron ser verdaderas perlitas, sorpresas?
Neveleff: -Desde la participación de Astor Piazzolla en una compañía marplatense productora de películas hasta la filmación de unas películas XXX, desarrollamos un rico anecdotario, escrito para todos los públicos.
Monforte: -Me sorprendió la cantidad de producciones hechas en el puerto, de toda índole y temática. Teníamos un corpus importante de obras que debimos ampliar, porque como dice Julio, pudimos relevar mucho mejor esta vez, y el material sobre el puerto hasta último momento lo tuvimos que ampliar, y como en toda investigación, somos conscientes de que algún material, de manera involuntaria, debe haber quedado afuera. También me resultó relevante la cantidad de documentales biográficos que se han producido en nuestra ciudad. Y me queda la pena de entender que seguramente en el período mudo se deben haber producido muchos más obras que las poquísimas que se conservan (en la mayoría de los casos fuera de Mar del Plata) realizadas en nuestra ciudad. Nuestra rambla y los lobos de Fioravanti han sido mucho menos filmados de lo que yo mismo suponía. Por lejos, el lugar más filmado es la banquina de pescadores.
-Además de agregar más material, ¿qué otra novedad tiene?
Monforte: -Una característica que lo diferencia del libro anterior es que lo abordamos con una mirada más puesta en la producción, en el trabajo, y más analítica, fruto de nuestra propia experiencia e intercambio con los medios audiovisuales en general y los actores audiovisuales en particular en los últimos años.
-¿Cómo fue la búsqueda de material, qué fuentes consultaron?
Neveleff: -El libro es el resultado de más de quince años de acumular y consultar libros, diarios, revistas, plataformas en la web, entrevistas personales y de ver más de 500 películas.
Monforte: -En mi caso, además de acumular, como Julio, mucho material propio, desde VHS, DVD, libros, material conservado en archivo papel y digital, e Internet, también mi propia tarea como realizador y docente, me tienen involucrado muy de lleno a la movida audiovisual local. Esa experiencia en primera persona está indudablemente manifiesta en el trabajo, y además, vale decirlo, en algunos casos le pedimos a los propios marplatenses involucrados que chequearan los datos que íbamos poniendo sobre ellos, y acá rescato su respeto por nuestro trabajo, porque nadie pidió cambiar nada, a lo sumo corregir o agregar algún dato.