Un reciente informe evidenció además que el 62% de las instituciones educativas no estuvieron preparadas para brindar una respuesta adecuada a las experiencias de niños, niñas y adolescentes trans. También, que el 56% de las familias tuvo dificultades para aceptar la autopercepción de género de su hijo o hija.
LA PLATA (Corresponsalía). – De acuerdo a un reciente informe de la asociación civil ‘Infancias Libres’, el 46% de los niños, niñas y adolescentes que manifestaron su disconformidad con el género asignado al nacer lo hizo por primera vez a una edad muy temprana, entre los 1 y los 4 años de edad.
Un 31% lo exteriorizó entre los 5 y los 8 años y un 11% entre los 9 y los 11.
El trabajo basado en un centenar de encuestas realizadas entre junio de 2018 y junio de este año a madres, padres y tutores que tuvieron contacto sólo con esa asociación reveló además que el 62% de las instituciones educativas a las que concurrían los niños, niñas y adolescentes no estuvieron preparadas para brindar una respuesta adecuada a las experiencias de los y las menores, y que el 56% de las familias tuvo dificultades para aceptar la autopercepción de género de su hijo o hija.
Incluso, todavía hoy, un 17% asegura no haber aprobado esa autopercepción.
El estudio que llevó a cabo la ONG creada por Gabriela Mansilla, mamá de Luana -la primer niña trans del mundo en tener un DNI con su identidad de género autopercibida sin pasar antes por un proceso judicial- busca “aportar visibilidad en la cotidianidad de la niñez trans y sus familias”.
Por ello -según sostuvo el equipo de la asociación en las conclusiones- “las familias deben realizar un trabajo de inmersión y reflexión que les permita superar prejuicios internos para poder acompañar y apoyar las experiencias de sus hijxs, y dejarlxs ser libremente”.
“Empoderar estas infancias trans”
El informe de ‘Infancias Libres’ fue presentado el lunes pasado en la Cámara de Diputados bonaerense.
Allí, Mansilla destacó que “desde nuestra tarea buscamos empoderar estas infancias trans, que amen sus cuerpos, que no sean intervenidos, que no se trata de cuerpos equivocados sino que el foco principal está en la educación, en derribar prejuicios y acompañar con amor responsable”.
En ese sentido, el estudio que se realizó en distintas partes del país dio cuenta de que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes se percibe dentro de la feminidad trans (69%), mientras que el restante 31% restante lo hace dentro de la masculinidad trans.
También que el 75% ha manifestado deseos de modificar su corporalidad cuando sea mayor, siendo los principales cambios las intervenciones quirúrgicas referentes a la zona pectoral (66%).
Otro dato para destacar es que el 85% de los niños, niñas y adolescentes cambiaron su nombre de pila, aunque sólo el 21% de las familias rectificó ese nombre en el DNI.
La psicología, el primer lugar de consulta
Finalmente, se observó que la psicología fue la principal rama de la salud a la que las familias recurrieron en busca de ayuda para comprender lo que ocurría (75%), quedando en segundo lugar la pediatría (42%).
Así y todo, el 80% declaró que estos profesionales no ayudaron a conocer qué les pasaba a sus hijos e hijas.
“Esto nos hace reflexionar sobre el nivel de eficiencia de las distintas prácticas profesionales”, señalaron en el informe.
Y agregaron que “es necesario reparar en que no todxs lxs profesionales están instruidos o conocen cómo accionar cuando se trata de dimensiones vinculadas con la identidad de género trans”.
El informe