El gran goleador y leyenda de las canchas de la ciudad pero que también fue el máximo artillero a nivel nacional. Dejó marca en San Lorenzo, en Kimberley y en menor medida en Aldosivi y Alvarado y otros clubes de la ciudad.
por Vito Amalfitano / Juan Miguel Alvarez
Nos dejó ayer un “Cacho” grande de la historia del fútbol de Mar del Plata. El hombre que simbolizó un tiempo feliz en las canchas de la ciudad.
A los 72 años falleció Norberto Omar “Llamarada” Eresuma, una leyenda del fútbol de Mar del Plata, al no poder superar un complejo cuadro cuadro clínico que lo había mantenido en una delicada situación de salud en los últimos meses. Sus restos son velados desde anoche en Sampietro, Yrigoyen 2046.
“Cacho” Eresuma dejó marca en San Lorenzo de Mar del Plata y en Kimberley a la vez, y en tiempos en los que era el gran clásico de la ciudad. Pero también pasó por Aldosivi y Alvarado, antes de que fuera clásico.
Fue el único jugador de Mar del Plata que terminó goleador en un torneo oficial de Argentina, para San Lorenzo de Mar del Plata. Y para Kimberley fue artífice de una victoria histórica sobre River en el estadio del Mundial. Y en Aldosivi formó parte del equipo del memorable triunfo sobre Boca en la Bombonera.
Nació en Tandil. Pero echó raíces por siempre en Mar del Plata. Luego de su debut en Excursionistas de Tandil, Eresuma pasó por Ramón Santamarina y en 1968 llegó a esta ciudad para jugar el histórico Nacional con San Lorenzo. Después de un breve paso por Chacarita volvió a San Lorenzo, donde fue goleador del Nacional 1976. Un año antes había disputado este mismo campeonato con Aldosivi. “Llamarada” también jugó los viejos Nacionales para Kimberley y Círculo Deportivo de Comandante Nicanor Otamendi. En esta ciudad además defendió los colores de Boca, Quilmes, Alvarado y General Mitre. Y jugó en la Selección de Mar del Plata. También estuvo en el sur, en Cipolleti.
Aquí vistiendo al casaca de Kimberley ante Boca Juniors.
En clubes de Mar del Plata tiene registrados 309 goles oficiales: 207 goles en San Lorenzo, 44 en Kimberley, 35 en Aldosivi, 10 en Alvarado, 7 en Boca, 3 en Quilmes, 3 en Círculo. Hizo otros 2 en la Selección de Mar del Plata.
El periodista e historiador del fútbol de esta ciudad, Armando Fuselli, cuenta, en el libro de San Lorenzo de Mar del Plata, que su madre – Beatriz Cotini de Eresuma -, contabilizaba 863 goles en 27 años de trayectoria, desde sus inicios en el colegio San José de la Sagrada Familia de Tandil.
Después Eresuma fue también uno de los docentes y entrenadores más capacitados, aunque sin la trascendencia del jugador.
Y ese futbolista, a su vez, no fue más aun porque se aferró a su Mar del Plata. Como nos confesó en aquella nota que le hicimos en la despedida al San Martín en 1996: “Intenté siempre ser el mejor pero desde mi lugar, porque nunca quise alejarme demasiado de Mar del Plata; hice todo para ser el mejor, me preparé, me cuidé, me entrené, me capacité, progresé… Llegué hasta dónde pude, yo hubiera querido ser aun mejor pero, para ser mejor, quizá debí haber estado en otros lugares. Lo que pasa es que no me quise ir nunca..Algunas cosas que en un tiempo me pasaron en Chacarita me hicieron mantener este pensamiento de quedarme aquí como definitivo. A mí me encantó este lugar, esta gente, completamente distinto a todo a Buenos Aires, acá te quieren por lo que sos, no por lo que tenés…Quizá soy un poco bohemio en cuanto al fútbol, pero siempre me sentí bien así”.
Sin querer señaló el camino. Para los pibes que vienen. Y para dónde debe ir el fútbol de Mar del Plata. Hoy con un equipo en primera, Aldosivi; con otros clubes que trabajan como para que los chicos se formen acá, Kimberley; con una idea nueva del presidente de la Liga, Jorge Roberto Fernández, discutida, pero que apunta al fín a lo mismo, la de tener tres pibés sub 18 en cada equipo del fútbol local de primera. Eresuma quiso quedarse acá “por bohemia”, por aferrarse a “su lugar en el mundo”, y no terminó de irse nunca. Y será, entonces, por siempre, “Cacho” de Mar del Plata, aunque haya nacido en Tandil. El fútbol de la ciudad, en tanto, será el que él soñó y ayudó a forjar, cuando los pibes quieran y puedan quedarse porque aquí se encuentren con todas la condiciones para llegar y trascender.