Anoche murió en el HIGA el camillero herido de bala el 19 de septiembre en la puerta del hospital. La investigación apunta a un joven de 22 años, apodado “El Torito” al que le imputan el hecho.
Jorge Guzmán (38) el camillero que fuera baleado el mes pasado en el predio del Hospital Interzonal falleció en las últimas horas y según los investigadores el ataque respondió a una interna de la hinchada del club Alvarado.
Voceros indicaron a LA CAPITAL que el autor de los disparos contra Guzmán ya estaría identificado pero que por el momento se encuentra prófugo.
El ataque se produjo a las 22 del 19 de septiembre cuando Guzmán, que se desempeñaba como camillero del HIGA, había llegado al nosocomio acompañando a una mujer que tenía a un familiar internado.
El relato de la mujer, según consta en el expediente, sostiene que junto a Guzmán salió a fumar un cigarrillo y en esos momentos, desde el ingreso de la calle Tres Arroyos, ingresó a toda velocidad una motocicleta. Uno de los ocupantes del vehículo, tras acercarse a Guzmán y sin mediar palabra, disparó en varias ocasiones.
Los primeros proyectiles no lo hirieron, por lo que Guzmán corrió hacia el hospital para ponerse a resguardo pero en la huida sí fue alcanzado por uno, que le impactó en el tórax del lado derecho con ingreso por espalda y salida en el pecho).
Guzmán fue internado de urgencia y su estado fue siempre gravísimo, hasta que se produjo el deceso en la jornada de ayer.
La comisaría undécima junto con el fiscal Juan Pablo Lódola iniciaron una investigación que permitió determinar que un individuo apodado “El Torito” había amenazado poco antes a Guzmán, se cree que por cuestiones vinculadas al equipo de fútbol por el que simpatizaban: Alvarado.
Así fue como se pudo establecer dos posibles domicilios de “El Torito”, un peligroso sujeto de 22 años con antecedentes penales contra la propiedad y las personas.
Días atrás fueron allanadas esas viviendas y en una de ellas se encontraron bombos con los colores azul y blanco de Alvarado, los cuales habrían sido sustraídos de la sede deportiva de Peña y Jara.
Para los investigadores el crimen obedeció a una disputa entre facciones de la hinchada de Alvarado, aunque no se descarta que pudiera existir algún otro tipo de conflicto.