No sólo se sometió a varias operaciones estéticas para parecerse al mítico boxeador, sino que varias expresiones vertidas por el personaje quedaron para siempre en el sonido de su voz.
El actor Edgardo Nieva, perseguido desde 1993 por el “fantasma” del boxeador José María Gatica por la interpretación que hizo en “Gatica, el Mono”, de Leonardo Favio, murió este lunes, 31 de agosto, a los 69 años en Buenos Aires.
Nieva no sólo se sometió a varias operaciones estéticas para parecerse al mítico boxeador, sino que varias expresiones vertidas por el personaje quedaron para siempre en el sonido de su voz.
Su deceso se produjo a causa de un cáncer que lo tenía a mal traer desde hace tiempo y por el que había sido internado en la Fundación Favaloro, informó la Asociación Argentina de Actores.
Hombre del peronismo en ideología y sentimiento, había nacido el 19 de marzo de 1951 en un conventillo en la intersección de Callao y Corrientes.
En la banda sonora de “Favio: crónica de un director”, el intenso documental que Alejandro Venturini rodó en 2016, su voz en off fue una columna esencial.
Allí, desde la narración de su humilde infancia, en la que recordaba la condición de pianista de academia de su madre y la de mozo del bar Ramos de su padre, Nieva asimilaba las penurias propias con las del personaje -el único- que lo lanzó a la fama.
Luchador por la vida, mientras intentaba ingresar en la ruta artística como actor, quiso estudiar Ciencias Económicas y realizó toda clase de trabajos.
Estuvo casado muchos años con la actriz Betiana Blum y en la última década era acompañado por Silvina Spada.
No hay foto, afiche o tráiler de “Gatica, el Mono” en el que el rostro de Nieva castigado en el ring no esté en primer plano, pero no le fue fácil convencer a Leonardo Favio de que él era el actor único, preciso, imprescindible.
Además de hacerlo famoso en la Argentina y el exterior -ganó el Cóndor de Plata-, Nieva fue asaltado en una oportunidad en su departamento por dos individuos que, al reconocerlo como el actor que era, se arrepintieron y lo felicitaron.
En la trayectoria de Nieva no estuvo ausente el teatro con las obras “El dragón de fuego” (1997), “Un tranvía llamado deseo” (2000), “Esquirlas” (2002),”Muero por ella” (2004), “La empresa perdona un momento de locura” (2011) y sobre todo en la desopilante “Orquesta de señoritas” (2016), de Jean Anouilh, donde interpretaba el único personaje varonil en un elenco en el que todos los actores hacían de mujer.