La Ciudad

Montenegro definió entre tironeos y ahora el suspenso lo pone la oposición

Anunció que va por la reelección sin tomar partido por Bullrich o Larreta. Presenta la decisión como una consecuencia del acuerdo entre Raverta y Pulti, pero inciden otros factores. El exintendente amagó para un lado y salió para el otro.

Por Ramiro Melucci

“Nunca hay que menospreciar al peronismo unido”. El jueves a la tarde, un día después de que Fernanda Raverta y Gustavo Pulti anunciaran su acuerdo electoral, desde el entorno de Guillermo Montenegro partieron las primeras palabras destinadas a derrumbar el muro de misterio que el intendente había edificado desde hacía meses.

“Esto nos hace repensar la estrategia”, decían los promotores de que el jefe comunal evaluara hasta la última oferta para migrar a un puesto nacional o provincial. Los mismos que no hace tanto sostenían que en Mar del Plata ganaba cualquiera que se pusiera el sello de Juntos por el Cambio. “Ahora hay que ir con todo”, sentenciaban.

Hablaron de presiones para aceptar otros ofrecimientos, mencionaron con insistencia la opción de ser el vice de Diego Santilli, pero es lógico pensar que también las hubo para que Montenegro aporte desde Mar del Plata la mayor cantidad de votos a la contienda de la provincia de Buenos Aires, clave para la nacional. Y para que se defina por uno de los dos espacios que pugnan en la coalición: el del jefe de gobierno porteño o el Patricia Bullrich.

El intendente tiene hoy a su principal socio político, el jefe del radicalismo bonaerense, Maximiliano Abad, claramente inclinado hacia el sector Bullrich, con posibilidades de ser su compañero de fórmula. Una apuesta por Larreta lo dejaría en veredas enfrentadas; una por la exministra de Seguridad volcaría definitivamente los respaldos de Mar del Plata. Montenegro, sin embargo, no tomó partido por ninguno. Sigue haciendo tan bien los deberes del equilibrio y la ecuanimidad que Bullrich, Larreta, Santilli y su contendiente en territorio bonaerense, Néstor Grindetti, salieron al unísono a celebrar su anuncio reeleccionista. Esas expresiones confirman que hoy es uno de los pocos jefes comunales que podrían ir colgados de las dos listas de Juntos por el Cambio. Es decir, de los que tendrían garantizada la famosa “V”.

En distintas terminales del oficialismo vernáculo coincidieron en que la movida de Raverta y Pulti fue “fuerte”. Más que la directora de la Anses sorprendió el exintendente. Hacía tiempo que la jefa del Frente de Todos local tenía la aspiración de sumar al líder de Acción Marplatense. Pulti, en cambio, amagó con ir hacia el peronismo no kirchnerista, pero evidentemente no creyó en sus posibilidades. De la misma forma que antes no había creído en la propuesta del cordobés Juan Schiaretti.


La primera foto del acuerdo Pulti-Raverta: Eva Ayala, de AM, junto a Pablo Obeid, del FdT, y los equipos técnicos.


La presentación en sociedad tuvo la pompa que suele imprimirle a sus movimientos el exintendente: primero el acuerdo programático, luego las candidaturas. Podrá haber fotos de equipos técnicos, nombres de programas, proyectos e iniciativas por doquier, pero a menos de una semana del cierre de listas la verdadera discusión es por los nombres.

Para Raverta no será sencillo complacer a todos los sectores. En los primeros lugares de la lista de concejales debe colocar a un representante propio, a uno del massismo y ahora también a uno de Pulti. Similares inconvenientes se presentarán con la lista seccional. El director del Correo Argentino y desafiante en la novel Unión por la Patria, Rodolfo “Manino” Iriart, avisa que estacionará cerca su ambulancia: quiere recoger los heridos que pueda dejar la disputa por las listas. Puede recolectar algunos, pero probablemente no alcance para disimular el golpe que la alianza de los principales dirigentes de la oposición le dio a cualquier intento de armar otra propuesta de corte peronista en la ciudad.

El acuerdo 2023 trajo recuerdos del desacuerdo 2019. Montenegro le ganó a Raverta por menos de 10 mil votos, postergó a Pulti al tercer puesto y dejó para siempre clavada la duda contrafáctica de qué hubiera sucedido si la jefa del Frente de Todos y el líder de Acción Marplatense se juntaban. “Pedimos una gran PASO y nos ofrecieron una banca en el Congreso”, se quejó Pulti hasta mucho tiempo después.

En los primeros años de la gestión de Montenegro, la relación entre Raverta y el exintendente parecía irreconciliable. El partido vecinal se presentaba como un socio clave para Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante; el Frente de Todos lo trataba de “cómplice”.

Los tratamientos del presupuesto, los aumentos de tasas y las cesiones de facultades para aumentar el boleto mostraban en toda su dimensión lo lejos que habían quedado. El 25 de septiembre de 2020 la pelea estalló en el medio del recinto. “La única forma de hacerme desaparecer es si tiene testículos, compra una 45 y me pega un tiro en la cabeza”, rugió el jefe del bloque de AM, Horacio Taccone, en relación a su par del Frente de Todos, Marcos Gutiérrez, al que acusó de “faltar a la verdad” por no aprobarle un proyecto vinculado con la reapertura de la gastronomía.


El partido vecinal se presentaba como un socio clave para Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante; el Frente de Todos lo trataba de “cómplice”.


La relación empezó a cambiar después de la renovación legislativa de medio término. Acción Marplatense siguió aprobando presupuestos y convalidando facultades para aumentar el boleto, pero sin recibir acusaciones del kirchnerismo. Era un indicio. Había otros: AM y el Frente de Todos le propinaron un duro revés al gobierno local cuando a principios de 2022 impidieron el avance de las fotomultas en el Concejo.

Ya en octubre de 2022, como en ese momento reveló LA CAPITAL, estaba claro que Raverta aspiraba a sumar a Pulti. El exintendente consideraba que no era el momento, pero la oferta nunca declinó. “Hace un tiempo cambiamos el tono en el Concejo. En el andar fuimos construyendo confianza. Nos fuimos conociendo y nos sacamos los miedos”, explica un hombre fundamental para el acuerdo. Y no se desentiende de la historia: “Todos hemos aprendido de las experiencias”.

Ahora la cuota de misterio la pone el flamante Encuentro Marplatense. La candidatura de Raverta o de Pulti se conocerá a último momento, de acuerdo al desenlace de las negociaciones. No parece que pueda haber una PASO entre ellos. Pero cerca de la funcionaria aseguran que si hay interna a nivel nacional y provincial también la habrá en Mar del Plata. Contra Iriart. “La idea es que Manino participe en igualdad de condiciones. Sería ridículo que hubiera interna en todos lados y no en Mar del Plata”, aducen.

No asoma tan sencillo. El reglamento interno de Unión por la Patria en la provincia no es precisamente una invitación a la participación de las minorías. De allí la pregunta que ya lanzó Scioli con alusiones a la derrota de 2021: “¿Van a discriminar de vuelta?”. 

 

 

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...