Las autoridades municipales anunciaron un escenario preocupante y pusieron una señal de alarma por la cantidad de infectados que van surgiendo diariamente. Las reuniones sociales y la irresponsabilidad de cierto sector de la ciudadanía determinaron un crecimiento exponencial de casos positivos, sospechosos y aislados por contactos estrechos.
MIRAMAR (Corresponsal). – Pese al avance de contagios de coronavirus especialmente durante la última semana que determinó un escenario complejo en Miramar, esta ciudad se aseguró la continuidad en la fase 4. En la misma situación está Nicanor Otamendi y se sumó Mar del Sud, ante la aparición de un nuevo caso este domingo, mientras que Mechongué, que se mantiene sin infectados, seguirá en fase 5.
Hasta la noche del domingo los infectados totales llegaban a 129, siendo 47 activos, 78 recuperados y 4 fallecidos, mientras que en observación permanecen 49 personas y 408 en aislamiento preventivo por considerarse contactos estrechos.
Luego del nuevo análisis semanal que realicen conjuntamente el gobierno de la Provincia con funcionarios del municipio de General Alvarado, se sabrá realmente si desde el domingo venidero habrá o no un descenso a fase 3 desde el 20 de septiembre.
Existe una profunda preocupación por las reuniones sociales, algo que de momento no se puede controlar pese a los cambios de fase y restricciones que parecen no haber generado el efecto deseado.
Esto generó que gran parte de la población, la cual actuó responsablemente durante toda la cuarentena, esté exhausta de las medidas restrictivas y a la vez muy descontenta con la irresponsabilidad de otro sector que sigue sin medir consecuencias.
“A través del conocimiento de nuevos hisopados y el seguimiento epidemiológico nos enteramos de encuentros por cumpleaños, mateadas, fiestas y otros eventos que causan por cada caso arriba de 10 contactos estrechos. Hay que retroceder en esas acciones para poder mermar cantidad de casos y achicar ese número entre todos”, repitió una vez más el responsable del Comité de Crisis local, Joaquín Isaía.
El profesional médico también aclaró que, “en Miramar no existe transmisión comunitaria, para eso habría que desconocer el 60% del origen de los infectados que hoy es del 15%”
También Isaía puntualizó sobre la del sistema de salud local. “El hospital municipal cuenta con 40 camas de internación, la ocupación es del 45% y ninguno de los casos de coronavirus está en terapia intensiva. En el sector internación común hay 5 internados con Covid-19 y 5 sospechosos”.
“Todos los hospitalizados permanecen en estado moderado y hay que tener en cuenta que cuando el cuadro se agrava puede llegar la muerte en poco tiempo”, agregó.
Por su parte, el sanatorio Mitre posee 23 camas, 4 de UTI liberadas y sólo permanecen 3 personas internadas actualmente.
Perjuicios
Ante un posible escenario de cambio de fase la secretaria General y de Gobierno, María Eugenia Bove, declaró: “No garantiza que no avance la enfermedad por eso seguimos apelando responsabilidad individual”.
“No queremos retroceder con lo que eso implica y volver a horarios estrictos, sólo servicio de delivery – menos artículos esenciales -, que las recorridas al aire libre sólo sean a 500 metros del domicilio, y la obra privada también se detenga. Hay que tratar de hacer el mayor esfuerzo, de esta salimos entre todos por eso este lunes haremos una reunión en el Concejo Deliberante para escuchar propuestas de la oposición”, argumentó la funcionaria.
Otro de los temas sensibles es la apertura de la ciudad a propietarios de inmuebles no residentes. “No fuimos lo suficientemente claros primeramente en la información, pero desde el 20 de septiembre se va a abrir un registro para quienes tengan propiedad y tributen en el distrito”, destacó Bove.
“Habrá que llenar un formulario previamente con ciertos requisitos, pero hasta el 1 de octubre no dejamos ingresar a nadie. Recién ahí vamos a evaluar cuál fue demanda en ese lapso y con la foto de situación epidemiológica hasta ese momento, saldrá un decreto de habilitación y el ingreso será por cupos”, aclaró.
Siguiendo con este tema, Bove sostuvo que “quienes califiquen para ingresar deberán hacer cuarentena estricta de 14 días, no vamos a otorgar permisos de 48 y 72 horas. Habrá controles diarios, fortalecimos el equipo del municipio, se sumaron voluntarios y el sistema VETe nos trajo muy buenos resultados, aunque siempre hay cosas por mejorar”.
Temporada y escenarios posibles
El primero de los escenarios turísticos que puede plantearse de cara a la próxima temporada estival es que no se abra directamente la actividad como hasta ahora por medidas del gobierno nacional, algo que afectaría sensiblemente por varios meses el circuito económico local ya resentido.
Otra opción es que se libere todo, pero los intendentes de la Costa Atlántica mantienen una posición firme y exigencia al gobierno nacional para aumentar el equipamiento y personal de salud, además de fortalecer todos los demás recursos.
Por último, existe una alternativa intermedia, que podría diagramarse mediante estadías mínimas para tener un caudal más moderado de visitantes y controlar mejor la situación.
“Tenemos aceitada la actividad en retenes para registrar informáticamente cada uno de los que lleguen pero hoy reina la incertidumbre. Estamos hablando de la vida o la muerte”, concluyó María Eugenia Bove.