De hacer una buena elección, el candidato de La Libertad Avanza se convertirá en un serio candidato en octubre.
Es abril del año 2015. La Unión Cívica Radical (UCR), PRO y la Coalición Cívica vienen de cerrar un acuerdo y construir la alianza Cambiemos para competir contra Daniel Scioli, por entonces gobernador de Buenos Aires y candidato a Presidente por el Frente para la Victoria. En Canal 26 todavía se emite Hora Clave, el clásico programa de Mariano Grondona, que en su último tramo estuvo acompañado por el periodista cordobés Pablo Rossi.
La noche del martes 28 del mismo mes recibieron en el estudio a un economista que se presentó de la siguiente manera: “Soy economista jefe de la Fundación Acordar. Tengo un pasado como docente; como académico tengo más de 50 artículos publicados, seis libros y más de 100 notas de divulgación en diarios. No seré famoso como economista, pero sí como rockstar”.
Era Javier Milei. Ocho años después de aquel desembarco en la televisión argentina, el libertario tiene la atención del bicoalicionismo de Juntos por el Cambio y Unión por la Patria. En el medio, hasta llegó a protagonizar una obra en la mítica calle Corrientes de la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el teatro Picadilly.
Excentricidades características de Milei
El libertario nació en la Capital Federal el 22 de octubre de 1970. Es libriano, como Juan Domingo Perón. Es hijo de Norberto Horacio Milei y Alicia Luján Lucich. Su hermana es Karina Milei, “El Jefe”, como la llama: se trata de la persona de mayor confianza para él. Tal es así que le dio, nada más y nada menos, las riendas de su carrera presidencial.
En su adolescencia, Milei tuvo un breve paso por el fútbol en el club Chacarita. Era arquero. Sus compañeros lo llamaban “El Loco” y algún viejo entrenador supo decir que “servía”, era “buen arquero”.
“No soy hincha de Chacarita, pero llegué a ser parte del plantel profesional en el año 1989”, confesó en una entrevista radial. De joven era reservado y un gran alumno en la escuela.
Integró una banda de rock llamada Everest, reafirmando su definición que dio en Hora Clave.
El lunes pasado se dio el lujo de cantar el estribillo de su himno, “Panic Show”, de la Renga -banda que expresó su desagrado por el uso de la canción-, durante su cierre de campaña en el estadio Movistar Arena. Detrás suyo, colgaba un lienzo negro que lo separaba de los instrumentos que utiliza por estos días el cantante mexicano Luis Miguel. La canción del grupo nacional es un clásico entre los libertarios y su líder, “El León”.
La tabla cambiaria de José Alfredo Martínez de Hoz y la hiperinflación alfonsinista lo empujaron a estudiar economía en la Universidad de Belgrano. Tiene dos maestrías: una en Teoría Económica, en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), y otra en Economía, en la Universidad Torcuato Di Tella.
Es uno de los pocos especialistas en crecimiento económico que tiene este país. Fue docente en áreas vinculadas a la teoría monetaria y financiera, entre otras.
Por lo que su animosidad con el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la inflación tienen un claro origen. En las elecciones presidenciales de 1989 votó a Álvaro Alsogaray, uno de los impulsores del liberalismo argentino. Tras la victoria de Carlos Saúl Menem y el desembarco de la convertibilidad con Domingo Cavallo, Milei encontró un nuevo lugar de contención para su sufragio.
Nunca votó al kirchnerismo, odia al radicalismo, pero sí contó que, en 2015, se inclinó por Mauricio Macri.
Durante su discurso de cierre de campaña esbozó una frase que, al oído de los presentes, resultó confusa: “En 2015, un outsider llegó al poder (…) y los propios integrantes de la coalición se opusieron a los cambios”. ¿Un centro? ¿Un guiño? El propio Milei contó esta semana que Macri lo llamó para felicitarlo por su multitudinario cierre de campaña. El ex presidente no está dentro del corral de la “casta”.
Su carrera presidencial, paso a paso
El tono de su voz, su énfasis en algunas palabras, su peinado -despeinado- y la aparición de dos conceptos clave en su retórica, la “casta” y el “Estado”, lo posicionaron a Milei entre los economistas preferidos por los productores de televisión del prime time. En 2019, anunció su afiliación al Partido Libertario, que había sido creado un año antes. Hoy, lo tiene como líder absoluto.
Para ese año, también de elecciones presidenciales, Milei se mantuvo cerca de otro liberal, quizás el primero en términos mediáticos recientes, José Luis Espert. Para el 2019, el pergaminense se presentó como precandidato presidencial. Antes de la irrupción de estos dos personajes, la palabra “liberalismo” no era utilizada ni siquiera en el círculo rojo.
Ya en 2020 y en plena pandemia, Milei lanzó su precandidatura a diputado, tras alzarse con la bandera de la “libertad” en días de restricciones por el COVID-19. Lo hizo a través de un vivo de Instagram, una acción política de la nadie se percató, o que sí, pero desde el absurdo.
Tras abandonar el Frente Despertar, fundado por Espert, Milei comenzó a forjar los cimientos de su propia plataforma política en vistas a las elecciones legislativas del 2021 en la Ciudad. El 14 de julio de ese año quedó conformada La Libertad Avanza que, en su comienzo, contó con el apoyo de Juan José Gómez Centurión.
Milei incorporó a su equipo a Victoria Villarruel, la segunda en la lista que encabezó el propio economista a diputados nacionales por la Ciudad. El primer candidato para la Legislatura porteña era Ramiro Marra. Hoy, ese tridente se vuelve a repetir. Milei-Villaruel componen fórmula presidencial, mientras que Marra, ex dirigente lavagnista, irá por la Jefatura de Gobierno.
El espacio obtuvo el 13,90 por ciento de los sufragios en las elecciones primarias y logró así posicionarse como la tercera fuerza en la Capital Federal, desplazando a la histórica Izquierda porteña. Los actos en diversos puntos de la Ciudad, transgrediendo normas sanitarias, fueron un sello distintivo del libertario en esa campaña. Su narrativa, que parecía lejana en la política argentina, que observaba el fenómeno Donald Trump y Jair Bolsonaro, había penetrado.
En las generales Milei aumentó su caudal electoral y llegó al 17,04 por ciento. Más de 300.000 votos. De esta manera, el libertario llegó al Congreso de la Nación, con Villarruel, y Marra a la Legislatura. Desde que asumió, Milei sortea todos los meses su sueldo. Vive de “conferencias”, dice cada vez que le preguntan, y de su paso por el “sector privado”. Entre sus empleos se destaca el de haber sido un asesor de Eduardo Eurnekian, uno de los empresarios más importantes de la Argentina.
En abril del 2022, Milei promovió su precandidatura presidencial. Entre ese mes y julio del mismo año quedó en ojo de la tormenta por una serie de declaraciones -polémicas- sobre la venta de órganos y por una postura favorable sobre la portación de armas de fuego. A eso se le sumó un fallido acto en Gerli, que su equipo ideó en una fría noche de invierno y lejos de la Ciudad, donde se encuentra su votante por naturaleza.
Fueron los tres meses más duros para el libertario desde su desembarco en la política nacional. Hasta uno de sus promotores, Carlos Maslatón, se alejó de él con fuertes críticas por su equipo de campaña. Lo que obligó al libertario a bajar su perfil.
Ya en 2023, tras haber podido surfear la ola de inestabilidad, Milei volvió a posicionarse en la escena pública. Favorecido por la crisis económica, en términos de discurso, el economista regresó a los medios de comunicación tradicionales. Desde entonces a la actualidad, Milei se sostiene como una clara opción de cara a las primarias del próximo domingo. Aspira a llegar al balotaje.
Sus propuestas son de público conocimiento: eliminación del Banco Central, recorte del gasto público y una dolarización progresiva. O mejor dicho: “El plan motosierra”. Ocho años después de aquella noche en Hora Clave, Milei se encuentra ante el desafío de su vida. De hacer una buena elección se convertirá en un serio candidato en octubre. Aún hoy, a horas de la votación, el círculo rojo lo mira de reojo, al igual que sus competidores.
¿Podrá el ex arquero de Chacarita romper el maleficio de las terceras fuerzas argentinas que terminan siendo absorbidas por los dos grandes partidos? ¿Verán los argentinos, como ya vieron a Dylan, el perro de Alberto Fernández, coletear por la Quinta de Olivos a Milton, Murray, Robert y Lucas? ¿La Argentina tendrá también su propia experiencia de ultraderecha como Estados Unidos y Brasil? “Pase lo que pase, Milei sabe que ya ganó.
Corrió el eje de discusión, que significó la utilización de un lenguaje exótico y tabú en estas latitudes”, sostuvieron desde sus filas. El domingo a las 21 horas se empezará a develar el gran misterio: ¿Cuánto mide “El Loco”?.