La activista política acusó a la Justicia de no respetar la resolución de la CIDH. "No le di prisión domiciliaria, cambié el lugar de detención", aclaró el juez Pullen Llermanos.
Milagro Sala, detenida desde el jueves en su casa de la localidad jujeña de El Carmen, aseguró que su reclusión en esa vivienda “no es una (prisión) domiciliaria” y que la Justicia no respetó “la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”, que el 28 de julio solicitó “medidas alternativas” a la prisión preventiva de la líder de la Tupac Amaru, que estaba alojada en la Unidad 3 de Mujeres del Servicio Penitenciario de la provincia de Jujuy.
“Tengo un camión grandísimo de Gendarmería, también está la policía de la provincia, tengo cámaras que rodean toda la casa, micrófonos. Esto no es una domiciliaria, no ha respetado la resolución de la CIDH, no puedo creer que no la respeten”, dijo Sala en diálogo con AM 750.
La líder de la Tupac Amaru afirmó que su casa se transformó “en una cárcel”, criticó “que a las 9 de la mañana, cuando hay relevo de guardia tenga que salir al balcón para decirles que estoy”, y se preguntó: “¿Para qué tengo pulsera?”, en referencia al dispositivo electrónico de control.
Sala, detenida desde enero de 2016 por “instigación a cometer delitos” y “tumultos”, cuestionó que su situación judicial se haya “agravado” y la comparó con la de Carlos Blaquier, dueño del ingenio Ledesma. “Luchamos mucho con los organismos de derechos humanos para que Blaquier vaya a la cárcel y sea juzgado, como los genocidas. A Blaquier lo absuelven y a los luchadores sociales nos agravan la situación penal”, apuntó.
La prisión preventiva de Sala se extendió por las causas que se tramitan en su contra por acusaciones de fraude, extorsión y asociación ilícita, a raíz del presunto desvío de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas sociales, investigación a cargo del juez Gastón Mercau.
El 28 de julio, la CIDH solicitó al Estado argentino “medidas alternativas a la detención preventiva” de Sala, “como el arresto domiciliario”, o bien que “pueda enfrentar los procesos (judiciales) en libertad con medidas como la fiscalización electrónica”.
“Esto es una especie de detención sui generis. Yo no hice lo que la Corte pidió, no le di prisión domiciliaria, cambié el lugar de detención porque si una persona se encuentra en situación de riesgo, y me lo hacen saber los organismos internacionales, debo resguardar la integridad física de esa persona”, aclaró hoy el juez Pablo Pullen Llermanos.
En declaraciones a radio La Red, Pullen agregó que “nuestro país debe hacer los mejores esfuerzos para dar cumplimento a las peticiones realizadas en materia de derechos humanos por la CIDH. Yo he hecho el mayor esfuerzo, no he concedido una prisión domiciliaria”.
Sala cuestionó el lugar elegido como alternativa a la cárcel de Alto Comedero. “En febrero de este año destrozaron toda la casa. Vinieron para acá y vieron que la casa estaba en muy mal estado. Dijeron que el lugar era éste, cuando yo hace 20 años que vivo en el barrio Cuyaya. Creo que han pensado que nadie iba a colaborar. Cuando los compañeros se enteraron, vinieron a ayudar a arreglar la casa”, señaló.
Además, fustigó tanto al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, como al presidente Mauricio Macri: “Parece que Macri y Morales se han olvidado de que vivimos en democracia. No puede ser que, si vos no pensás como ellos, te obliguen a agachar la cabeza, a ser reprimido, encarcelado”.