La joven artista estuvo en Mar del Plata para promocionar su último EP, que incluye un tema con tintes caribeños que invitan a disfrutar del verano, y sueña con volver para cantar ante el público local.
“Me encantaría volver a Mar del Plata y cantarles mis canciones”, aseguró Mila Manes, en el marco de su paso por la ciudad para promover su último EP “Anima7e”, que incluye la canción “Qué rico”. Se trata de un tema con tintes caribeños, muy veraniego, con el que también recorrió la costa atlántica.
Disfrutando del lanzamiento del material sobre el que tanto ha trabajado, la joven cantante que fue seleccionada para presentarse en el festival de Viña del Mar aseguró en una charla con LA CAPITAL: “Me animé a abrazar mis singularidades y eso es lo que quiero transmitir a la gente”.
Si bien se prepara desde chiquita, hace poco más de tres años inició su recorrido profesional en la música con su primer disco “El sueño de Mila”. Luego, vinieron singles, EP y colaboraciones con otros artistas que la fueron posicionando cada vez más en la compleja escena musical.
“Me falta un montón de trayectoria, un montón de cosas por vivir, pero siento que estoy parada en el mejor momento de mi vida”, confió a LA CAPITAL.
-Tu último EP tiene un tema, “Qué rico”, con mucho de veraniego, playero. ¿Lo pensaste así?
-La verdad, sí, lo pensé muchísimo para el verano. Es una de las canciones que trajimos de Puerto Rico y con la que quisimos representar algo flashero, traer el sonido caribeño para Argentina. En el video quisimos poner muchísimo color, muchísimo de lo latino, pero un poco más centroamericano.
-De todas formas, el EP es variado en climas, mensajes, sonidos…
-Se llama “Aníma7e” justamente porque en el último tiempo como artista empecé a encontrar una sonoridad nueva, a meterme un poco más en lo que es el pop. Justamente, “Aníma7e” es una mezcla entre el pop, el reggaetón, lo latino, lo caribeño, el tropipop. Se trata un poco también de incentivar a la gente a olvidar su pasado, a vivir el presente y salir de la zona de confort, probar cosas nuevas que es lo que yo hice con la sonoridad, con los videoclips, con mi estilo, con mi personalidad. Me animé a abrazar mis singularidades y eso también es lo que quiero transmitirle a la gente: que pueden abrazar sus singularidades, sus diferencias, lo que nos hace únicos a cada ser humano.
Dentro de las canciones, “No estás” tiene un homenaje, coreográficamente, a Michael Jackson, también tienen mensajes que me encanta transmitir. “Mis chicas” es una canción más para salir a bailar, juntarse con amigas, un reguetón un poco más tradicional.
-Desde muy chiquita te preparás en canto, baile, música. ¿Dónde sentís que estás parada hoy, con respecto a esa nena que soñaba con dedicarse a esto?
-Siento que estoy parada en el mejor momento de mi vida y de mi carrera porque lo estoy disfrutando, porque estoy acompañada de un gran equipo y porque tanto en lo profesional como en lo personal estoy muy bien. Justamente, mi primer álbum se llama “El sueño de Mila” porque era el sueño de esa niña que iba en el auto con la música a todo volumen y se imaginaba arriba de un escenario bailando, cantando y haciendo todo lo que amaba. Hoy en día puedo decir que lo estoy viviendo, que me levanto cada día feliz de poder estar viviendo y trabajando de lo que amo.
Obviamente, falta un montón de trayectoria, un montón de cosas por vivir, pero siento que estoy parada en el mejor momento de mi vida.
De Puerto Rico trajimos un montón de canciones que muestran una esencia nueva de Mila, por así decirlo, que creo que traen una sonoridad nueva, una propuesta diferente que les va a gustar.
-¿Creés que cantar en Viña del Mar marcó un antes y un después en tu recorrido en la música?
-Sí, definitivamente. Ya desde la preparación, antes de llegar a Chile, el proceso que transité allá en el festival, el conocer colegas de distintos países, el conocer la gran producción que hay detrás, el haber visto artistas de grandes trayectorias por el escenario de la Quinta Vergara, haber visto a colegas argentinos y también haberme parado en semejante escenario -que no por nada le dicen el monstruo- y el público también que en un principio tenía un poquito de miedo porque tienen su fama, de cómo podían llegar a reaccionar y a abrazar mi música Y por suerte todo salió muy bien y la gente fue súper respetuosa, súper amable. Puedo decir que después del escenario de Viña no le tengo miedo a nada. Fue algo muy fructífero, profesionalmente me dejó mucho aprendizaje.