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Mieres, el marplatense que corrió en Fórmula 1, fue olímpico en Roma 1960 y “bautizó” un bar emblemático

Entre los veinticinco pilotos argentinos que corrieron en Fórmula 1 antes que Franco Colapinto se encuentra el marplatense Roberto Mieres, un todo terreno de mil historias.

Franco Colapinto se convertirá el fin de semana en el vigésimo sexto piloto argentino en correr un Gran Premio de Fórmula 1.

Entre sus antecesores hay nombres de peso como Juan Manuel Fangio, Carlos Reutemann, Oscar Alfredo Gálvez y José Froilán González. Gastón Mazzacane fue el último en 2001.

Mar del Plata también tuvo un representante en la Fórmula 1 y no fue uno más. Roberto Casimiro Mieres, nacido en esta ciudad hace casi cien años (el 3 de diciembre de 1924) se destacó en el automovilismo, fue campeón argentino y representó al país en yachting en los Juegos Olímpicos de Roma 1960; jugó al rugby, al tenis y fue también un exitoso empresario. Todo un personaje que se radicó en San Isidro y vivió sus últimos 30 años en Punta del Este, donde falleció el 26 de enero de 2012.

“Bitito” Mieres, como se lo conocía, compitió en 17 carreras de Fórmula 1 entre 1953 y 1955, los años en los que Fangio dominaba la escena de la categoría.

Durante ese lapso Mieres obtuvo tres cuartos y dos quintos puestos. En el campeonato de 1955 terminó octavo. Y dejó otras dos particularidades. Hizo la vuelta más rápida en el Gran Premio de Países Bajos 1955 y metió una épica remontada pasando 26 autos para escalar del puesto 32 al 6 en una carrera.

Durante esos tres años corrió para la escudería francesa Gordini, para la italiana Maserati y en 1954 para su propia escudería.

Más allá de la Fórmula 1, Mieres fue el primer argentino en ganar una carrera de autos en Estados Unidos, al imponerse en los 1000 kilómetros de Daytona en 1959, conduciendo un Porsche 718 RSK junto con Antonio von Döry.

Mieres con la Maserati 250-F delante del Mercedes de Fangio en el Gran Premio de Italia.

“Empecé corriendo en coches sport y tuve la desgracia de ganar la primera carrera que corrí. Fue un Speedway en San Justo en 1947. Eso hizo que me entusiasmara, porque si salís cola en tu primera carrera, lo más probable es que te dediques al vóleibol después… ¿no?” contó el propio Mieres sobre sus inicios en una entrevista con la revista especializada en autos, Corsa.

El marplatense contó que tras ganar una carrera en Rosario, en una categoría preliminar de la temporada internacional, fue observado por los italianos Farina y Ascari, que estaban allí. Ellos le recomendaron a Borgonovo que lo sumara al equipo argentino de Fórmula 1, en el equipo que ya tenía nada menos que a Fangio.

Entre sus triunfos dentro del automovilismo nacional se destaca uno en su ciudad natal, en el Gran Premio Sport Eva Perón del 22 de abril de 1951 con un Alfa Romeo.

“Lo hice siempre con un espíritu amateur, siempre lo hice por divertirme. No es como hoy… la vida era más divertida. Arriesgabas bastante, la prueba está en que se mataron muchos tipos de mi época. Tal vez arriesgabas más en nuestra época, los circuitos eran más peligrosos, los coches más difíciles de manejar y la competencia era menor” contó sobre su paso por el automovilismo.

Olímpico en Roma 1960

No obstante, más allá de su muy buen nivel en una época en la que se codeaba con los mejores, de un día para el otro dejó el automovilismo para meterse de lleno en el mundo de la vela.

Y como en todo lo que emprendía, mal no le fue. Fue ocho veces campeón argentino de yachting.

En aquella entrevista de 1975, Mieres contó también cómo fueron sus inicios en la náutica. “La primera vez que me subí en mi vida a un Star, que fue mi barco de regatas con el cual fui olímpico y ocho veces campeón argentino: fue en Cannes. El príncipe Bira me llevó a navegar un rato. Además en las Olimpíadas del ’60 corrí contra él, corriendo él por Tailandia y yo por Argentina”, recordó.

En los Juegos Olímpicos de la capital italiana Mieres finalizó 17° junto a Víctor Fragola en la clase Star.

Dejó su huella en Recoleta

Uno de los bares emblemáticos de la Recoleta, el coqueto barrio porteño, es La Biela, ubicado frente al cementerio.

Mariano Wullich contó años atrás, en una nota para La Nación, como fue que Mieres rebautizó esa esquina que hasta entonces se llamaba La Veredita.

“Rugió feo el motor del auto cuando llegaba al final de la avenida Quintana: abrió el capot, entró en la confitería de enfrente y con el fierro en la mano gritó: “¿Vieron gallegos, esto es una biela?” Sin darse cuenta, “El marqués” había rebautizado La Veredita, esa esquina emblemática que desde hace más de 50 años se llama La Biela”, relató Wullich en aquella entrevista.

Más allá del deporte, Mieres dejó su marca como exitoso empresario. Tuvo concesionarias de autos en Capital Federal -Peugeot, Di Tella y Renault-, fundó el Club de Automoviles Sport y creó el Boating, el primer gran country sobre el agua.

Sin dudas todo un personaje de la época. Y el único marplatense que se dio el lujo de correr en la Fórmula 1.

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