La Ciudad

“Mi primera reacción fue llorar”, dijo la restauradora de los murales de Castagnino tras el incendio

Natalia Minuchin confesó que sufrió una “angustia total” al ver las imágenes del viejo cine San Martín en llamas. El alivió llegó cuando se enteró que las históricas obras en las que trabajó no fueron alcanzadas por el fuego. “Después de las lágrimas vino la tranquilidad”, manifestó.

“Mi primera reacción fue llorar”, confesó la restauradora de los murales de Juan Carlos Castagnino ubicados en el viejo cine San Martín, Natalia Minuchin, sobre su reacción al ver las imágenes del edificio en llamas, y reveló que el alivio le llegó cuando le informaron que las históricas obras de arte en las que trabajó no fueron alcanzadas por el fuego.

“Me quería morir, me desperté con el teléfono estallado de mensajes y me dio una angustia total”, manifestó Minuchin en diálogo con LA CAPITAL y agregó que luego le llegó un mensaje de la arquitecta del grupo Dinal que decía que se quede “tranquila” porque los murales “estaban bien”. “Después de las lágrimas vino la tranquilidad”, agregó.

Con el objetivo de levantar una “torre sustentable”, la firma constructora Dinal es la que adquirió el edificio ubicado en la avenida Independencia, entre Rawson y Garay, donde antiguamente funcionaba un cine. Para la restauración de las obras del prestigioso artista y arquitecto marplatense eligió a Minuchin, quien se formó en España y egresó de Bellas Artes en la ciudad de La Plata, y actualmente se dedica a la preservación de las obras permanentes que tiene el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, que funciona en la Villa Ortiz Basualdo.

En este sentido, Minuchin recordó que estos murales de Castagnino fueron declarados patrimonio histórico municipal, por lo que “cuando la empresa adquirió el edificio para llevar a cabo el proyecto, ya estaba en conocimiento de que debían ser preservados”.

“Todo el proyecto se armó en base a la presencia de los murales”, aseguró la restauradora y aclaró que estas obras “estuvieron contempladas desde el primer momento”.

Asimismo, Minuchin destacó “el compromiso que tuvo la empresa con llevar a cabo una buena restauración y que se hagan todos los pasos que se tenían que hacer para poder empezar con las obras”.

“Esto fue algo fortuito, fue un accidente”, consideró y remarcó que “no pasó porque estaban los murales, como se está dejando ver”.

En este marco, señaló también que el proyecto “no se retrasó” por las históricas pinturas, sino que “se esperó a que estuvieran protegidas y se llevaran a cabo todos los pasos previos para las autorizaciones municipales”.

“Tuvimos que presentar informes del estado de conservación, después una propuesta de intervención detallando todo, desde los procedimientos hasta cada uno de los materiales que se iban a utilizar, porque está realizado con normativas internacionales de restauración el trabajo que se hizo”, indicó.

La restauradora Natalia Minuchin. Foto: Télam.

Minuchin explicó respecto a los murales que ya “se terminó con la primera etapa de intervención en mayo, que fue un trabajo que demoró más o menos dos meses y medio”.

“La primera etapa consistió en estabilizar los dos murales, que estaban afectados con suciedad ambiental, grietas y fisuras por las condiciones en las que se encontraban al estar el cine San Martín tanto tiempo cerrado”, agregó.

Además, detalló que “se estabilizó la pintura, se consolidaron las grietas y fisuras y después se realizaron tres capas de protección sobre las pintura”.

“Una vez que estuvieron protegidas se procedió a realizar una estructura de protección y apuntalamiento de los murales para las vibraciones y los movimientos que va a tener el lugar durante las obras”, añadió.

Los murales hoy, tras el incendio.

Ahora, Minuchin deberá esperar “entre dos o tres años” para finalizar con la restauración total debido a que avanzan las obras en el lugar y el “trabajo pictórico que se debe hacer es muy delicado y no puede tener contacto con partículas y demás cosas”.

A su vez, la restauradora adelantó que el proyecto de la constructora prevé “unos locales en el hall del entrada y ahí se van a poder contemplar los murales”.

Por último aseguró que siente una “gran alegría” de trabajar en la restauración y conservación de estas históricas obras que datan de 1974 y que Castagnino ideó inspirado en las proezas de José de San Martín: el cruce de los Andes y la despedida de Uspallata.

Estar en contacto con una obra monumental, interpretando y trabajando sobre esta genialidad artística, con lo que Castagnino representa para el arte y la ciudad, es un orgullo y lo disfruté un montón”, indicó y concluyó asegurando que “fue precioso estar en los andamios con su obra en primer plano”. “No es algo que se da todos los días para cualquier restaurador”, finalizó.

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