El obispo de la diócesis de Mar del Plata, Gabriel Mestre, encabezó la 57° Caravana de la Primavera. Rodeado de jóvenes, el religioso celebró la actividad y la multitudinaria participación.
La edición 57° de la Caravana de la Primavera tuve un invitado especial: el obispo Gabriel Mestre. El primer marplatense en guiar a la Diócesis local se hizo presente minutos antes de iniciar el trayecto y abordo de su bicicleta color rojo se dispuso a encabezar las más de diez cuadras de caravanistas.
“Tengo la alegría de poder compartir esta Caravana de la Primavera número 57. Con mucha alegría me dispongo a hacer el primer tramo, ya que después me tengo que ir a celebrar Misa de las 11 a la Catedral. Calculo que llego hasta la loma de Juan B. Justo y de ahí me voy solito, bicicleteando, hasta la Catedral”, señaló a LA CAPITAL, mientras saludaba a los pequeños que, sin tapujos, interrumpían la conversación para estrecharle un abrazo.
“Esto es una expresión de alegría, de primavera, de fe y esperanza en Dios. Hay que agradecer profundamente al Pequeño Mundo, que desde hace tantos años viene trabajando en esta expresión que engloba a jóvenes, adultos y a familias enteras. Recién venía desde la Catedral y veía como familias ya venían bicicleteando, así que esto realmente es una fiesta y un momento de alegría”, celebró.
A su vez, Mestre se ocupó de destacar la gran participación de juventud que tiene la actividad. “Todo es organizado por jóvenes, una conducción netamente juvenil, y la mayoría del secundario”, indicó, mientras elogiaba cómo cada detalle del evento había sido tenido en cuenta con antelación.
En referencia al lema, “Valorá la vida, es tu mejor regalo“, el obispo señaló: “Lo del lema es fundamental. Este tema de valorar la vida como un regalo de Dios para ser vivida, para ser compartida, para brindarle servicio a los hermanos es sumamente importante y nos llena de alegría”.
Mientras ya se posicionaba sobre su rodado, Mestre no pudo evitar recordar las caravanas en las que participó en otros tiempos. “La hice mucha veces como joven, incluso antes de participar en la vida de la iglesia había venido a pedalear. Como sacerdote nunca había podido coincidir, pero ahora tuve la gracia de que, sin haber cumplido un mes de obispo, vengo a participar”, aseguró y comenzó el recorrido.