El obispo de Mar del Plata brindó detalles sobre la denuncia por abuso sexual infantil contra el sacerdote José Luis Serre, ya excluido de por vida de la Iglesia Católica por el Vaticano, e hizo algunas consideraciones sobre lo que calificó como “un hecho aberrante”.
“Serre ya no es más sacerdote, en octubre dejó de ser presbítero por la exclusión que hizo el Vaticano. Yo le pedía la renuncia”. Esa fue la primera consideración que el obispo de Mar del Plata Gabriel Mestre hizo públicamente tras la lectura del comunicado a través del cual el Obispado informó hoy la exclusión de la Iglesia Católica del sacerdote José Luis Serre (59) tras haber sido denunciado por abuso sexual infantil.
Minutos antes de las 10, la sede local del Obispado -ubicada en Pasaje Catedral 1750, junto al templo mayor de la ciudad- se llenó de periodistas, fotógrafos y camarógrafos de buena parte de los medios de comunicación de la ciudad. Con la sala de conferencias colmada, hasta ese momento no habían trascendido mayores detalles sobre la conferencia que dos horas antes, desde el área de prensa de la Diócesis, notificaron que Mestre encabezaría para hablar sobre un caso de abuso sexual, en el marco de una convocatoria y un proceder por parte de la Iglesia Católica sin precedentes en Mar del Plata.
A las 10, con el termo y el mate en la mano y acompañado por el vicario Luis Albóniga, el obispo Gabriel Mestre tomó lugar en la sala y compartió con la prensa el comunicado que sacó a la luz la situación del cura denunciado.
El vicario dio lectura al texto y luego se abrió el espacio para las preguntas, que cayeron una detrás de otra en busca de conocer los detalles del caso calificado como “aberrante” por el propio obispo. Gabriel Mestre mantuvo rigurosa reserva al hablar del caso y se cuidó de no mencionar la edad del menor implicado; tampoco especificó dónde y en qué circunstancias se produjeron los hechos que desencadenaron en un proceso canónico que terminó con la exclusión definitiva de José Luis Serre, quien “nunca más podrá ejercer el ministerio”.
“Tengo la reserva de la causa penal y no puedo dar ningún dato”, respondió el obispo ante la insistencia de varias preguntas. Se limitó a confirmar que la víctima es menor, pero no su sexo ni edad. Aseguró que los hechos ocurrieron “fuera de la ciudad de Mar del Plata” pero no especificó dónde ni cuándo; solo advirtió que se produjeron “antes de que asumiera como obispo de la ciudad”, es decir, antes del 26 de agosto de 2017.
La máxima autoridad de la Diócesis marplatense comentó que la familia del menor, inicialmente, pretendía hacer solo una denuncia eclesial y que él en persona invitó a los padres a denunciar a su vez por la vía judicial, aunque tampoco informó en qué Fiscalía se materializó la denuncia. Solo dijo que la misma fue radicada “en enero de 2018 en sede judicial fuera de la Diócesis de Mar del Plata”, sin aportar más datos.
En un momento no especificado por el obispo, los familiares del menor se presentaron en la sede del Obispado de la ciudad y hablaron personalmente con Gabriel Mestre. Para entonces, José Luis Serre se desempeñaba como sacerdote en la parroquia de Lourdes en Necochea, donde estuvo durante los últimos “siete u ocho años”, hasta que en octubre del 2018 dejó de ser ministro cuando el Vaticano ordenó la exclusión. Antes, “en enero de 2018 yo le pedí la renuncia”, repitió el obispo de Mar del Plata. Justo en ese entonces, Serre se pidió licencia por motivos médicos.
“Estamos frente a un delito grave, gravísimo. Y en mi lugar de obispo junto al vicario estamos para acompañar en una situación que da vergüenza y que debería haber un nunca más”, expresó Gabriel Mestre al emitir opinión sobre lo sucedido.
Por otro lado, al ser consultado sobre la posibilidad de que el abuso pudiera haberse sostenido en el tiempo o bien que hubiera más casos de este tipo, solo se remitió a decir que “hay un hecho denunciado y la cuestión es suficientemente grave como para llevar adelante todo lo que hemos realizado”, pero “no tenemos datos que impliquen que haya más hechos”, indicó.
En relación a la situación actual del padre José Luis Serre, desde octubre del año pasado dejó de ser sacerdote y “no podrá ejercer nunca más el ministerio”. De ahora en más “está sujeto a la cuestión judicial que tiene que ver con este delito aberrante”, agregó el obispo.
Mestre también fue consultado por la intimidad del diálogo que mantuvo con Serre al momento de pedirle la renuncia y plantearle la situación, puntualmente para conocer si el implicado se hizo cargo del hecho de abuso sexual infantil del que se lo acusa. Gabriel Mestre solo manifestó que “cuando terminó el proceso canónico, que tiene sus instancias de reserva, el resultado fue más que evidente”.
A disposición de la Justicia
La máxima autoridad de la Diócesis de Mar del Plata aseguró que desde que los padres de la victima se presentaron en el Obispado, “la comunicación con la Santa Sede fue inmediata” y que “en tres días fue enviada toda la información a Roma”.
En relación a la causa penal, “elevamos de punto a punto a la justicia todo el material que tenemos, hasta el más mínimo detalle”, destacó Mestre y aseguró estar “a total disposición de la Justicia y de la familia”.
Remarcó también que cuando la familia, bajo su recomendación personal por considerar que se trataba de “un delito gravísimo”, radicó la denuncia en el Poder Judicial, “nos puso como referentes y testigos”, dijo Mestre y aclaró que “ese es el procedimiento que está en línea con lo que el Padre Francisco nos está pidiendo: acá se juega la transparencia y la verdad, la justicia y el cuidado de los menores y de las personas en vulnerabilidad y yo en esa línea me voy a jugar al 100%”.
La conferencia de prensa convocada por el Obispado para exponer lo resuelto en torno al ahora ex sacerdote José Luis Serre forma parte de un proceder sin antecedentes por parte de la Iglesia de Mar del Plata. El obispo dijo al respecto que “de ahora en más será el modo de actuar” cuando se detecten casos de abuso en la Diócesis en sintonía con lo planteado en la última cumbre en la Santa Sede, realizada a fines de febrero con el testimonio de personas que reconocieron haber sido abusadas dentro de la Iglesia: “Lo que nos pide el Papa Francisco es claridad, transparencia, verdad, justicia y un camino de prevención para que nunca más vuelva a ocurrir”.