Monseñor Gabriel Mestre tomará posesión hoy a las 18 como párroco de Nuestra Señora de Fátima. A primera de la tarde saldrán micros desde la Catedral de Mar del Plata, para acompañar al ex obispo de la ciudad en esta nueva etapa.
Monseñor Gabriel Mestre tomará posesión como párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Mar de Ajó, hoy a las 18 con la celebración de una misa en el mencionado templo.
A primera de la tarde saldrán micros, desde la Catedral, para acompañar al religioso en esta nueva etapa: será desde la plaza San Martín a las 14. Los cupos son limitados y los teléfonos para inscribirse son el 223 454 8354 y el 223 526 6648.
La flamante misión del Arzobispo Emérito de La Plata la difundió, el mes pasado, la Diócesis de Chascomús.
El obispo Juan Ignacio Liébana la calificó como una “hermosa noticia”, a la vez que le brindó “una cariñosa bienvenida” a Mestre y recordó que la comunidad en cuestión comprende Nueva Atlantis, Pavón, Costa Esmeralda y la sede parroquial de Villa Clelia en Mar de Ajó.
“Le agradecemos de corazón su disponibilidad y generosidad para asumir este desafío en nuestra diócesis. Sabemos que su presencia, su testimonio y su vasta experiencia serán un gran aporte”, señaló Liébana.
Mestre nació en Mar del Plata el 15 de septiembre de 1968 y fue ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1997 por monseñor José María Arancedo, entonces obispo en esta Diócesis. El 18 de julio de 2017 fue nombrado obispo local por el papa Francisco y ordenado el 26 de agosto de ese mismo año en la catedral marplatense, convirtiéndose así en el primer marplatense en ser obispo de su diócesis natal.
El pasado 22, monseñor Gabriel Mestre se despidió de la Arquidiócesis de La Plata -a la que había llegado en septiembre del año pasado- con una emotiva misa en la Catedral. En un encuentro signado por la fe y la gratitud, los feligreses se unieron para rendir homenaje a su querido pastor, que tras su renuncia como arzobispo fue trasladado a Mar de Ajó.
La “profunda emoción” marcó esa ceremonia de despedida, ya que desde el principio de su ministerio, monseñor Mestre fue un pastor incansable que, fiel a su lema “Cristo es nuestra Paz”, recorrió todos los sectores de la sociedad.
Y, en un emotivo gesto de despedida, los feligreses se unieron en un prolongado y sentido aplauso al concluir la homilía, como muestra de su gratitud y cariño hacia el arzobispo. Ese aplauso, que resonó en el templo durante varios minutos, simbolizó el profundo vínculo forjado a lo largo de su servicio pastoral y el reconocimiento a su labor incansable en la comunidad.
El padre Gabriel se despidió, pero su legado de paz, unidad y servicio perdurará en la memoria de toda la comunidad platense.