El deporte es un derecho imprescindible para contribuir al desarrollo humano y generar igualdad. Rescatar a los olvidados, crear un sentido de pertenencia, brindar contención, generar el aprendizaje de los valores y una formación sobre la base del respeto hacia el otro terminan siendo los beneficios sociales de fomentar la actividad deportiva en los jóvenes.
Por ejemplo, la Subsecretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, dirigida por Leandro Lurati, realiza la “Copa Buenos Aires”. Esta Copa es una iniciativa de la Subsecretaría de Deportes dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad. El desarrollo del certamen permite reforzar los calendarios deportivos en la Provincia, promover el desarrollo deportivo a nivel regional y fortalecer el vínculo del Estado con las federaciones bonaerenses de cada deporte.
En más de 40 municipios se realizaron las competencias en las que participaron más de 45.000 deportistas en total, teniendo en cuenta a las diferentes categorías: Juveniles, Adaptados, Personas Mayores, Playa y Urbanos. Entre estas competencias nos encontramos con el boxeo y el judo, dos disciplinas donde los valores y el sacrificio predominan a la hora de realizar la actividad.
Estos deportes convocan a chicos y chicas que encuentran un espacio enriquecedor, de intercambio, familiar, y de refugio. Los deportes de contacto no sólo mejoran el equilibrio y la coordinación, también fomentan la socialización. A medida que se desarrolla la fuerza muscular, se fortalecen los lazos entre los deportistas creando una red donde abunda la colaboración y la camaradería.
Los ejemplos que se ven, no solamente en nuestro país, sino en el mundo entero, muestran que muchos de los máximos exponentes de los deportes de contacto han sufrido las penurias de la calle, pero encontraron la salida en la actividad deportiva, primero creciendo y desarrollándose en un ambiente sano, seguro, responsable y alejado de los riesgos de la droga y el alcohol, y posteriormente como profesión, para lo cual tuvieron que tener una ayuda para poder salir adelante.
La final de boxeo de la Copa Buenos Aires, que se llevó a cabo en Lomas de Zamora, tuvo a 30 boxeadores y boxeadoras, pertenecientes a la categoría sub 16 buscando su lugar en la delegación que representará a la Provincia de Buenos Aires en los Juegos Nacionales Evita, donde se consagraron campeonas -entre otras- Melina Aranda y Diana Beatriz Ferreyra, dos casos testigos de cómo el deporte dota de oportunidades a las minorías que muchas veces están invisibilizadas.
La presencia en las finales de Brian Castaño, ex campeón mundial de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en la categoría superwelter entre 2019 y 2022, en las que brindó una exhibición promovida por el organismo provincial, en la que no solo mostró su técnica y talento a la hora de boxear sino que quedó en claro el sacrificio que tuvo que realizar el matancero para llegar a la gloria.
“El Boxi” Castaño nació en La Matanza, y de la mano de su padre pudo conseguir el cinturón de campeón mundial, y continúa al día de hoy siendo uno más a la hora de calzarse los guantes y brindar toda su experiencia y capacidad, tanto en el gimnasio familiar como en las exhibiciones y charlas que realiza. Su ejemplo es tenido en cuenta por sus fans, quienes ven al boxeo como una oportunidad para cumplir sus sueños de triunfar y sacar a su familia adelante.
Algo similar sucedió con el judo. En la final de la Copa Buenos Aires, participaron decenas de jóvenes que mostraron su destreza en una competencia que promueve el juego limpio y el cuidado del contrincante, todos acompañados y contenidos por un sistema deportivo integral que logra alejarlos de las malas influencias de la calle para acercarlos a un ámbito competitivo de alto rendimiento que, a través de valores especiales del Judo, fomentan el respeto por el rival y el compañerismo con los colegas.
En su “Plan de educación para el desarrollo y la integración de América Latina”, el Parlamento Latinoamericano y la UNESCO incluyen al Judo entre las disciplinas recomendadas para personas desde los cinco años.
Los valores de este deporte generan que desde el gobierno le presten una particular atención, ya que esta práctica de arte marcial tiene al crecimiento personal cómo uno de los objetivos principales. Con un entrenamiento tanto físico como mental, el respeto, la honestidad, el autocontrol, la amistad, la cortesía, el honor, el coraje y la modestia, más las insignias de este deporte cómo la “amistad y prosperidad mutua”.
La Federación Internacional de Judo (IJF), considera a este deporte de combate como una herramienta educativa y de gran desarrollo mental y social.
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