El “Ruso” Rodríguez encontró tranquilidad en Japón. El marplatense, ex arquero de Independiente y Rosario Central, disfruta de haberse alejado de la locura con la que se vive el fútbol argentino. De paso, descubrió un país maravilloso.
Por Leonardo Rodríguez
Se cansó del fútbol argentino. Presiones extremas, demasiada violencia y la dificultad para disfrutar de un deporte que ama lo empujaron a tomar una decisión difícil, pero que terminó siendo apropiada. Poco le importó al “Ruso” Diego Rodríguez dejar en el pasado todo lo que vivió en Independiente de Avellaneda y, en menor medida, en Rosario Central con tal de buscar nuevos horizontes. Aunque ese camino lo haya llevado al lejano fútbol japonés.
El arquero marplatense, hecho en las fraguas de Once Unidos y Cadetes en esta ciudad, armó su valija y firmó contrato con el JEF United de la J2 League de Japón. En el ascenso de ese país recuperó la alegría y las ganas de jugar. Hasta encaminó su vida en el plano personal, porque a pesar de la distancia, fortaleció su relación con la conductora y periodista Daniela Katz y regresó al país para celebrar su boda el pasado sábado 22.
Todas buenas noticias para el “Ruso” que tuvo un gran 2018 y ahora se tomará un tiempo para analizar su futuro. Lo que tiene claro es que, por ahora, no tiene intenciones de regresar al fútbol argentino. Prefiere seguir atajando en el exterior y ganar en paz y tranquilidad.
Durante un breve y último descanso en Mar del Plata, al “Ruso” se lo pudo ver recorriendo varias canchas del fútbol marplatense. De esa peregrinación salió esta entrevista, en la que dejó conceptos muy interesantes, con LA CAPITAL:
-¿Cambió mucho tu vida desde que llegaste a Japón?
-Cambiaron muchas cosas en lo personal en estos años. Hoy estoy en un país diferente, con un fútbol diferente y una cultura diferente. Es todo nuevo para mí. Los japoneses son muy pasionales con el fútbol, pero no lo viven violentamente como nosotros. Estoy desde noviembre en el país y me volví a encontrar con toda la locura que se vive en el fútbol argentino, con el River-Boca suspendido…La verdad es que, viendo esas imágenes, me pone muy contento la decisión que tomé. Estoy feliz por haberme ido y probado suerte en otro lado.
-¿Cuándo tomás distancia del fútbol argentino entendés que las cosas realmente importantes pasan por otro lado?
-Absolutamente. Estuvimos muchos días pendientes de saber si se jugaba o no la final de la Copa Libertadores cuando hubo heridos y problemas de salud de muchos jugadores. Pero a la inmensa mayoría lo único que les interesaba era saber si se jugaba, dónde, cuándo, con gente o sin gente. Creo que eso seguirá pasando en nuestro país. Japón es muy distinto: lo principal es la salud de las personas y ante la mínima molestia te cuidan hasta de más. Allá se prioriza lo humano y las personas, mientras acá el show debe continuar.
-Fue muy lindo verte en la canchas de la ciudad siguiendo los partidos de la Liga Marplatense. ¿Lo hacés cada vez que venís?
-Todos seguimos siendo amigos de nuestros amigos, a pesar del tiempo y la distancia. Entonces cada vez que paso por Mar del Plata voy a la cancha, si puedo voy a ver a Cadetes. También fui a ver a General Urquiza, porque soy muy amigo de Emiliano Rodríguez, que está en el cuerpo técnico y siempre aparecen muy lindos recuerdos. También tenía ganas de que mi pareja conozca el fútbol donde yo me inicié.
-¿Como te fue en lo personal durante este año?
-En lo deportivo fue un año raro y particular. Primero llegué por Juan Esnaider, el técnico, y arrancamos muy bien el primer semestre. Mucho cariño de la gente también. Pero después tuve algunos conflictos con Juan, que no quiero detallar, y él tomó algunas decisiones que me quitaron participación en el equipo. Tampoco los resultados fueron los esperados y se hizo cuesta arriba.
-No tenemos muchas referencias del fútbol de Japón, ¿qué nos podés decir?
-Es un fútbol muy bueno. Por ahí pensás que lo estoy sobrevalorando, pero los japoneses son muy rápidos, muy técnicos y muy fuertes. Tácticamente hacen lo que les pide el entrenador. El único defecto que les veo es que son un poco ingenuos. Les falta un poco de la picardía sudamericana. Tienen errores como el que, por ejemplo, les costó una clasificación histórica en el Mundial de Rusia en el partido contra Bélgica. Sufriendo un gol de contraataque en el final por ir todos a cabecear. Les gusta atacar, tomar el rol protagónico y los partidos suelen ser de ida y vuelta y con llegadas hasta el final. En los últimos cinco minutos suele haber muchos goles y entonces es un fútbol muy entretenido para mirar y muy dinámico para jugarlo.
-Por lo que contás, no tenes en los planes volver. ¿Es así?
-La idea es seguir afuera. Tengo que volver a Rosario Central y ahí veremos qué pasa, pero yo apunto a buscar algo en el exterior. Volví al país para descansar un poco, para casarme con mi pareja y después ya volveremos a buscar nuevos rumbos.
-¿Es lindo y fácil vivir en Japón?
-Lo difícil es el idioma, eso sí es muy complicado. Solamente podés aprender palabras sueltas. Armar una frase es imposible. Como país, como cultura y como sociedad, Japón es increíble. Los nenes de cinco años van solos a la escuela y no tienen ningún problema. No hay robos, no existen las famosas “ventajeadas” nuestras y todo funciona a la perfección. Allá anduvimos casi todo el tiempo en tren y en bici porque todo funciona bien y el auto no era necesario.
-Jugar, concentrar y viajar quita tiempo. ¿Pudiste hacerte el tuyo para conocer un poco más de cerca esa cultura?
-Intenté recorrer mucho. En Japón te movés muy fácil porque tiene el tren bala y en dos horas hacés 600 kilómetros. La chance de viajar la teníamos porque a veces nos daban un par de días libres y ahí yo aprovechaba para conocer. Es muy lindo, está lleno de templos y tiene mucha historia.
-¿Y la comida?
-Fui con miedo. Pensaba: “¿Y ahora que voy a comer acá?”. Pero la verdad fue que ni bien llegué me di cuenta de que la comida es riquísima. Lo único que les falta es una tira de asado o un pedazo de vacío porque no están acostumbrados a comer ese estilo de carne. Comen algo de peceto, pero no mucho más. Por lo demás, tienen una alimentación muy sana en base a arroz, vegetales y pescados de todo tipo. Se come bárbaro.
-¿Qué costumbres te sorprendieron de los japoneses?
-Muchas. Pero lo que más me llamó la atención fue cómo cuidan su higiene personal. Se bañan cuatro veces al día. Cuando llegábamos al club y terminábamos de desayunar, se bañaban. Se cambiaban para ir al gimnasio y después se bañaban de nuevo. Después venía un entrenamiento fuerte y, obviamente, se duchaban. Después de comer, otra vez. Después son fanáticos de los animes: vas por la calle y los ves disfrazados de Dragon Ball o cualquier dibujito que te imagines. Yo nunca me disfracé, pero nos tocó estar en una fiesta de Halloween vestidos de civil y nos miraban cómo a bichos raros.
-Compartiste equipo con Joaquín Larrivey y el técnico era Juan Esnaider. En el resto de los equipos, ya sea de primera o segunda división, ¿había más futbolistas argentinos?
-La mayoría de los equipos de primera y de segunda división tenían al menos dos brasileños en sus planteles. Después no había jugadores argentinos, pero sí estaban llevando jugadores de renombre, como Lukas Podolski y más recientemente Iniesta o el “Niño” Torres. Apuntan a crecer como liga y por eso quieren copiar un poco lo que hizo China llevando jugadores de mucho cartel. El nivel es muy bueno y ahora están tratando de realizar un gran trabajo de marketing.
-¿Como fue lo de Iniesta? ¿Sorprendió?
-Yo estaba en una ciudad a unos 500 kilómetros de Kobe, el lugar donde fue a jugar. De un día para otro aparecieron miles de camisetas con el 8 de Iniesta. Hasta ese momento nunca había visto una camiseta de ese equipo. Fue un “boom” demasiado fuerte que los japoneses y desde lo futbolístico lo intentan aprovechar.
-¿Qué se extraña de Argentina?
-Un poco de todo. Pero fundamentalmente el asado. No por la comida en sí, sobre todo porque es sinónimo de familia, de amigos, de juntarse. Eso, sin dudas, es lo que más se extraña cuando estás afuera. También siempre trato de informarme sobre lo que pasa en Mar del Plata a través de las redes, sigo el fútbol local, sigo los resultados de Peñarol en la Liga Nacional, intento seguir todo. Por una cuestión de horarios, se me complica ver en vivo los partidos del fútbol argentino. Pero ni bien me levanto me pongo a buscar los resultados para estar al tanto de todo.