"Ni alcoholizados ni drogados en el Congreso", apuntó el ex bailarín y candidato a diputado nacional por Juntos por el Cambio.
Por Natalí Harari
Maximiliano Guerra ganó fama internacional por su arte, como uno de los bailarines más talentosos que representaron a la Argentina en el mundo, pero en los últimos años decidió involucrarse de lleno en política tras despedirse de los escenarios.
Desde 2019 decidió alzar la voz y encontró en la figura de la referente del PRO Patricia Bullrich una guía para comprometerse con los cambios que le gustaría generar en la Argentina. Hoy, cuatro años después, encabeza la lista de candidatos a diputados nacionales en la Ciudad de Buenos Aires por Juntos por el Cambio, por lo que tiene asegurado un lugar en el Congreso a partir del 10 de diciembre.
Previo a las elecciones del 22 de octubre, Guerra habló con Noticias Argentinas sobre su espacio político, sus proyectos y se animó a contar qué cree que pasaría en el país si triunfan otros candidatos presidenciales, como el oficialista Sergio Massa o el libertario Javier Milei.
“Si gana Milei, en seis meses tendremos otro 2001”, enfatizó, en referencia a la crisis de aquel año en el país, al tiempo que cuestionó también a Massa y calificó al Gobierno de Alberto Fernández como el “peor de la historia”.
Además, dijo que en caso de llegar al Congreso, propondrá una ley de “sangre limpia” para que diputados y senadores no puedan sesionar “ni alcoholizados ni drogados”.
– ¿Por qué tomaste la decisión de involucrarte en política?
– Cuando uno se involucra para tomar acción en algo y para tratar de aportar, de ayudar, de cambiar, es siempre por una necesidad. Cuando miro a mi familia, cuando miro a mis hijas, cuando miro a mis nietos, cuando pienso en todo lo que me dio la Argentina en una época donde teníamos educación pública de nivel, cuando teníamos la posibilidad de estudiar una carrera gratuitamente -no es que hoy no lo haya- sino que el nivel era diferente, creo que todo eso me llevó a tener éxito, además de lo que uno le pone, el esfuerzo, la disciplina, el trabajo, la tenacidad, pero también una formación que me dieron. Entonces un día, después de 18 años de vivir en Europa dije, ‘quiero volver a mi país a devolverle lo que alguna vez me dio’ y me di cuenta de que costaba mucho, que todo estaba muy trabado, muy difícil, es como tener un pie en la cabeza que no te deja crecer en la Argentina.
Por otro lado, siempre tuve la pasión de la política y siempre fui muy comprometido con lo social, con la ciudadanía, con la gente con la que trabajo, con la gente que veo que vive mal porque hemos perdido mucha calidad de vida. Entonces decidí involucrarme, quiero hacer algo y quiero hacerlo desde el lugar que es la herramienta principal y por supremacía: la política es el lugar donde las cosas realmente deberían ser tratadas para cambiar y mejorar la calidad de vida de la gente. Dije, ‘voy a entrar ahí para ver qué se puede hacer’ y también cambiar un poco la política porque los políticos se han abusado muchísimo de la sociedad, de la gente. Los políticos de raza no viajan en colectivo, no van al supermercado y se olvidaron de la sociedad y creo que es muy importante estar cerca de la gente y escuchar lo que pasa en la calle, lo que pasa en el colectivo, lo que pasa en un trabajo.
– ¿Sentiste trabas o sufriste las críticas en tus comienzos en la política por venir del mundo de la danza?
– La verdad, no. Yo desde el momento que hablé con Mauricio (Macri) y le dije ‘quiero trabajar, yo soy un soldado de la democracia y la República, así qué decime dónde puedo estar y qué puedo hacer’. Me respondió que hablara con Patricia Bullrich, quien me recibió con los brazos abiertos. Tuvimos una charla de casi dos horas el primer día. Me abrazó y me dijo: ‘Vamos a caminar, vamos a escuchar’. Me encargó que cree el PRO Social, que era una pata que no había y que hoy lo tenemos en todo el país, escuchando las necesidades de la gente para ver cómo podemos ayudar y dar una mano.
El PRO Social se ocupa de las necesidades de pequeñas comunidades. Nuestro lema es que en la urgencia le vamos a dar el pescado a la gente, pero mientras tanto le vamos a enseñar a pescar también. Que la urgencia sea una urgencia y no una constante, que dure un tiempo y mientras tanto le vamos dando oportunidades a la gente.
Cuando uno habla de igualdad, es igualdad de oportunidades para todos y después, cada uno con sus capacidades, poder encaminar su vida. Cuatro meses después, armé el PRO Cultural para que la cultura sea ese lugar identitario de la sociedad. Hoy en día, Patricia es la única que tiene un equipo de cultura atrás.
– ¿Qué otros proyectos tenés en mente para proponer una vez que estés en el Congreso?
– Es muy importante la Educación porque son los cimientos de una sociedad próspera. Tenemos que rever mucho la educación. Hoy está todo sobre lo que es la economía. Los argentinos tenemos una constante de ir para arriba y para abajo. Tuvimos tiempos mejores, tuvimos tiempos peores. Yo creo que peor que este no hubo ninguno.
Teniendo eso en cuenta, yo creo que la Argentina tiene la capacidad y tiene la experiencia de andar por esos lugres oscuros económicos, que nos matan a todos. Es complicado, pero lo que más nos está complicando a los argentinos es la calidad de vida, la inseguridad, la toma de tierras, el narcotráfico.
Todo esto tiene que ver con lo social, con la droga, con la falta de educación, la falta de perspectiva, no tienen futuro muchos chicos o sí lo tienen, pero no lo ven porque no están educados para ver eso. Es muy difícil vivir en la Argentina, se hace muy difícil. Entonces empezar a tener conciencia de qué es lo que directamente y rápido le podemos cambiar a la gente y yo creo que tiene mucho que ver la inseguridad, por supuesto que la economía también.
Tengo un proyecto que me parece importante: quienes estemos en el recinto tanto en Diputados como en Senadores tenemos la responsabilidad de representar a quienes nos votaron, entonces creo que es importante poner una ley de sangre limpia, que no puedas estar ni alcoholizado ni drogado, ni cosas oscuras en el recinto porque tenemos que estar tremendamente claros y conscientes para poder resolver los problemas de la gente.
– ¿Con esta medida buscan dar un ejemplo? Teniendo en cuenta la poca confianza que tiene la sociedad en los políticos por los casos de corrupción.
– Lamentablemente vivimos en un país donde la corrupción está naturalizada. (Martín) Insaurralde viajó 80 veces en aviones privados, ¿y la gente de Lomas (de Zamora) cómo está viviendo? Están mal. Entonces después no podés salir con un micrófono a decir, ‘Nosotros vamos a cambiar’. ¿Qué vas a cambiar? Sergio Massa es parte de este Gobierno y dice que va a cambiar. ¿Qué va a cambiar si no cambió nada? Empeoró todas las cosas, no pagó ni un centavo del préstamo, hizo desastres con la economía, no sé a cuánto está ahora el dólar.
– ¿Cómo imaginás a la Argentina con Sergio Massa como Presidente?
– Más de lo mismo y empeorando con la corrupción de Massa y sus secuaces. No veo ahí una luz al fondo del túnel, no la veo porque son lo mismo. No le podés pedir a Massa que de repente cambie y te haga un país próspero, productivo y demás si lo que hizo en este año y pico que está de ministro de Economía fue todo lo contrario.
Regaló, siguió dando subsidios, dio bonos, puso plata por acá, puso plata por allá que el año que viene la vamos a tener que pagar nosotros.
Es lo que decía del PRO Social. En la urgencia está perfecto que demos una mano, que acompañemos, que ayudemos y que el Estado esté presente, pero después el Estado se tiene que encargar también de que eso tenga una retribución. La retribucA314 n kión no es que le vuelva la plata, sino que la gente viva mejor. Pero para que la gente viva mejor, le tenés que dar previsibilidad. Es una palabra que no existe en la Argentina.
– ¿Cómo imaginás un país gobernado por Milei?
– Un desastre. Va a ser otro desgobierno. Para mí, Milei es un buen actor que le hicieron un buen guión. Le inventaron un guión y está diciendo cosas que son imposibles de llevar a cabo. Vende fantasías y espejitos de colores. Hay cosas que plantea que para hacerlas tendría que cambiar la Constitución y para eso, le va a llevar tres o cuatro años si lo discutimos. Y va a ser un desastre. Sinceramente, si gana, vamos a ver un país en donde a los seis meses vamos a tener otro 2001. Vamos a tener mucho problema social.
– ¿Por qué creés que Milei logró tanto apoyo en las PASO?
– Habría que preguntarle a Massa por qué lo apoyó tanto en las PASO.
– ¿Cómo imaginás un país gobernado por Patricia Bullrich?
– Me imagino un país que va a tener que trabajar muchísimo para ordenar. Tenemos que ordenar la economía, pero también tenemos que ordenar la educación, la sociedad, los piquetes, ver que la gente pueda reclamar, pero sin molestar al vecino. Tenemos que empezar a vivir en una sociedad normal, donde podamos decir lo que pensamos con libertad, buscando soluciones en conjunto y en equipo. Yo creo que la sociedad la va a apoyar a Patricia en eso y creo que Patricia tiene el coraje, la ganas y el conocimiento, Tiene muchos años de haber visto gobiernos pasar y ser crítica.
Nosotros necesitamos una persona sensata en el Gobierno, que nos diga qué vamos a hacer para resolverlo y cómo lo vamos a hacer. Creo que Patricia tiene todas esas cualidades. Un país ordenado lo vamos a conseguir con Patricia, no lo veo con nadie más.
– ¿Cómo la viste a Patricia en los debates presidenciales?
– En el primero estaba engripada, muy mal, hasta con fiebre, pero el domingo pasado yo estuve presente en la Facultad de Derecho y creo que estuvo bien. La vimos a Patricia de nuevo combativa y clara en su camino hacia dónde quiere ir y no dejar que siga todo como está, el status quo de la corrupción, el status quo de las mentiras, de las fantasías. Creo que ahí fue muy clara y es lo que la gente necesita hoy, tener confianza de que se puede cambiar. Pero vamos a tener que hacer un trabajo arduo.
– ¿Qué resultado vaticinás para las elecciones?
– Yo recorro mucho el país, los barrios y todo el mundo me dice que va a votar a Patricia. Creo que va a ser un resultado muy positivo. Si Patricia no gana en primera vuelta, seguramente gana en la segunda.
– ¿Qué balance hacés del Gobierno de Alberto Fernández?
– ¿Qué Gobierno? Nunca gobernó. Es el Gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner y de Sergio Tomás Massa. Este Gobierno es un desastre, es el peor de la historia. Tenemos un “prescindente”, no un Presidente, tenemos una vice que no aparece, que no está y que cuando aparece es para presentar un libro o ver si se salva de los juicios. Tenemos un Gobierno tremendamente egoísta, que no pensó en la gente con todas las posibilidades que había. Porque tuvimos una soja muy alta, las commodities estaban muy bien y, sin embargo, se gastaron toda la plata en fiestitas. No resolvieron ningún problema del país, creo que los empeoraron.
– Distintos artistas han manifestado en los últimos años su simpatía por el kirchnerismo, ¿considerás que esa devoción que expresan es genuina o pudo haber estado apalancada en algún momento por un contrato de trabajo u otro beneficio?
– Siempre se creyó que la cultura era de izquierda y popular.
Creo que los kirchneristas durante 20 años de Gobierno desde que asumió Néstor Kirchner el primer Gobierno se encargaron de poner muchísima plata en determinados artistas. Por ejemplo, hay artistas que no son kirchneristas que hace muchos años les cuesta muchísimo trabajar, hay gente que la han sacado de producciones y de películas por no ser kirchnerista. Y ahí tenemos un problema porque la cultura tiene que ser transversal. No puede haber adoctrinamiento ni política partidaria detrás. Cada uno puede ser y pensar como quiera.
– ¿Por qué creés que algunos famosos con su postura política bien definida no optan por involucrarse de lleno en la política?
– Son como “El Tano” Pasman, le gritan al televisor para que gane la Libertadores. Si le gritamos al televisor, no vamos a conseguir ningún resultado. Creo que si tienen ganas de plantear cosas que puedan ser resolutivas para mejorar la situación, se tienen que involucrar. El partido hay que jugarlo en la cancha. Eso también es una de las cosas que me llevó a involucrarme, me cansé de pensar que había que hacer esto o lo otro, que había que cambiar este jugador, que hizo mal el cambio. ¡Basta! ¡Vamos a jugar el partido que ahí es donde se ven los verdaderos hacedores del futuro!