El militar habló por primera vez desde que atropelló y mató a Nahuel Barragán en diciembre de 2017 y explicó que esa madrugada no frenó porque pensó que le habían tirado un piedrazo para asaltarlo. Mañana serán los alegatos.
El militar que atropelló, arrastró más de diez cuadras y mató a Nahuel Barragán habló en el juicio en su contra y aseguró que esa madrugada de diciembre de 2017 no se dio cuenta que arrastraba el cuerpo de una persona bajo el chasis de su auto.
Yonathan Maurette rompió el silencio de casi dos años y, luego de que expusieran los peritos, pidió la palabra en la sala del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1.
Maurette, ante las preguntas de su abogado defensor, Gonzalo La Menza, explicó que esa madrugada había salido de un cumpleaños y volvía manejando a su casa por la avenida Colón. El cabo del Ejército aseguró que por la llovizna y la oscuridad de la zona no se veía bien y, al pasar por Monte Varela sintió un golpe, al que describió como un piedrazo que impactó en el parabrisas de su auto.
“Esa es una zona de guerra”, graficó Maurette quien dijo que en ese momento sintió miedo de ser asaltado, por lo que decidió acelerar e irse del lugar. Según aseguró el imputado ante los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Ricardo Perdichizzi, él “nunca” supo que había atropellado a dos personas ni que llevaba bajo el chasis a rastras el cuerpo de un hombre.
El abogado querellante, Maximiliano Orsini, le cuestionó su actitud y le consultó por qué no llamó al 911 para denunciar que le arrojaron un piedrazo o cómo no le llamó la atención el ruido del auto generado por arrastrar a una persona.
Ante estas preguntas, Maurette solo dijo que cuando bajó del auto vio que el parabrisas estaba roto y se fue a dormir. Además, adjudicó el ruido que sintió debajo del auto a un supuesto viejo problema en una rueda.
El abogado Orsini, consultado por LA CAPITAL, explicó que los peritos que consultó concluyeron que “no hay forma de no darse cuenta que llevaba en el auto el cuerpo de un hombre de unos 100 kilos enganchado. Eso afecta evidentemente en la maniobrabilidad del vehículo”.
Pericias y peritos
El médico que realizó la autopsia a Barragán concluyó que el joven de 25 años se encontraba con vida tras ser embestido por el auto de Maurette y que murió a causa de haber sido arrastrado esas once cuadras. La muerte, para el profesional, muy probablemente fue a 200 metros del lugar del accidente, donde un desnivel en el asfalto de unos 10 centímetros hicieron que Barragán, enganchado en el chasis del auto, golpeara su cabeza y le provocara una rotura de cráneo encefálico.
Por otra parte, las pericias a Maurette determinaron que no tenía alcohol en sangre, ya que se hicieron unas diez horas después del hecho. Sí había marihuana en la orina.
El miércoles hablarán los últimos testigos propuestos por la defensa y, luego, el fiscal Rodolfo Moure comenzará con los alegatos.