El cantante de Conociendo Rusia contó cuales son las canciones que le partieron la cabeza, reveló su receta para los días "mega dark" y habló del amor y del viaje, conceptos que atraviesan su nuevo disco "Jet love".
El flamante “Jet love”, nuevo disco de Conociendo Rusia, sonará en vivo por primera vez en esta ciudad el sábado que viene. En el escenario de Gap (Constitución 5780), la banda de Mateo Sujatovich recorrerá cada una de las canciones, todas atravesadas por, al menos, dos conceptos: el viaje y el amor.
Grabado en Texas, el material sonoro deja de lado la calma tradicional de la banda para explorar otras texturas. “Un disco de mayor tamaño”, con “canciones más grandotas”, definió Sujatovich en una entrevista con LA CAPITAL.
Para el cantante y compositor, este cambio de sonido apareció de a poco, a medida que los músicos se familiarizaron con los instrumentos que encontraron en el estudio norteamericano.
“Algo de los instrumentos que había ahí nos inspiró mucho como para hacer un disco un poco más grande. También creo que es algo natural, Conociendo Rusia ya es un proyecto de cuatro discos que tiene una gran convocatoria en muchos lugares del mundo y eso me parece que inspiró a que éste sea un disco más de mayor tamaño, con canciones más grandotas”, dijo el vocalista y compositor.
– Este es un disco totalmente dominado por el viaje. ¿Qué tan difícil, qué tan feo, qué tan extraño te resulta viajar?
– A ver, se transformó de algún modo en cierta normalidad para mí viajar, de hecho ya a veces creo que tengo como abstinencia de vuelo o, lo contrario, voy extrañando mucho moverme de casa. Ya no concibo la vida de un modo más estático. Entonces creo que es algo que a veces se sufre un poco estar todo el tiempo moviéndose, pero también a esta altura se disfruta mucho vivir en movimiento.
– ¿Esto fue así desde que sos famoso, o de chico también, viajabas mucho?
– Más que por una cuestión de fama, tiene que ver con la dinámica de trabajo que tiene un grupo. Una banda tiene que moverse para tocar, una banda tiene que estar trasladándose todo el tiempo para ir a los conciertos tanto de ciudad como de país. De chico, la verdad tuve una vida más normal. En mi adolescencia con mi familia nos fuimos a vivir a España y ese fue mi viaje movilizante.
– En el tema “Canciones” mencionás las canciones que te partieron la cabeza. ¿Cuáles fueron?
– Podríamos poner “Era de uranio” de Spinetta Jade, “Hey Joe” de Jimi Hendrix, “Turbunel Indigo” de Joni Mitchell, “Lunes otra vez” de Sui Generis. Con el tiempo me di cuenta de que por esas canciones me dieron ganas de ser músico, ganas de tocar un instrumento.
– Igualmente vos venís de una casa musical, en tu familia hay muchos músicos…
– Sí, claro, super pero a mí me costaba un poco más ingresar en ese universo. Estaban ya todos los casilleros un poco ocupados. Yo soy el más chico de la familia, entonces ya todos eran muy buenos pianistas y estaban todos muy desarrollados y yo no encontraba mucho mi lugar en la música, la verdad. Tuvo que pasar tiempo y tuvieron que aparecer canciones y cosas que me tentaran a mí a decir “bueno, a ver qué de todo esto es para mí”. Creo que encontré mi lugar cuando pude vincular mi vida con la guitarra, que no es el instrumento familiar. Estaba todo más acercado al universo del piano. Creo que al salirme de ahí y meterme más en el mundo de la guitarra encontré más mi lugar.
– ¿Usás los viajes para componer?
– Me inspiran bastante, en general quizás me pasa que empiezo a componer más en la gira de las despedidas de los discos, en los finales de los discos. Ahora que recién terminé de componer este disco y está lanzado, me cuesta más, porque está todo muy fresco. Tengo más la cabeza metida en el show y en las cosas que tienen que ver con este disco. Pero imagino que en un año, cuando se esté cocinando el final de la etapa de este disco será un momento para empezar a componer. Y ahí los viajes son bastante piolas, porque tienen mucha soledad. El avión es un lugar bastante particular para componer, las habitaciones de hotel generan como una especie de burbuja.
– Además del viaje, está siempre el amor en estas canciones.
– Tal cual, creo que el amor es lo que a mí me hizo escribir canciones. Ese es de algún modo un puntapié o una sensación que me inspira para trabajar y para escribir. Cada cuál va buscando qué es lo que le gusta escribir o sobre qué, qué lo inspira y el amor es algo que a mí siempre me movió muchísimo.
– “Tengo un día mega dark” cantás en “Lo mejor”. ¿A qué recetas apelás cuando estás mega dark?
– Todos los días son distintos, creo que para los días mega dark tomar un buen mate a la mañana, yo tengo ya mi rutina: me tomo mate, hago un poco de ejercicio, hago cosas que me hacen bien, estar con gente que quiera y confiar en las cosas propias, en los deseos, en los proyectos. Creo que ahí está la fuerza para tomar cuando la cosa está un poco más peluda.