Por Alejandro Tejero Vacas
Focalizado en garantizar crédito para 20.000 microemprendimientos y en llevar educación financiera a todas las provincias en 2021, el titular del Fondo Nacional de Capital Social (Foncap), Mateo Bartolini, aseguró que “hoy los bancos no son un espacio de inclusión financiera” y que, en cambio, las microfinanzas son la verdadera puerta al financiamiento para miles de familias que no califican para el sistema tradicional.
Pese a la pandemia y heredar un esquema de tasas de interés que puso en riesgo la supervivencia de las cooperativas de crédito y agencias de desarrollo local, el Foncap financia actualmente más del 50% de la liquidez de 40 instituciones de este tipo en todo el país, para que puedan prestar ese dinero a personas que sólo deben demostrar su capacidad de trabajo: ni un recibo de sueldo ni registro de propiedad o garantía.
“A veces se piensa que financiamos microcréditos para generar trabajo pero no es así. Nosotros financiamos microcréditos para que la gente gane más plata, para que tenga ganancias con su emprendimiento y dinero disponible para consumir. Así es como se acaba con la pobreza”, dijo a Bartolini en una entrevista con Télam.
El sector de las microfinanzas estuvo históricamente marginado en el planeamiento estatal en la Argentina pero desde el año pasado que, por primera vez, hay líneas de crédito específicas para mutuales y agencias de desarrollo local, para que puedan fondease a tasas fijas del 12 al 24% anual a tres años y tengan liquidez para prestar a emprendedores.
“Cuando asumimos el Foncap alcanzaba los 9 .000 emprendimientos financiados por año y a 16 instituciones en todo el país. Este año vamos por 14.000 emprendimientos y 40 instituciones, y queremos llegar a final de año con 20.000 microcréditos”, aseguró Bartolini, con la meta de “crear visión de un sector de microfinanzas”.
El año pasado el Foncap triplicó la inversión destinada para este sector del 2019 con casi 200 millones de pesos en microcréditos y este año sumó, por primera vez, un financiamiento internacional de 6 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) específico para el sector.
Los microcréditos están destinados a fondear la compra de mercadería o solventar la inversión inicial de un pequeño emprendimiento, con montos que oscilan entre 40 y 50 mil pesos para las áreas urbanas y entre 120.000 a 150.000 pesos en las áreas rurales, donde suele destinarse a la compra de animales que es más cara.
Comparando con el sistema financiero tradicional, que presta a un año y con cuotas mensuales, las microfinanzas prestan casi todas a tres meses con cuotas quincenales y una tasa anual promedio del 60%.
Sin embargo, para las microfinanzas, el problema no es la tasa de interés sino el acceso.
“Lo que la gente necesita es menos papeles para el acceso y más tiempo para repagar, nunca hemos tenido un problema de tasas. Su problema es conseguir que les presten”, aseguró el titular del Foncap.
En ese sentido, la única alternativa real que maneja una gran mayoría de la población son los prestamistas usureros, un sistema que apela a la necesidad de la gente por mecanismos clandestinos, violentos y extorsivos.
“Siempre hubo una demanda de microcréditos totalmente insatisfecha. La realidad es que, para ingresar al sistema financiero, los bancos no son el lugar”, dijo Bartolini.
Y aseguró: “Si no naciste con padres clientes bancarios, tenés una cuenta sueldo o un capital que les interese guardar, financiar o asegurar, los bancos no te abren la puerta. No son un espacio de inclusión financiera. En cambio, las instituciones cooperativas de crédito y las agencias de desarrollo que financia Foncap sí lo son”.
De todos modos, no sólo se trata de facilitarle un crédito a pequeños emprendedores, sino también de dotarlos de herramientas para administrarse mejor.
Por eso el año pasado se puso en marcha “Mejorá tu emprendimiento”, el único programa nacional de educación financiera virtual, gratuito y a distancia que llega a 242 ciudades del país, con más de 10.000 inscriptos este año de los cuales 9 de cada 10 recibieron educación financiera por primera vez en su vida.
“Lo primero que se busca es que entiendan que su trabajo en una fuente de ganancia y, para eso, hay dos claves: precios y costos. Para eso enseñamos a tener una buena planificación para poner buenos precios, elegir bien los costos y tener conciencia de estos”, explicó sobre el curso de cinco semanas que, entre otros, incluye conocimientos sobre pagos digitales, redes sociales, herramientas financieras y marketing.
De cara al futuro, Bartolini sostiene que la meta de Foncap es llegar a todas las provincias y seguir consolidando la matriz de educación financiera para que haya replicadores de esta iniciativa en todo el país.
“La idea detrás de todo es democratizar el sistema financiero. Que las microfinanzas, que son un sistema de acompañamiento, solidario, publico y legal, se hagan conocidas y que la gente que le tiene miedo al banco sepa que hay una alternativa”, concluyó.
Para conocer más sobre el Foncap y sus curso de capacitación para emprendedores se puede ingresar a su web: http://foncap.com.ar/