El actor, productor y guionista estuvo en Mar del Plata. Antes de presentarse en Club Tri, charló sobre la actualidad, sus proyectos y el código que instaló. "Me gusta pensar que los mundos que escribo son universos que están mejor que el real", comentó.
“El gobierno está haciendo todo lo posible por relacionar lo cultural con algo que está mal, con algo que atenta en contra del país y es una ridiculez gigante“, dijo el actor, guionista, productor y director de cine Martín Piroyansky.
El protagonista de la exitosa serie “Porno y helado” y de comedias como “Vóley” y “Permitidos” estuvo en Mar del Plata y participó de una charla organizada por Club Tri. Antes de encontrarse con su público, el artista charló con LA CAPITAL sobre el código de humor que plantea en sus producciones, sobre sus referencias a la hora de hacer reír y sobre el particular momento que atraviesa el mundo del cine.
“Mi cerebro está formateado por los Simpsons y por El Chavo”
Fotograma de Porno y helado, serie en la que comparte estelaridad junto a Sofía Morandi e Ignacio Saralegui.
Mientras informa que la segunda temporada de “Porno y helado” llegará a Amazon Prime Video en septiembre de este año, Piroyansky no saca la cabeza de la actualidad y de los embates que sufre el sector de la cultura.
“La cultura está empezando una etapa muy oscura. Instalar un discurso de odio hacia la cultura es muy grave, es perder, en el caso del cine, una industria que genera muchísimos puestos de trabajo, es como cerrar la industria del tomate, es una industria que genera divisas, que viaja por el mundo, y ese dinero vuelve”, dijo.
En contra del desfinanciamiento oficial, Piroyansky escribe su próximo proyecto como director. “Es una película que me gustaría que sea más dramática que cómica, para dirigir lo antes posible”, anticipó.
“Me gusta pensar que los mundos que escribo, que esos universos son universos que están mejor que el real”
-Sos un actor con una gran identidad. Ya decimos “vamos a ver una película de Piroyansky”, como con Darín o Peretti… ¿Cómo lo lograste?
-Una cosa era cuando solamente actuaba, cuando empecé a dirigir un poco cambió eso, porque cualquier cosa en la que actúo la gente cree que la dirigí o que es un producto mío, la gente entiende que hago mis cosas. Cuando aparece algo mío en general suponen que también fui parte del guión y de la dirección, lo cual es un arma de doble filo, porque tengo que pensar mucho más a la hora de aceptar un proyecto, porque ya me representa de otra forma. Antes cuando era solo actor aceptaba cosas que no me gustaban tanto, pero lo hacía solo para trabajar, para vivir. Y ahora siento que tengo que ser más cuidadoso porque ya me compromete al nivel de esto que vos decís. Me gustaría actuar más de lo que actúo, pero rechazo proyectos porque entiendo que la implicancia es que van a pensar que lo dirigí yo, que es de mi universo creador.
-En “Porno y helado” aparece una mirada progresista del mundo. ¿Es más difícil hacer reír en la actualidad por los cambios que vivimos como sociedad?
-Yo creo que uno puede hacer reír de millones de maneras. No me quejaría, muchos se quejan de que no se puede hacer chistes con nada. Hay muchísimos temas para hacer humor sin ofender a nadie. Lo que estuvo pasando en los últimos años es que muchas minorías tuvieron voz y pudieron decir en voz alta que les molesta que hagan determinados chistes y están en todo su derecho. A la hora de escribir a mí me importa estar en línea con eso. Está bueno pasar por este momento para después en un futuro reírnos de las mismas cosas de las que no nos estamos riendo, pero todos entendiendo que es un chiste, ahí es donde está la confusión. Puedo hacer un chiste de judíos en un ámbito cerrado de amigos que entienden que está mal el antisemitismo, ahora si lo hago en un lugar público hay mucha gente antisemita que se va a reír porque es antisemita y no porque entienden que está mal. Me gusta pensar que los mundos que escribo, que esos universos son universos que están mejor que el real, a nivel educación, que los mundos que creemos en la ficción sean más evolucionados que el mundo real que todo el tiempo demuestra involucionar.
-¿Lo hacés para poder imitar ese mundo representado?
-Para mí los mundos que uno ve en la ficción construyen pensamiento. Yo me crié viendo Los Simpson y mi cerebro está formateado por los Simpsons y por El Chavo, mi cabeza se formateó con eso y por suerte, porque Los Simpson tienen un humor muy avanzado para el momento en el que se hizo. Hablando de corrección política es muy evolucionado para los ’90, lo veo hoy y me sorprende. Por suerte fue mi crianza.