Cultura

“Marinterno” de Claudia Pose: vivir con el océano adentro del cuerpo

Un largo poema vincula el mar y su ambiente con la vida de una mujer. El libro es una edición artesanal que tiene tapas pintadas a mano.

Por Paola Galano

Artesanal, cosido y dibujado a mano, “Marinterno” es el libro de poesía de Claudia Pose, quien además de escritora es psicóloga y artista plástica. Se trata de un largo poema vinculado al mar, un mar que –tal como dice el título– deambula por la subjetividad de una mujer.

“Habita mi pecho/ es inestable/ no solo crece/, de vez en cuando levanta sus anclas/ y entonces migra”, escribió respecto a ese mar tan personal que relata con especial detalle.

“Este libro aparece a través de un poema puntual que operó un poco como disparador del resto del texto”, explicó la escritora. “Es algo que a mí me suele pasar, a partir de una idea que me atrapa o me conmueve y empiezan a desplegarse otras como si fuera el hilo de un carretel”.

Una de las tapas de “Marinterno” creada por su autora.

Sobre por qué la elección del mar, dijo: “A pesar de ser de Buenos Aires, mi infancia estuvo poblada de mar y es una impronta que no me abandona, es una parte necesaria de mi vida, ir a verlo, olerlo, caminar por la playa”.

“A mí me asombra mucho que debajo de esa superficie que aparenta ser vacía haya tanta vida. No puedo creer, por ejemplo, que haya todo un universo de animales habitando el mar. No deja de asombrarme; y creo que también una persona presenta una superficie, una cáscara pero contiene un mundo interno tan rico, tan diverso que lo puebla, y que a simple vista no podés ver”, señaló en una entrevista con LA CAPITAL.

Pose fue alumna del taller de Carolina Bugnone y Micaela Concolino. Allí descubrió “la poesía de hoy, un universo increíblemente hermoso”. Además participó del taller de Osvaldo Bossi.

Otra de las tapas del poemario.

-Escribís: “Hay mujeres que corren con lobos, descubrí que yo nado con ballenas”. ¿Qué tiene de diferente?

-En relación con las ballenas, yo las adoro, tengo una especie de fascinación. No las elegí como metáfora porque sean particularmente mejores que los lobos, pero con las ballenas no sé, quizás pertenecen más a mi propio mundo. Estuve escribiendo hace poco un poema, que dice que la llegada de la primavera aquí sucede en el agua, en la llegada de las ballenas al mar de la ciudad. Una especie de analogía primavera-ballenas. El cambio de estación yo lo veo allí, a diferencia de otras personas que ven la llegada de la primavera en las flores, para mí está en las colas gigantes, en los soplidos, en la presencia de ellas en el agua.

-Establecés una comparación entre el cuerpo del personaje y sus órganos con el mundo marítimo, sus tormentas, sus personajes, sus peces, sus colores. ¿Mar y cuerpo son análogos? ¿El mar es un cuerpo y el cuerpo es un mar?

-En este sentido, el cuerpo es un mar, habitado por personajes internos, por corrientes afectivas contradictorias que a uno lo inundan, lo enfrían, lo templan, lo sacuden. Atravesamos tormentas emocionales, a veces maremotos internos, y también el exterior influye, como la luna en las mareas para que lo que sucede adentro se potencie o se calme. El ser humano no está solo en el sentido formal del término, uno va con sus objetos internos, con sus afectos y su historia a todas partes. No se ven pero están siempre allí, como están siempre allí las corrientes marinas, los peces, las algas, los habitantes del agua, minúsculos y gigantes, conocidos y desconocidos. Como en el psiquismo, cosas de las que podemos dar cuenta y otras de las que no, pero que nos habitan.

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